Aprendiendo a vivir

Hace mucho que no escribía acá, y por momentos sentí que nunca más iba a escribir, y menos algo como esto porque no soy de escribir estas cosas en redes sociales, pero esta vez decidí compartirlo porque tal vez ayude a alguien a pensar aunque sea.

He tenido muchas pérdidas en este último año, personas muy cercanas a mi, algunas muy cercanas a mis familiares, y otras no tan cercanas, pero el momento y/o la situación me tocaron mucho. Un año donde finalmente tuve que aprender a decir adiós a la distancia. Pero también fue un año donde tuve la llegada de lo más lindo que me dio la vida, y la llegada de muchos “sobrinitos”. He tenido momentos de situaciones difíciles económicamente, muy difíciles en lo laboral, pero he tenido momentos de mucha alegría y satisfacción también.

Dicen que la vida es así, que te da y que te quita.

No soy una persona que cree en la religión pero si creo en que hay un Dios. Creo que hay alguien mucho más inmenso que nosotros que tiene un plan para cada uno, que nos va dando señales, que cuando las cosas pasan, pasan por alguna razón que el tiempo nos ayuda a entender el porqué. Cuando era chico me dijeron dos cosas que me marcaron para toda la vida, que en el momento no entendí, pero ya son parte de mi…. una vez el viejo Piana me dijo cuando yo tenía 10 años… presta atención a lo que haces, porque a partir de ahí lo vas a empezar a disfrutar…. que iba a entender yo en ese momento de lo que me hablaba, hoy le agradezco lo que me dijo porque entendí que tengo que disfrutar de hasta las más mínimas cosas por más molestas y mínimas que sean, manejar en tráfico en hora pico, palear la nieve, trabajar 12hs por día, etc etc etc. Y la otra frase me la dijo Francis Vera…. nene, no pierdas nunca esa sonrisa… gracias Francis, me acuerdo ese día en el kdt todos los días de mi vida.

No se cual será el plan para mi, solo espero que en mi tiempo pueda transmitir un poquito de lo que me enseñaron a mi, y de lo que mi hijo me enseña a cada momento. A sonreír, a vivir, a intentarlo por más difícil que sea, a conectarse con uno mismo, sea en la risa o en el llanto, (últimamente aprendí que llorar me hace bien), a tener Fe, esperanza, a saber escuchar, a ver, a luchar por los sueños.

Y antes de que pase a ser aburrido y aparte la clase esta por empezar, cierro con algo que me enseñaron mis viejos…..“no importa como la vida te trate, siempre hay una razón para sonreír”

Ahora en inglish!


It’s been a long time since the last time I wrote in the blog, I thought I would never write again, and never something like this because I’m not a person that likes to write stuff like this on social media. But I want to share it because it may help someone, to think at least.

I lost a lot of people this past year, some very close to me, some of them close to my family, and others not too close but the moment and/or the situation, hit me hard. It was a year where I finally had to learn how to say goodbye in the distance. But it was also a year where I had the arrive of the most beautiful thing that ever happened to me, also so many new “nephews”. I had hard financial moments, very hard moments at work, but I had a lot of happy moments as well.

They say up and downs are part of life.

I’m not a religious person, but I believe there is a God. I believe there is someone way bigger than us that has a plan for each of us, that gives us signals and when something happens it happens for a reason that only time allows us to understand it.

When I was a kid, they told me two things that left a mark on me. I was 10, and Piana told me… “pay attention to what you are doing, because only then you are going to start enjoying them”…. of course I had no idea what he was telling me then, but I’m so grateful of what he said because now I enjoy every little and annoying thing I do, drive in rush hour, shovel the snow, work 12h a day etc etc etc. And Francis told me the other one… “kid, never lose that smile”…. thanks Francis, I remember that day at the KDT every single day of my life.

I don’t know what’s the plan for me in life, I just want to use the time I have to share what they taught me and what my son teaches me every moment. To smile, to live, to try things no matter how hard they are, to connect with yourself, in the laugh or in the cry (I learned lately that cry makes me feel good), to have faith, hope, to learn to listen, to see, to follow dreams.

Before I start getting boring, I will close with something that my parents taught me, also class it’s about to start…

“no matter how life is treating you, there is always a reason to smile”

Decirte adiós 

Probablemente este es el blog más difícil que me haya tocado escribir… Hoy no escribo para contar como estuvo la carrera o el viaje, sino para decir como termina una etapa y arranca otra. Hoy pongo punto final a esta etapa hermosa que me regaló la vida, a partir de ahora cambio el «soy» por el «fui». 

La verdad que no fue una decisión fácil, pero si necesaria. Siento que le tengo que decir adiós a ella, a esa compañera fiel que tanto se banco y tan feliz me hizo. Nuestra relación a partir de ahora cambia para siempre, pero lo que nunca va a cambiar es mi amor hacia ella. Le debo casi todo lo que tengo en la vida, hasta diría que le debo la vida misma. Sino fuera por ella, tal vez mis viejos nunca se hubiesen conocido, y por ende, el Guidi nunca hubiese existido. Me dio una familia, que buena o mala, es lo mejor que tengo, y me deja a la mayoría de mis amigos, que estos son lo peor que me dio, pero bueno, todo en la vida no se puede (saben que los quiero). Ella me enseñó un estilo de vida, me enseñó lo que es el sacrificio, lo que es caerse y levantarse, lo que es la soledad y lo que es el lazo de la amistad. Me enseñó que a pesar de tener muchísimas diferencias, somos todos iguales. Lo que es el respeto, la solidaridad, el saber adaptarse a lo que haya. Me enseñó inglés, y eso que la Profe Ana había renegado bastante con el «calladito», pero ahora estaría orgullosa. Me enseñó mucho, y me hizo ser la persona que soy hoy. Estoy más que agradecido con ella, creo que me dio todo lo que yo dejé que me diera. Tal vez mi peor error en lo deportivo fue el no querer ser el primero siempre, pero creo que fue mi mejor acierto como persona. Hoy gracias a ella recibo mensajes de diferentes partes del mundo para ver cuando voy a ir a visitarlos, y eso, eso fue mi mayor victoria. 

Han pasado muchas cosas por mi mente, y por mi cuerpo también (malditas lesiones y enfermedades) en estos últimos tiempos, que me hicieron crecer, y que desencadenaron en esta decisión. 

Dejé siempre todo de mi, hasta ese último día que tuve un número en la espalda inclusive, más no tuve, y el que me vió ese día, sabe cómo quedé por dejarlo todo. Pero ya no tengo más ganas de seguir, existe otra vida más allá de ella, y siento que estoy en la edad justa para vivirla. Tengo ganas de enseñarle al bolso que va a dejar de ser el placard número uno y que va a tener que acostumbrarse a pasar más tiempo guardado, bueno, aunque en realidad no sé si yo aguantaré guardarlo tanto tiempo. 

Seguramente en alguna otra ocasión me vuelva a poner un número en la espalda, pero hoy, me retiro del ciclismo profesional. (Uffff suena rarísimo). Gracias a todos los que fueron parte de esta aventura, hoy me tomo un día sabático y mañana arranca una nueva. 

Gracias!!!!!!!!!!!  
  
Acá les dejo todas las camisetas de los equipos que me tocó representar durante estos casi 13 años, algunas fueron solo por una carrera, y otras por varios años, pero todas fueron guardados en el mismo lugar.

#privitera-josepalma #zanella-colla #seleccionargentina #circulosuboficiales #amaru #clubcolavita #telefonicosentrerios #riteaidprocycling #municipalidaddeguaymallen #colavita-sutterhome #jamis-sutterhome #italomat #agricolanoroeste #jamis-hagensberman #buenosairesprovincia #losmatanceros

El pequeño Gigante 

Pasó la segunda… Y se fue con alegría. Pudimos cumplir uno de los objetivos del equipo y encima con una enorme actuación del petiso. Nos queda esa pequeña espina de saber que estuvo a nada de poder lograr un sueño, pero así es esto, y al contrario de bajonearse, nos impulsa a soñar un poco más. Con este pequeño gigante nunca se sabe que puede pasar. 

Ya el día arrancó  mucho mejor que ayer, mejores sensaciones al despertar. Un desayuno liviano y para ya al ratito reforzar con un buen almuerzo a las 11 de la mañana. Me quedo con una frase de arielito cuando terminamos de almorzar, «pobre el que enganche la fuga hoy, va a sufrir muchísimo», y el destino se la estaba preparando.

Ya nos preparamos para la largada, bastante comida porque iba a ser una etapa larga (186km), aunque a mitad de camino estaba la zona de avituallamiento para poder recargar o el auto atrás, a mi siempre me gustó salir con todo lo que creo que voy a consumir. Mucho calor, la computadora marcaba 43 grados mientras esperábamos por largar. Así que la mínima sombra era muy bien cotizada. Empezó la cuenta regresiva y se largó no más. Este año, a diferencia del año pasado, la fuga se hizo mucho más rápido, creo que fueron algo de 6km (la edición pasada tardó unos 20 en hacerse), esto no quita que haya sido igual de complicada estar ahí ni mucho menos. Los chicos hicieron un gran trabajo, yo para el momento que me «acomodé» y llegué adelante, arielito partía. 

Este año tenemos la diferencia de que se vuelven a usar radios, y hay momentos que se hace todo un poco más fácil. «Alé petiso que se paró el pelotón, es la fuga» decía el percha, y al ratito el tolo, conociéndolo, «no te desboques que esta la meta montaña en 8km». Y no se desbocó y nos regaló un podio. Qué lindo fue coronar la subida y escuchar a Walter decirnos que la había ganado. Una linda sonrisa nos sacaste.

La carrera atrás fue bastante rara, los equipos grandes no se decidían para tirar y había momentos q se iba muy rápido y momentos que se iba por demás tranquilos, igual el viento y el calor castigaron lindo todo el día, sobre todo a la vuelta después de salir de Justo Darac. Movistar fue el primer equipo en cerrarla al borde, después Etixx y Astana lo probaron, pero creo que ahí jugó más el orgullo por querer demostrar quien tenía un poco más. La verdad que no se cortaba, pero se iba por demás nervioso, hasta que llego lo que ya todos los que estábamos ahí esperábamos, la caída. Deben haber caído unos 30, entre ellos el tolo, que terminó la etapa y le escribió a la Pao que ya tenían un terrenito para venirse de vacaciones… 

Con el percha todavía no se como esquivamos, son esas caídas que no son para vos, tuvimos la fortuna de que haya una buena banquina de pasto y pudimos pasar por ahí. Todavía guardo la imagen de uno de los que cayó dando vueltas y con cara de mucho sufrimiento. Son esos flashes que se te graban no se porque y no te los olvidas más. La estirada después de la caída ni se la imaginan, se cortó en mil pedazos. Por suerte los de adelante se pararon y todos pudimos llegar. A todo esto, la fuga llevaba una buena distancia. Faltando 30km nos dijeron que la diferencia era de 6minutos. Y ahí empezamos a soñar, teníamos mucha fe que llegaban, y ya ese hecho nos hacía felices. Tal vez soñamos más de la cuenta, pero cuando esta tan cerca, imposible no hacerlo. Faltando 20, el pelotón aceleró y lo hicieron muy decididos. La verdad que mis piernas no eran las mejores, y en el final decidí quedarme con el tolo, que venía muy dolorido. Faltando unos 6km optamos por cortar y llegar más tranquilos. Y menos mal que tomamos esa decisión, porque a los 500 metros, hubo otra caída y fue en el lugar donde veníamos nosotros, así que creo que zafamos. 

Así paso el día 2, más que contentos. Nos hiciste soñar petiso y nos demostraste una vez más el motor que tenes y los huevos que pones sobre la bici, como dijo el percha, y pensar que el jueves no venías a correr porque estabas enfermo. A pesar que nos hagas renegar muchas veces, tenes mucha clase y al igual que en la crono, te felicito porque supiste escuchar y aprovechar cada consejo. Hiciste llorar a tu viejo, y eso ni todas MasterCard lo pagan.

Hoy vamos por más, como cada día que nos calzamos el número. Ariba Los Matanceros!!!

Para el gran chochi

ayy que día… un día bastante complicado para la 506 (habitación del hotel que comparto con chochi).

Algo así de las 8.45 sonó la alarma, pero ya hacia más de media hora que estaba despierto, pero sin ganas de levantarme, lo miraba al chochi, igual de condiciones.  ¨Vos sabes 2-8 que no me siento muy bien de la panza; yo tampoco chochi, me duele mucho la cabeza, pero no le des bola que ya se va a pasar¨. Conociéndolo, trate de quitarle importancia al problema para que no se bajonee antes de largar. Pero ambos sabíamos en nuestro interior que no eran buenos síntomas. Se rodó una horita a la mañana bien suave y a la vuelta, después del baño, se terminó de armar el bolso para ir a la etapa. Hasta ahí los síntomas iban mejorando de a poco, es la ansiedad chochi, no te preocupes… insistía yo. Pero a la hora del almuerzo, creo que los dos nos dimos cuenta que algo fallaba. A duras penas un plato de arroz y haciéndole bastante fuerza. Pero bueno, se acercaba la hora de largar y había que dejar todo atrás y concentrase en hacer lo que más nos gusta.

Nos fuimos andando hasta la largada, unos 30km, una vez que llegamos, a descansar un rato dentro de la camioneta para luego terminar el calentamiento en el rodillo. Hasta ahí todo más que bien, ya nos habíamos olvidado de todos los problemas. Y llegó el momento… 5-4-3-2-1-vía…Se largó el Tour de San Luis. 

Lamentablemente perdimos a chochi muy temprano, no era su día, y si bien esto te da revancha, cuando pega, pega duro. Yo tampoco tuve mi mejor día, y una vez más le pido perdón a los chicos por haber fallado. Entre 4 hicieron un esfuerzo por 6. 

La crono la resumo en una palabra, durísima!!!! Lo ¨gracioso¨? la capacidad que tiene un ciclista para venir a 180 de pulso, y hacer cuentas matematicas para tratar de no quedar fuera de tiempo. Creo que le tengo que agradecer mucho a mi profe porque me dio una linda herramienta. 

Mañana arranca ¨nuestro¨ tour, intentaremos hacer algunas maldades y hacer sufrir a los rivales, aunque sea un ratito. Ahora, mientras escribo, ando usando mi lado psicólogo con chochi, quien esta más que agradecido y sorprendido también, con la cantidad de gente que le escribió mensajes. No será el más rápido ni mucho menos, pero uno de los más querido, seguro. No habrá podio para eso, pero es un premio que muy pocos tienen la posibilidad de llevarse.                  

Un año más  

Un año más, otra vez tenemos la posibilidad de estar acá en San Luis para otro tour. Ya la previa se disfruta mucho, por el nivel de la organización de la carrera, el profesionalismo que hay, acá uno verdaderamente se siente valorado como ciclista, y también porque uno se vuelve a encontrar con amigos que no ve hace varios meses o, tal vez, años. Y sin olvidar que se disfruta muchísimo cuando te dan el casquito nuevo, los anteojos, la ropa, etc etc… Parece que volvió Papá Noel. Acá es donde te das cuenta que ese niño que llevamos dentro, nunca se pierde.

Pero más allá del disfrute, en la previa es donde más concentrado hay que estar, entrenar, descansar, alimentarse bien, tomar mucha agua y el masaje son claves en estos días para poder arrancar la carrera de la mejor manera posible. 

En lo personal, llego a este tour con un solo objetivo, poder terminarlo. La verdad que me cuesta decir que ese sea el único objetivo, ya que uno año tras año quiere mejorar y trazarse nuevas metas, pero hay que ser consciente y saber en que lugar estamos parados. Después de varios meses complicados, sin la posibilidad de terminar una carrera, desde el 20 de septiembre, creo que terminando el tour, seré uno de los más felices del pelotón. 

El 2015 no terminó de la misma manera que había comenzado, tuve un par de lesiones que me alejaron un tiempito de poder estar con ella, pero que al fin y al cabo, son parte de este oficio. Por suerte tenemos siempre, la posibilidad de dar vuelta la página y empezar a escribir un nuevo capítulo. 

Hoy arranca el del Tour de San Luis, y arranca sonriendo…

Volver a la «Miramar»

9 años ya pasaron desde mi primer clásica «San Francisco – Miramar», en ese momento, mucho más joven, con algunos kilos y arrugas menos, pero con muchísimos nervios más. Había escuchado tantas historias de esta clásica, que estar en la línea de largada, era todo un lujo. En ese entonces estaba en Los Telefónicos de Entre Ríos, un equipo lleno de chicos sin experiencia alguna, manejados por el Cabezon (Diego Simiane). Y la verdad que el debut fue más que satisfactorio, un tercer puesto de Valenzuela, que nos hizo creer en nosotros y que fue el punta pie inicial para que vayamos a correrle, con nuestra inexperiencia, de igual a igual a esa Selección Argentina, ese Tres de Febrero, Rodados Nene, por nombrar a algún que otro equipo.
Hoy llego a la clásica con otro equipo lleno de chicos, pero con la gran diferencia de ser el que más experiencia tiene en esta carrera. Y es algo que me llena de alegría, me veo reflejado en algunos de los chicos como el Pucho (Burgois), o el Pichón (Sivori), cuando daba mis primeros pasos en esto. Y a su vez, siento un gran honor y una gran responsabilidad al tratar transmitirles y de enseñarles, aunque sea un poquito, de lo que aprendi durante estos años. 
Es una de las carreras argentinas a la que más afecto le tengo, y más ahora que me queda cerquita de casa.
Ojalá podamos dejar a la Naranjita en lo más alto, porque tanto cañita, chochi, percha, tolo, el petizo, polino, pucho y pichon, se lo merecen y mucho. 
Ahora a descansar, que mañana arranca la diversión. 

Volver a estar con ella

Cuanto tiempo pasó ya desde que escribí este borrador por primera vez, poco más de dos meses. Pero quería estar completamente seguro que estos sentimientos eran reales y no fuesen influenciados por el tiempo y la distancia.

La verdad que la extrañaba… Si me preguntaban eso hace un mes la respuesta hubiese sido totalmente diferente, pero hoy es lo que siento. Todo este tiempo alejados me hizo dar cuenta de un montón de cosas que, muchas veces, estando juntos con alguien, conviviendo, no las persibis. Y siento que hay mucha de mi culpa en eso. Pero a veces las relaciones entre dos son así. Llega un punto que las ganas de estar con el otro son mínimas y uno se pregunta el por que. Y esa respuesta se hace tan difícil encontrarla y la mayoría de las veces es muy simple. Queremos mirar más allá y nos olvidamos de mirar para adentro. Dejamos que el estrés, el agotamiento y tantas otras cosas de las que solo nosotros somos dueños de controlarlas, invadan en la relación y dañen al que tenemos al lado, que, si hay un amor real, seguro nos esta acompañando y a su manera, ayudando.

Y yo no estuve exento a todo esto. No supe controlarlo y deje que el cansancio me invada. Y si bien hasta el último día que estuvimos juntos nos cuidamos y nos respetamos como a nadie más, ya teníamos decidido que necesitábamos un tiempo. Y en todo este tiempo se que le fallé, mientras ella me esperaba esperanzada, yo la engañaba. Hice un montón de cosas que no las debería haber echo pero que a la vez me hicieron reaccionar y darme cuenta de cuanto la amaba. 

Y si, la extrañaba y la amaba, pero el volver a estar con ella no fue fácil. Hemos tenido días muy difíciles en donde me preguntaba si estaba haciendo lo correcto o no. Dias que no nos queríamos ver y que juntos la pasábamos mal. Pero lo lindo de todo esto, fue que ninguno de los dos perdió el foco de saber por lo que luchamos. Y con esperanza y sacrificio, hoy se puede decir que estamos muy bien juntos, y podría decir que mucho mejor que hace unos meses atrás. 

Ambos somos concientes de que se puede estar mejor, pero a la vez sabemos que este es el camino. Supimos entender las necesidades del otro y como, a pesar de esos momentos malos, salir adelante juntos. 

Así que Naranjita, perdón por haberte engañado con esas bicis pesadas y grandotas, que son divertidas, que te hacen jugar con los límites, pero ambos sabemos que vos sos la única que me hace feliz, y espero que sientas lo mismo por mi. 

Te quiero y sabes que juntos somos uno! 


  

Se termino el viaje de egresados. Perdón, pasó la Clásica 1 de Mayo. 

  
«2-8, lleva la play» dijo el pichón (Alan) por mensaje, y el 2-8, o sea yo, como es tan obediente, la cargó, cuando en realidad todos pensaban que lo decíamos en broma. Pero yo no bromeo con esas cosas… 
Así arrancaba la previa del viaje a Salta. Tengo que decir que cuando me enteré que viajábamos un miércoles y volvíamos un lunes para solo correr el viernes, no tuve la mejor reacción, pero enseguida pensé, es la ultima carrera de la temporada, viaje en avión a Salta, ciudad donde nunca había estado, con todos los chicos, y encima tenemos 2 días post carrera para disfrutar, imposible no pasarla bien. Así que ahí fuimos. 

Por mi parte el viaje de ida fue un tanto agitado, y el de los Sivori ni les cuento (tuvieron que hacer una posta de autos para llegar a Aeroparque por fallas mecánicas, «Justiniano Pose» los atendió en el check in). Yo, en cambio, no tuve problemas de tiempo, pero si una acumulación de cansancio. El día previo al viaje, me la pasé todo el día trabajando en el techo del patio de casa con Pablito. Había que terminarlo si o si. Lo habíamos hecho como Jack (el destripador), por partes, pero este era mi último día en Paraná por unos meses, y no quería irme sin terminr. Empezamos el techo con Demis, Pablito y el pocho, lo continuamos con Pablito y el pocho, y los terminamos tan solo con Pablito. Después de haberlo terminado, obvio que salió asado para despedir y torneo de ping pong. El miércoles temprano partí rumbo a Bs. As., había que visitar a los viejos y empacar la naranjita. 
Ya en Aeroparque nos juntamos con los chicos. Después de despachar todo, salió merienda, mate para mi, antes de subir al avión. El guidi viajaba con su equipito de mate tranquilo, y siempre hay alguien en seguridad que lleva algo que se sabe que no se puede subir al avión. Como el loco de la pinza, ¿a quien le cabe en la cabeza llevar una pinza arriba del avión?, si se sabe que te la van a sacar. Pero había uno peor, el loco de los cuchillos, 2 cuchillos, si, DOS!!! Y ese loco era yo… La verdad me olvidé, me confié y no miré que llevaba. Como dicen por ahí, la confianza mata al hombre, embaraza a la mujer, y te hace perder dos cuchillos. Pero lo bueno es que no me sacaron el encendedor, seguridad es «muy buena» en los aeropuertos de Argentina. 
El viaje de avión muy tranquilo, se hizo muy ameno ya que teníamos los asientos todos juntos. Lo más gracioso del viaje fue encontrarse con un compañero de secundaria, Diego, que hacía por lo menos 8 años que no lo veía. 
Una vez llegado al hotel, había que buscar donde cenar, por suerte encontramos un lugar a unas cuadras que se comía muy pero muy bien y estaba abierto hasta la 1am. Son esos lugares donde pensas que la comida va a ser «zafadora» no más, y te sorprende.
El jueves fue un día tranqui, rodadita de 1.30h con algunos esfuerzos para acomodar las piernas y descansar la mayor cantidad de tiempo posible. Se escucharon frases como «Tolo, sale siesta?, no va a sali’…» Y «tiramos tiempos?» En referencia al juego de rally de la play station. 
Y llegó el viernes, última carrera de la temporada, te sientas bien o te sientas mal, en la última siempre encontras fuerzas extras. A mi entender, fuimos un relojito corriendo. El triunfo se escapó por poco pero corrimos como si supiéramos. Muy orgulloso me siento de todos mis compañeros.
  
Y ahora si, a disfrutar de los primeros días del descanso. Después de reorganizarnos en el hotel, empezamos a juntar monedas para tomar el colectivo al centro, por cuestiones de hambre, terminamos tomando un remis para hacer más rápido, sino creo que el tolo se nos desmayaba. Pizzas, hamburguesas y lomitos fueron los elegidos del menú. Después de haber matado al tigre que teníamos en la panza, ya contentos arrancamos el city tour por el centro de Salta. Para ya luego hacer la merienda, perdón, LA merienda. Comimos como para el campeonato del mundo, lo merecíamos. 
Como ya teníamos monedas, decidimos viajar en cole a la vuelta. Párrafo aparte para el pichón, que hizo reír a todo el colectivo con sus chistes y su capacidad de hablar todo el tiempo. Y cuando digo todo es, todo, y que no esté cansado porque van a necesitar tapones en las orejas.
Una vez en el hotel, no quedo otra que «tirar tiempo» y jugar al truco. Entre juego y juego, surgió una carrera el sábado a la mañana a 50km de Salta capital . Nos pasaban a buscar 9.45 AM. Así que nos fuimos a dormir bastante temprano, sin cenar, solo un tecito digestivo y a la cama, todavía estábamos llenos de haber almorzado a las 17 y haber merendado a las 20. 
Llegamos a la carrera, el cómo lo dejo para nosotros, pero fue interesante… Esta vez me tocó ser el «manager» del equipo, así dijo el relator. Verla de abajo tiene otro sabor, los nervios te matan y las cosas se ven más fáciles, al igual que los errores. Los chicos me regalaron un 1, 3 y 4, para mi debut como manager. Todavía no borro de mi mente las caras con la que los chicos me miraban, donde trataban de decirme «no tengo más», y como buen director, yo les decía que le dieran, no se puede ser bueno desde abajo. En un momento me comí el personaje de técnico mal, y fui a discutir con el comisario por un fallo, que a mi entender fue erróneo pero que para él estaba bien, y al fin y al cabo, él manda. 
  
Pasada la carrera, nos llevaron a comer a un comedor en un pueblito muy pequeño, donde se comió muy bien y era bien barato. Los 3 platos de locro $50. Un poco distinto a Bs. As.
Sábado a la tarde/noche, luego de una buena siesta, llego lo más esperado, el «fulbito». Si, salió partido de fútbol entre habitaciones. 100 minutos a puro fútbol, sin parar. Bueno, es una forma de decir fútbol. Igual creo que los 2 primeros minutos fueron los más duros, parecíamos nenes de 5 años jugando en el jardín. Todos atrás de la pelota. Muchos anécdotas quedaron de ese partido, y muchos dolores también, que recién hoy se me fueron. 
El domingo fue sólo de turismo, algunos rodaron a la mañana y otros dormimos y tiramos tiempo. Luego de que todos volvieron, nos fuimos al shopping a almorzar y de compras, luego a la feria artesanal y luego de vuelta al hotel para ver el super clásico. Obvio que una vez terminado el partido volvimos a tirar tiempos y jugar al truco. 
  
Ya el lunes tempranito nos vinieron a buscar para ir al aeropuerto y emprender el viaje de regreso. 
Cansado pero feliz de haber hecho este viaje llegaba a casa. No es fácil que 10 personas convivan juntas, pero la unión hace a un equipo, y este grupo definitivamente es un equipo. Tendremos momentos buenos y malos, como todos, pero siempre nos manejamos de la misma forma, y todos tiramos para el mismo lado. Y no me voy a cansar de decir que estoy más que contento de ser parte de los Cascos Naranjas. 
Ya la naranja quedó con el candado puesto, dentro de 2 o 3 semanas lo abriré para empezar la pretemporada. Pero por ahora a descansar y disfrutar las vacaciones.
P/D: si alguna novia lee esto, no piense mal por lo del viaje de egresados, no se asemejó ni un poquito a Bariloche, esto es solo un equipo de ciclismo que siempre busca la forma de pasarla bien para que el tiempo sin ustedes, pase un poco más rápido. 

Que crueles que son los campeonatos

Frase dicha por «el Chochi» Arone horas después de haber terminado el campeonato argentino en 5to puesto. Un 5to puesto que creo que ni él lo imaginaba, ya que a priori el circuito no le favorecía en lo absoluto, todos esperábamos una llegada al sprint o un grupo reducido, o se esperaba más de los favoritos. Pero que al cruzar la raya y darse cuenta que estuvo tan cerca, la felicidad fue mínima. 

Y yo agarré esa frase para ponerle título a mi domingo. No fui, ni seré el único que una pinchadura lo deja fuera de una carrera, ni fue la primera vez que me pasa, pero esta fue diferente. 
Cuando cerré con los Cascos Naranjas, me planifiqué la temporada, y el Tour de San Luis, Doble Bragado y el Campeonato Argentino eran los 3 objetivos más importantes. Creo que, a pesar de los resultados, hice un muy buen tour, y una bragado un poco mejor. Solo quedaba el campeonato. Después del descanso post bragado, me mentalisé en 190km. Armamos un plan de entrenamiento y de carreras que creímos que era el mejor, y me lo creí. Confié 100% en ese plan. Y trabajé mucho en el lado psicológico. 
No fue fácil creer porque las sensaciones no eran las mejores, esperaba un poco más en la Vuelta de Uruguay, pero me mantuve tranquilo y con el objetivo claro. 
Y llegó la semana previa, donde traté de minimizar los errores y de mantener la mente relajada y con confianza. Después de una vuelta tan dura, relajarse es lo primero que uno quiere, pero a 7 días del gran objetivo, uno tiene que saber jugar con la recuperación y con el entrenamiento. Si se descansa demasiado, lo más probable que el motor no arranque el domingo, y si no se descansa lo suficiente y se quiere entrenar de más, es muy probable que se llegue sobrecargado a la carrera. Y acá es donde creo que mis dos – ocho (como dicen los chicos en referencia a mis 28 años) jugaron a mi favor, y obvio que la ayuda de un grande como Jota.
Tengo que confesar que correr en San Juan nunca fue mi preferido, siempre que lo hice la suerte no estuvo de mi lado, desde pinchaduras, enfermarse, que no te quieran dejar largar un campeonato solo porque era candidato a medalla (campeonato argentino juvenil de pista 2005), etc etc. Pero sentía que este año iba a ser diferente. Si bien siempre mantuve la calma, tenía la fe de que no me iba a venir con las manos vacías. 
Y con esa confianza me fui a dormir el sábado a la noche, 9 horas de sueño muy profundo, lo que me hacia  creer que el cuerpo estaba listo. Con un buen desayuno celíaco arranqué la mañana, miramos París – Roubaix mientras escuchábamos por radio el campeonato sub23, para más tarde comer un buen plato de arroz con huevo duro, medio pasado pero sabroso. De ahí en adelante, solo quedo prepararse y partir para la largada. 
Hacía 7 años que no corría un Argentino, y hasta ese momento, nunca había tenido buenas estrategias, así que pensé mucho en como correr, apliqué los conocimientos que me enseñó mi psicólogo y que fui aprendiendo en el camino. El sábado había visualizado la carrera y el domingo estaba saliendo tal cual lo había pensado. Y yo tenía esas mismas sensaciones con las que me había visto. Estaba saliendo todo perfecto, hasta que «pssssssss», y ahí se terminó toda mi jornada. 
No se que hubiese pasado, lo que se es que estas son cosas que pasan y a pesar de que cueste, hay que aceptar. Gracias a todos los que ayudaron, algunos tan solo con unas palabras de aliento, pero sepan que me dieron mucha fuerza. 
Y cierro con otra frase del chochi, «ahora hay que esperar un año más…»

Llegando al fin de temporada

Ya pasaron 16 meses de mis últimas vacaciones, y la verdad, es que no veo las horas de poder tomarme otras de nuevo. Pero todavía falta un poco más y hay que hacerlo lo mejor posible. 

Ya a esta altura de la temporada, y más en mi caso que se me juntaron dos temporadas juntas, en EEUU con Jamis y esta con los Cascos Naranjas, las fuerzas no son las mismas. Los kilómetros en el físico se hacen sentir, ya uno no siente esas sensaciones que tenia hace dos meses atrás. Y lo peor de todo, es que estamos en la Vuelta de Uruguay y hay que levantarse temprano todos los días para ir a correr, cuando uno quisiera dormir tan solo un poquito más.
Y acá es donde la mente juega un papel esencial. En realidad siempre, pero muchas veces el físico ayuda a la mente y en este caso la mente tiene que ayudar al físico. 
Los viajes, los bordes, el poner números en la camiseta, el luchar por la posición, arriesgar para un sprint y tantas cosas más, cada vez se hacen más pesadas. Creo que nos pasa lo mismo que a la mayoría de la gente en sus trabajos cuando están llegando a fin de año, ya la capacidad de concentración es menor, y el estrés es mayor. Ya se, me van a decir, «pero ustedes hacen lo que les gusta», y si, es verdad, pero esto para nosotros, más allá que lo hacemos por pasión, es un trabajo, y por ende, es una responsabilidad. Y cuando hay responsabilidades en el medio, muchas veces el disfrute es menor. En lo que si comparto con ustedes es que, cuando el grupo de trabajo tiene buena onda, todo es más fácil. Y éste es nuestro caso. Creo que esta Vuelta a Uruguay, con otro grupo, se me hubiese hecho interminable. Pero por suerte pudimos formar un gran conjunto de personas y hacer todo más llevadero. 
  

 

Ya casi llegamos al fin de la Vuelta, tan solo 200km más, costó llegar hasta acá, pero se llegó. En la quinta etapa pensé que no podía, pero hoy agradezco haber encontrado esas fuerzas para terminar esa día.
Un día más, una semana más hasta el Campeonato Argentino y cerca de un mes más para cerrar este ciclo. Dejando lo último que hay en el tanque, y dejando alguna que otra mancha de aceite por ahí también….
Mañana vamos a dejar todo en la cancha y ojalá, por que no, llevarnos una victoria de etapa, como para ir cerrando una gran temporada. 
El equipo lo tenemos, el apoyo nos sobra, solo nos falta que piernas y mente se unan por el mismo objetivo. 
Feliz Semana Santa para todos, y si alguno me quiere guardar algún huevito de pascua, no me opondré…