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Entrevista:PAOLO BETTINI | Doble campeón del mundo de ciclismo

"En Pekín sobrevaloré a Valverde"

En Italia el ciclismo es una religión, el Mundial, la misa del gallo, y Paolo Bettini el Papa. "Me siento más fuerte, más sereno, que en Salzburgo y en Stuttgart", dice el corredor toscano (Cecina, Livorno, 1974) en el hotel espléndido -campo de golf a la puerta- en el que la squadra azzurra prepara el Mundial de mañana.

El recuerdo de las dos ciudades centroeuropeas no es vano, pues fue allí donde el pequeño ciclista italiano conquistó los dos últimos Mundiales. Si repite mañana en el circuito de Varese, será el primero de la historia que lo logre tres veces seguidas. Si lo gana Óscar Freire, el cántabro será el primero que logre cuatro jerséis arcoiris. La batalla se prevé homérica, lo que excita más aún a Bettini. "En carrera muchas veces tomo decisiones con los pedales antes que con la cabeza", dice. Ningún italiano ha ganado un Mundial en casa desde Adorni en Imola, en 1968.

"Quiero aguar la fiesta a los españoles, robarles el Mundial en su año mágico"
"Envidio la velocidad en los últimos 50m de Freire y su capacidad de esconderse"
"Esta carrera es especial: es en Italia, y aún no tengo equipo para el año que viene"
"Me gustaría tener a mi lado a un ciclista como Alberto Contador"

Pregunta. ¿Los pies antes que la cabeza? Pero dice Ballerini

[seleccionador italiano] que la diferencia entre usted y los demás ciclistas es el cerebro. Que el suyo es lo más parecido al disco duro de un coche de fórmula 1.

Respuesta. Una cosa no quita la otra. Me muevo a menudo antes con los pedales que con otra cosa. Pero tengo un disco duro que me permite darme cuenta enseguida de cuáles son los rivales que están más en forma y cuándo tengo que dar la estocada. Sólo fallé en los Juegos Olímpicos. En Pekín sobrevaloré a Valverde, me quedé con él, y se llevó Samuel Sánchez el gato al agua.

P. ¿Cree que se le pegará otra vez a rueda como en la Muralla china?

R. Me da igual quién tenga a rueda y Alejandro ya me la ha jugado una vez, seguro que no habrá otra.

P. Ha dicho Valverde que es imposible ganarle, que es demasiado listo. ¿Su astucia es lo que hará la diferencia mañana?

R. En el ciclismo profesional se ha llegado a una situación en la que la diferencia entre ganar y perder es mínima. El nivel está tan igualado que o te encuentras en estado de gracia o tienes que recurrir a otras armas. Mirar en los ojos a tu rival o saber ir de farol es la clave.

P. Quizás el problema de Valverde es no ser tan pillo...

R. Sí lo es. Si quiere puede ser tan astuto como yo. Creo que hacer como que no lo es forma parte de su estrategia. Es una inocencia fingida.

P. Es como si tuviera un complejo de inferioridad, algo que Freire, que ya le derrotó en el Mundial de Lisboa, no tiene, entre otras cosas...

R. No creo en los complejos de inferioridad. Alejandro y Óscar son dos grandes: todo lo demás depende de las circunstancias que se den en carrera.

P. Otra vez Italia contra España. Pero en el ciclismo es el mundo al revés, España actuará como Italia: catenaccio, a la espera, y, si se tercia, atacar a la contra.

R. Parece que esa va a ser la estrategia. Yo quiero aguarles la fiesta y robarles al menos el Mundial, ya que este año lo han ganado todo. De todas formas en los últimos años el balance de victorias entre ellos y nosotras ha sido bastante equilibrado y la de mañana no deja de ser una batalla más dentro de una rivalidad histórica.

P. ¿Qué significaría ganar el tercer Mundial seguido?

R. Entrar en la historia. Eso es lo que me ha motivado durante el año y lo que me ha permitido llegar a esta cita en este estado de forma. En este Mundial además se dan todos los componentes que lo convierten en algo especial: se corre en Italia, puede suponer acabar con el año mágico de España, y todavía lo hace más bonito el hecho de que no tenga aún equipo para el año que viene. Es una mezcla de alquimista.

P. En Stuttgart celebró la victoria con el gesto de la escopeta. En Suances, en la Vuelta, agachándose para que no se viera el nombre de su sponsor en el maillot. ¿Qué tiene preparado si gana mañana?

R. Por superstición nunca preparo nada. Lo de la escopeta se me ocurrió en los últimos 20 kilómetros y lo de la Vuelta lo decidí en los últimos 150 metros cuando me di la vuelta y vi que no me seguía nadie.

P. Italia siempre ha sido víctima de los dualismos, también en el ciclismo; Coppi-Bartali, Saronni-Moser, Bugno-Chiappucci... Este año todos hacen grupo alrededor de un solo líder. ¿Qué ha cambiado?

R. Siempre hemos sufrido, es verdad. Este año el líder soy yo, pero eso no quita que haya corredores de prestigio que, dependiendo de cómo vaya la carrera, puedan aspirar al triunfo final.

P. ¿Cuál es su sueño y cuál es su pesadilla para mañana?

R. El sueño es vestir el maillot arcoiris y la pesadilla cruzar la meta sin ganar y sin que me duelan las piernas. Eso significaría que no lo he dado todo. En 2003

[Mundial de Hamilton, triunfo de Astarloa] acabé cuarto y me cabreé muchísimo porque me di cuenta de que no me dolían las piernas.

P. Ha dicho Freire que le gustaría ser más fuerte en la montaña. ¿Hay algo que envidia al corredor cántabro?

R. Sí, su velocidad en los últimos 50 metros y sobre todo su capacidad de saber esconderse dentro del pelotón. Es increíble, cuando todos creen que ya no está Óscar, allí está y se sale con la suya.

P. Se dice que la mejor oferta que ha recibido Contador es de un equipo de Mónaco (H2O) que también quiere ficharle a usted. ¿Qué le parecería correr con el español?

R. Me resulta gracioso porque a todo esto yo no tengo equipo todavía para el año que viene. Pero, me gustaría, claro, tener al lado un ciclista como Alberto.

El doble campeón mundial Paolo Bettini, antes de un entrenamiento en Varese.
El doble campeón mundial Paolo Bettini, antes de un entrenamiento en Varese.ASSOCIATED PRESS

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