Gorka Izagirre es de esos ciclistas con los que te puedes tirar hablando horas y no deja de sorprenderte. Su visión del ciclismo es diferente a los cánones habituales. Y eso a los globeros como nosotros nos encanta. En Ciclored Comunicación nos habíamos preparado a entrevista a conciencia. No todos los días se puede entrar (a través de whastapp videollamadas, claro) en la burbuja del Team Astana durante su campus de entrenamiento en Benidorm y conversar con un veterano en mil batallas como Gorka. En otros Campus habíamos visto que siempre había pruebas biomecánicas para todos los ciclistas y de ahí vino la pregunta. Gorka, ¿cuantas veces te han hecho la biomecánica? «En la de carretera, ninguna. A que estas no te la esperabas ehhh. Te he dejado fuera de juego». Jo, y tanto.
– Venga, vamos empezar por una de música. ¿Cómo os convenció Joseba Beloki a Ion, a Pello Bilbao y a ti para ir a cantar a la tele?
– Jajajaj. Ese programa lo suelen hacer todos los años para Navidad. A veces nos llaman para ir a cantar. Esta vez fue Joseba y no nos pudimos negar. Eso si, no me veo en Eurovisión cantando. Vamos, ni en un karaoke. Pero Beloki… canta bien.
– ¿Qué diferencias hay entre el Campus que hicisteis en Costa Blanca en diciembre de 2019 y el de ahora de 2021?
– En lo básico, nada. Simplemente las medidas anti covid. El equipo nos ha divido en tres grupos de entrenamiento de unos diez ciclistas y procuran que no nos juntemos mucho. NI en las rutas ni luego después en las comidas. En el Hotel tenemos comedor propio y estamos separados del resto de los clientes. Y bueno, poco más
– Y las pcrs, ¿no?
– Si claro. Aquí al llegar al Campus nos tuvimos que hacer pcr. Y luego durante el Campus nos hemos hecho otras pcrs para poder cenar todo el equipo junto.
– ¿Cuántas pcrs llevas ya?
– Pues… dos antes de cada carrera, más luego las que se hacen durante el Tour o la Vuelta. Calculo que unas 20. El otro día decía uno en la tele que llevaba seis… Eso no es nada. (Alex Aramburu, que comparte habitación con Gorka y le escucha le corrige. 20 solo… no no. Serán casi 30 ya) Pues tiene razón Alex. Serán alrededor de 30 desde que volvimos a correr en 2020.
«Cogí hasta tres kilos al principio del confinamiento»
– Menuda temporada rara quedó en 2020. ¿Cómo preparaste la vuelta a la competición en agosto?
– Fue todo de lo más extraño. Primero en marzo paramos un poco, porque no se sabía cómo iba a ir la cosa. Luego nos dijeron de parar totalmente. Yo cogí hasta tres kilos. Después cuando se veía que el confinamiento iba para largo a hacer rodillo. Pero claro, en el rodillo no se hacen las mismas horas que en la carretera. Luego que había sitios, como Bélgica, donde los ciclistas si podían entrenar y nosotros no. Y cuando volvimos a entrenar, pues no teníamos ni idea de si podíamos correr o no iba a haber carreras.
– En agosto parecía medio claro que se podría correr el Tour…
– Si bueno. Para entonces ya había aumentado el nivel de los entrenamientos. Pero durante el Tour se dudaba si se iba a acabar por los casos de Covid que hubo. Y luego había rumores de que si la cosa empeoraba La Vuelta corría peligro. Y en la salida no sabíamos si se iba a correr una semana, dos, completa… Era imposible planificar algo.
– Pero no me digas que cuando viste que La Vuelta eta octubre y noviembre y por el norte, con lluvia y frío asegurado, no le dijiste a tu hermano Ion. Esta es la nuestra.
– Pues no te creas. Que aunque se nos da bien, prefiero el calor. Que nosotros también sufrimos con el frío y el agua. Eso sí, creía que iba a ser mucho peor. Porque en el norte suele llover en noviembre. Al final la salvamos. Quitando el día de Formigal, que nos mojamos pero ganó Ion, y los días de Galicia. No hizo tan malo.
– Bueno. En la primera etapa en Arrate soplaba tanto viento que se movía la sala de prensa…
– Si, vale. Hacía viento. Pero no frío y cayeron solo cuatro gotas. No estuvo tan mal.
«Hicimos una Roubaix con tubular de 23 y uno del Sky nos decía que si estábamos locos»
– Vamos a hablar un poco del equipo. Se ha ido Miguel Angel López que era un lider claro para las grandes vueltas. Ahora los tres jefes de filas serán Fuglsang, Vlasov y Lutsenko. Os han repartido ya los roles para 2021.
– Pues el problema es que todavía no ha recorrido del Giro y de La Vuelta. Solo del Tour. Vlasov quiere hacer la general del Giro y yo voy a ir a ayudarle. Jakob todavía no lo tiene claro, pero las clásicas de las Ardenas siempre se le dan bien y Lutsenko… quiere ir bien en todas las carreras.
– ¿Tienes ya el calendario definido para 2021?
– La primera parte de la temporada hasta el Giro si. Bueno claro, dependiendo de posibles suspensiones y eso. En febrero quiero ir a las dos clásicas belgas, Omloop y Kuurne.
– ¿Te vas a apuntar a los adoquines?
– Si si. Me gusta. En 2020 tenía previsto hacer varias allí, pero al final se cancelaron todas. Ya he hecho Tour de Flandes, Harelbeke, A través de Flandes, Paris Roubaix… Y me lo paso bien. Son carreras divertidas.
– ¿Pero como entrenas los adoquines… sin irte a Bélgica?
– Pues ya la experiencia de años. Me acuerdo la primera vez que fui a la París Roubaix con Euskaltel que me tuve que retirar porque pinché y el coche estaba lejísimos. Cuando llegó estaba conmigo un inglés del Sky que también tenía avería y le dimos rueda para ayudarle. Cuando vio que habíamos montado tubulares de 23 el tío se partía de risa. Él ya llevaba por aquel entonces 28 y ahora se hace hasta con 30.
– ¿Se nota tanto la diferencia de la sección de tubular?
– Muchísimo. No te voy a decir que con 28 no se noten los adoquines de Roubaix, pero vas mucho más cómodo y botas menos.
«Me gustó Strade Bianche y repito en 2021. Eso sí, el sterrato no es liso como se ve en la tele…»
– Y después de los adoquines… ¿Qué más corres en 2021?
– Pues voy a ir a Strade Bianche. La probé en 2020 y me gustó. Antes nunca la hacía porque era el día anterior a París Niza y estaba obsesionado con esa carrera. Pero el sterrato se me dio bien y quiero repetir. Seguramente me tocará ayudar a Jakob, pero si tengo libertad es una carrera que me encantaría ganar. Bueno, esa y todas. (risas). También tengo en el programa Tirreno, pero no hago la Itzulia.
– Mucho más ciclabe Strade Bianche que Roubaix ¿no?
– Bueno. En la tele parece que las pistas de tierras son lisas. Y ni mucho menos. Tienen su piedras y tramos como baches. Y luego se baja igual de rápido que en carretera. Y el polvo se te mete por todos los sitios. Lo único que allí es más fácil llegar delante antes de un tramo de sterrato. En Roubaix en casi imposible. Además, son casi 100 kilómetros menos que Roubaix. Lo que no hay diferencia es en el esfuerzo. Los tramos de tierra son series a tope, igual que los adoquines.
«No me he hecho una biomecánica en mi vida»
– Vamos con las cosas que nos interesan a los globeros. Cada año os hacen una biomecánica porque cambiais de modelo de bici de carretera. ¿Te modifican mucho la posición?
– No me he hecho una biomecánica en mi vida. ¿Qué, como te quedas? En esta te he pillado eh…
– Y tanto. Yo veía a Iván Velasco hacer biomecánicas en los Campus de otros años y pensaba que os la hacían a todos.
– Yo tengo mis medidas, que son siempre las mismas. Cuando cambiamos de bici, pues la pruebo, ajusto un poco si el cuadro es más corto o más largo, entreno unos días con ella. Vuelvo a repasar las medidas y me vale. Eso sí, con la bici de crono es diferente. Ahí influye mucho más la aerodinámica y si me hago biomecánicas más a menudo para buscar una posición óptima. Pero la de carretera… nunca.
– ¿Habeis probado ya el nuevo modelo de Wilier, la Filante?
– Todavía no. Seguimos con la de 2020, que ya era un bicicletón. Seguramente dentro de un mes nos darán a elegir entre una u otra, pero por ahora solo tenemos la Wilier 0 SLR.
– 2020 fue la primera temporada con frenos de disco ¿Qué tal?
– Bien. No tuve ningún problema. Me adapté y le saqué rendimiento a la bici. Si me dieran a elegir entre zapato o disco seguramente me quedaría con las zapatas. Pero como no hay elección, pues disco.
– Muchos compañeros tuyos me han dicho que lo peor del disco es que haga ruido cuando vas subiendo un puerto…
– A mí no me ha pasado. Pero sí. A veces cuando vas en una escapada escuchas a uno que le va rozando el disco cada vez que se levanta y piensas. Lo duro que se le tiene que ir haciendo eso psicológicamente. Que vaya pensando que va perdiendo vatios.
– Y cuando a alguno le suenan los discos… ¿Se lo dices?
– Jajaja. No soy mucho de eso. Subiendo no, pero si es cierto que alguna vez al acabar una bajada le he dicho a alguno. Macho menudo ruido llevas.
«Aquí te encuentras a otro equipo entrenando y le adelantas… y algo de vacile hay»
– Ahora mismo entre Benidorm, Alicante, Calpe, Denia y Oliva hay más de 20 equipos profesionales entrenando ¿Por qué?
– Pues sobre todo el clima, que es muy bueno. También que hay montañas para poder rodar y hacer metros de desnivel con buena temperatura. Luego la oferta hotelera de calidad. Aunque es cierto que este año estamos casi solos.
– Eso sí, es fácil que os cruceis con otros equipos entrenando. ¿Hay piques cuando adelantas al Deceuninck, por ejemplo?
– Jajajaja. Pues algo sí. Mira hoy mismo hemos adelantado al Deceuninck entrenando y si le dices. Ale, hasta luego. Para empezar con eso de la guerra psicológica. Pero bueno luego llegan las carreras de adoquines y nos lo dicen ellos a nosotros.
– Hablando de guerra psicológica. Beloki me contó que antes se hacía algunas ‘putadas’ en el pelotón, como engañar a algún gregario de otro equipo para que los bidones que había subido desde el coche no se los diese a sus compañeros.
– A ver, algo hay, pero eso ya en concreto no. Casi al revés. Hay veces que alguno baja al coche y sube bidones de más y reparte para otros equipos. Yo lo he hecho alguna vez y se lo he dado a algún colega de otro equipo.
– ¿A los colegas en el pelotón aunque sean de otro se les echa una mano si te metes en la misma escapada y les hace falta?
– Si tenemos intereses en común sí. Y lo haces de buena gana y te alegras si le va bien. Pero si a tu equipo no le interesa, pues tienes que acatar las órdenes.
