Óscar Pereiro no sabe si ve el final de la carretera. Acaba contrato con el Caisse d'Epargne en el 2009 y deja en el aire si este será su penúltimo o incluso último Tour.
-Yo solo me planteo que es mi quinto Tour. No se puede ir a la carrera más importante del mundo pensando en cuánto te queda como profesional. Si el ciclismo cambia y los corredores llegan a vivir menos amargados, puede que prolongue mi carrera. Pero no lo sé, nunca se sabe. Correré hasta el 2009 y a partir de ahí, ya no lo sé.
-¿Esperaba que el Tour rectificara con respecto a Contador, como el Giro?
-Radicalmente, no. Esto es el Tour, no es el Giro. El Tour no rectifica nunca sus decisiones. A mí me gustaría que en esta carrera estuvieran los mejores.
-Prudhomme espera un Tour sin escándalos.
-Pues a ver si es verdad. Si tiene que pasar algo, que pase, pero que no se busque. El año pasado ya se vendían escándalos antes de que sucedieran. En la primera rueda de prensa del Caisse d'Epargne se levantaron varios periodistas, esperemos que eso no suceda.
-Y después del Tour, los Juegos. ¿Qué posibilidades tiene de ir a Pekín?
-Lo veo más cerca que nunca. Cuando éramos catorce preseleccionados, lo veía como algo remoto. Cuando la lista se quedó en doce, me dije, «ahí está». Ahora somos ocho y ya no lo veo tan imposible como antes. Hay una posibilidad real de ir a Pekín y me encantaría.