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28 de abril de 2024




Giro de Italia 2017

Giro de Italia: Dumoulin, la `Mariposa de Maastricht´, ya vuela entre los grandes

Giro de Italia: Dumoulin, la `Mariposa de Maastricht´, ya vuela entre los grandes
EFE · Competición Carretera · 28/05/2017

Tom Dumoulin (Sunweb) se acaba de convertir en el primer holandés ganador del Giro de Italia, un hito histórico para el ciclismo de su país, que no subía a la cima del podio en una de las tres `grandes´ desde que en 1980 Joop Zoetemelk se impuso en el Tour de Francia.

Un triunfo inapelable del hombre nacido hace 26 años en Maastricht, la ciudad fundacional de la Unión Europea, un chico alto, poderoso, tranquilo y detallista cuando de competir se trata. Una nueva figura del ciclismo, que a diferencia de otros muchos no nació con la bici junto a la cuna.

La familia Dumoulin no era precisamente un caso de amor y entrega al ciclismo. El joven Tom soñaba con ser una figura del fútbol. Le gustaba el balón y era su deporte preferido.

Sus miras eran elevadas con la pelota en los pies, pero al ver que su evolución no era la esperada decidió buscar otra actividad para probar y, sobre todo, divertirse. Unas cuantas salidas con sus amigos en bici le convencieron de que el ciclismo era su nuevo deporte.

Sus condiciones físicas y una voluntad de hierro fue el germen para que la `Mariposa de Maastricht´ se convirtiera en una figura del ciclismo holandés en edad juvenil.

No escaparon sus facultades a la mirada de los técnicos de la cantera del Rabobank, que enseguida le pusieron un contrato para firmar.

En 2010 se llevó el triunfo en el Gran Premio de Portugal y la contrarreloj del Girobio, éxitos que le valieron para defender a su país en los Campeonatos del Mundo sub-23 de Melbourne, donde quedó séptimo en la prueba contrarreloj.

Dos años después ya era todo un profesional en el Argos-Shimano, en el que no tardaron en llegar los resultados. Fue tercero en los campeonatos nacionales contrarreloj y segundo en ruta. Una realidad que empezó a pulirse de manera imparable.

Dicen algunos de Dumoulin que es un nuevo Indurain. Tal vez porque es uno de los mejores especialistas del Mundo contrarreloj, por su constitución física (1,86 metros y 73 kilos) y también por su capacidad para defenderse con solvencia en la montaña. Comparación delicada que el tiempo se encargará de cargar o no de razones.

Fuera del ciclismo Dumoulin es un chico relajado, pero cuando se trata de asumir un reto como jefe de filas se transforma y trata de controlar todos los detalles. Una carrera es como una ciencia para Tom Dumoulin y cada parte de ella debe ser perfecta: aerodinámica, postura, material, ropa, nutrición, preparaciones....

Todos los entrenadores, ciclistas y aficionados de los equipos están de acuerdo en que ver a Dumoulin en una contrarreloj es como mirar una obra maestra de arte.

Tom es el quinto holandés en haber ganado etapas en las tres `grandes´. Hasta la tarde del 28 de mayo en Milán, el ciclismo holandés esperaba el triunfo de uno de los suyos. Y Tom acudió a la cita. Desde 1980 no subía un corredor tulipán a lo más alto del podio en una `grande´. Aquel año la hazaña la firmó Joop Zoetemelk.

Un talento que se presentó en sociedad en la Vuelta a España 2015. Ganó la novena etapa llevando la contraria a Chris Froome y Joaquim Rodríguez de una manera que rara vez han visto. A punto estuvo de ganar la general, pero cayó en una monumental emboscada en la sierra madrileña. El maillot rojo voló hasta la sexta plaza.

Aquella amarga experiencia supuso un aprendizaje impagable. El escozor y la rabia se transformaron en conclusiones positivas, mezcladas con una evolución física muy destacable. Con dotes para la crono, sabía que había que mejorar en montaña.

En 2016 Dumoulin tuvo éxitos y contratiempos. En la ciudad holandesa de Apeldoorn ganó el prólogo del Giro y se puso por primera vez el jersey rosa, además en su propio país. Después de seis días se vio obligado a abandonar debido a una lesión.

En el Tour de Francia, su fuerza se demostró con su victoria en dos etapas. Su ataque en solitario en Andorra Arcalis fue legendario. No sólo era la etapa reina, sino que también se sobrepuso a unas condiciones meteorológicas extremas en la parte final de esa etapa.

Cinco días después, Tom también ganó la crono individual dando otra lección a Chris Froome. Poco después de esta victoria se estrelló y se rompió una muñeca, sólo tres semanas antes de la crono olímpica de Río.

Otro regate a la adversidad. Dumoulin se colgó la medalla de plata, solo superado por Cancellara. Una exhibición de determinación, fuerza de voluntad y talento. Más tarde se convirtió en `ciclista holandés del año´ por tercera vez consecutiva.

Tom Dumoulin está orgulloso de su evolución, esculpida con trabajo y fe. Quería ser un corredor para luchar por la general en las grandes, no solo para ganar cronos y etapas marcadas. Temía que la inversión en mejorar en montaña le perjudicara en la lucha con las manecillas. "Espero ser fuerte en ambas cosas", decía.

El banco de pruebas era el Giro del Centenario. "Estoy deseando que llegue su 100ª edición con montañas empinadas y muchos kilómetros de crono. No tengo grandes aspiraciones para la clasificación general este año, creo que tardaré más tiempo en llegar a la cima", comentaba hace apenas tres meses.

El futbolista inicial ha regateado todas las adversidades, incluso las de tipo intestinal que en plena etapa a punto estuvieron de costarle el Giro del Centenario. Y no ha esperado para llegar a la cima. Por delante de Quintana, el mejor escalador del Mundo, de Vincenzo Nibali, ganador de las tres grandes. Un golazo que anuncia muchas tardes de gloria.

Carlos de Torres

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