"El trabajo antes o después acaba dando resultados"

Mikel Nieve sujeta la bicicleta, ayer por la tarde en la plaza del Ayuntamiento de Leitza justo después de entrenar. ZABAL

Mikel Nieve sabe bien lo que se trae entre manos. En el año de su debut en profesionales quiere dejar una buena impresión, y para eso hay que trabajar. A eso pocos le pueden ganar. Nieve comenzó su temporada en otoño, ha rebajado dos kilos el peso que tenía en aficionados... Ese trabajo va dando fruto. En la pasada Vuelta a Valencia se codeó con los mejores siendo un recién llegado.

Mucha gente se ha quedado sorprendida por la imagen que dejó en la Vuelta a Valencia.

Yo también, y he andado mejor de lo que pensaba. He notado mucho el cambio de velocidad de aficionados a profesionales, sobre todo en el llano.

¿Sufrió mucho?

Bastante, pero verme ahí adelante lo compensa todo.

Usted en aficionados consiguió victorias importantes como el Valenciaga, ¿cuesta mucho empezar de cero en profesionales?

Son etapas en la vida que hay que pasar. El salto de juveniles a aficionados lo notas, y éste también; yo espero aclimatarme rápido. Y luego hay cosas que compensan todo, como ver que estás corriendo con gente a la que admirabas cuando era un crío. Yo lo que noto es que cuando arrancan los profesionales hay que dejarles porque a ese ritmo no puedo seguirles por ahora.

Ha firmado con Orbea sólo por una temporada, ¿es un riesgo?

No, tampoco lo veo así. Este año lo único que me planteo es disfrutar de la bici, trabajar al máximo y luego ya veremos. Estar en profesionales ya es un premio, y quiero disfrutarlo.

Orbea es filial del Euskaltel, y un equipo en el que se mima a los neoprofesionales.

Sí, yo estoy muy contento porque el seguimiento sobre el ciclista es total. Te mandan los entrenamientos, hablas con ellos casi todos los días para contarles como ha ido... nos cuidan muy bien.

¿Cómo es posible que en un pueblo de pelotaris o harrijatsozailes como Leitza salga un ciclista?

Cuando empecé en el ciclismo me acuerdo que éramos unos 30 chavales, y ahora sólo quedamos Íñigo Sagastibelza, que corre en Lizarte, y yo. Pero sí es raro que salgamos ciclistas en un pueblo en el que manda mucho el fútbol y la pelota.

¿Siente envidia sana de los Barriola, Oinatz, Olazabal...?

Tampoco es envidia. Les admiro porque son buenos, pero son deportes diferentes. Yo intenté jugar a pelota, pero era bastante malo y me dio por la bici.

¿Con qué sueña como ciclista?

No me puedo plantear qué va a ser de mí dentro de cinco años. Primero habrá que hacer bien esta temporada, y luego ya veremos. Si entrenas bien, te cuidas, descansas las cosas tienen que salir antes o después. Yo soy de los que cree que el trabajo antes o después acaba dando resultados.

¿Cuánto se ha dejado en el camino por llegar hasta aquí?

Pues no sales por la noche, hay que cuidarse... pero a mí me gusta esta vida de profesional. A mí me engancha porque todos los sacrificios que haces los recompensas. Quizá lo que más me pena es haber dejado los estudios, pero había que apostar por esto.

¿La preocupa la situación por la que atraviesa el ciclismo en la actualidad?

A mí me da pena ver mi deporte así, pero estoy seguro de que esto antes o después remontará. Yo creo que más de lo que se está haciendo porque el ciclismo es un deporte limpio no se puede hacer. Yo el año pasado en aficionados pasé 15 controles antidopaje, y era un aficionado. ¿Qué más se puede hacer?