Vive su mejor momento deportivo a los 31 años, y tras las etapas pirenaicas es el quinto de la general, una posición en la que reconoce que nunca pensó que estaría
12 sep 2007 . Actualizado a las 03:28 h.Dos policías se acercaron ayer al autobús del Karpin Galicia. «Queremos ver la bici de Mosquera». «¿Qué tiene mi bici?», dice divertido el corredor. Que es la bici del quinto clasificado de la Vuelta. El gallego vive su juventud ciclista a los 31 años.
-Lo llevo. David García ayer me dijo: «¡Apaga el teléfono que hay que dormir la siesta!». -¿Antes de la Vuelta pensaba que podía ser quinto después de los Pirineos? -Pues no lo pensaba ni de coña. Creía que iba a perder mucho mucho en la crono. Pero en Zaragoza me saqué un peso de encima. -¿Se acostumbra a ser líder? -Me fastidia que mis compañeros anden de atrás para adelante conmigo. Me dan ganas de decirles: «Haced vuestra carrera». Si subo a la cabeza del pelotón yo solo ya les parece mal. Me dicen: «¡Pasas de nosotros!». Mis guardaespaldas son Veloso y David García. Veloso llega a ser pesado. Te dice: «¡Come! ¡Bebe!». Yo le contesto: «¡Veloso, que llevo nueve años de profesional!». Pero se vuelca conmigo. No guarda un cartucho para él. Y David igual. -¿Qué es lo que más le preocupa de lo que queda de Vuelta? -Que falta mucho. Y queda una crono. Si estoy como estos días, a lo mejor puedo perder un puesto. Le tengo mucho respeto a la Vuelta. -¿Qué tal el trato con los grandes? -Con Sastre bien. El lunes me agradeció que colaborara con él en Cerler. Yo no le ayudé más porque no conocía el puerto y tenía algo de miedo. Me dijo: «Si fuese otro, seguramente iría a rueda». Los otros van a su bola. En general, los grandes no te respetan. Algunos ciclistas sólo tienen de grande el palmarés. A lo mejor va Veloso subiéndome a mí y viene uno, se pone a rueda de Veloso y yo al aire. A alguno le he dicho: «¿Quieres agua también?». Ven que no eres ProTour y parece que no tienes derecho a ir bien colocado. -¿En qué etapa ha sufrido más? -En la de Andorra. En el último kilómetro estaba al límite. Pensé que iba a perder más tiempo. Creía que me superaba Samuel Sánchez en la general. Veía que él iba haciendo la goma y yo ¡aaah...! No pasaban las pancartas. -¿Qué opina de las críticas de Sastre a Piepoli? -Creo que Sastre llegó cruzado y dijo eso con la cabeza caliente. Piepoli ganó en Cerler gracias a Menchov. Lo lógico es devolver el favor.