Txomin Juaristi: "Vestir el maillot naranja te hace sentir especial"

El vecino de Amets Txurruka en Markina, que llegó tarde al ciclismo, cumple su tercera temporada vistiendo el naranja de la Fundación Euskadi. Con 24 años anhela seguir madurando como ciclista en busca de la regularidad que le aporte victorias.

Ainara Hernando. Foto: Photo Gomez Sport

Pasada de frenada: Txomin Juaristi
Pasada de frenada: Txomin Juaristi

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Txomin Juaristi fue el protagonista de la sección "Pasada de Frenada" en el número de Junio de Ciclismo a Fondo. A través de sus respuestas podréis conocer mejor al ciclista vizcaíno del Euskaltel-Euskadi.   

 

- Tres palabras que te definan como ciclista y otras tres como persona.

- Como ciclista soy alegre, combativo e... indeciso, ¡como ahora para responder! Y como persona, alegre también, amigo de mis amigos y exigente conmigo mismo.

- ¿Quién era tu ídolo ciclista cuando eras pequeño?

- Nunca he tenido ídolos. Empecé tarde con la bici, ya de cadete de segundo año. De pequeño no me gustaba el ciclismo, cuando veía a mi padre mirarlo por televisión le decía: "¿Y no te aburres viendo esto?". El primer ídolo que he tenido ha sido Wiggins, por su forma de vestir, la música que escucha y el rollo que lleva.

- ¿Y ahora tienes algún referente dentro del pelotón?

- Nunca he querido ser como nadie. Todos tenemos cosas buenas y malas. Referentes sí tengo. Todos queremos ser como Valverde o como Sagan. Pero quiero contar con la clase del Bala, la alegría de Sagan y la combatividad de Amets Txurruka. Un poco de cada uno, pero también mostrar mi personalidad.

- ¿Cuál ha sido tu mejor día encima de la bici?

- Mi primera victoria en juveniles. Se la dediqué a un amigo que había muerto. Buscaba la victoria y siempre me quedaba cerca. Me daba mucha rabia porque sentía que le debía algo y el día que gané, lo saqué todo. Fue en el Campeonato de Bizkaia, en Galdames.

- ¿Un ritual que hagas siempre antes de coger la bici?

- Ponerme música antes de salir y entrar en el rollo de la música. Bailar o cantar. Me ayuda a animarme, tanto para entrenar como para competir.

- ¿Algo que nunca falta en el bolsillo de tu maillot?

- Comida. Un plátano sí que suelo llevar. Entrenando, siempre; en carrera ya no.

- ¿Te has convertido ya en el ciclista más famoso de Markina o ese sigue siendo Amets Txurruka?

- Aunque lleve años retirado, Amets es insuperable y creo que será difícil igualar lo que ha sido o llegar a hacer vibrar, como consiguió él, al pueblo y a todo Euskadi. Su forma de correr era única y su personalidad, también. Aún hoy, sales a entrenar con él y en el primer puerto que subes te exprime.

- ¿Qué significa vestir el maillot naranja, ahora con Euskaltel como patrocinador?

- Te hace sentirte especial. Nunca va a ser el equipo que fue antes porque estar en el World Tour y hacer lo que consiguieron es muy difícil, pero pertenecer a este equipo te da otro nombre. Es formar parte de la historia del ciclismo. Por Euskaltel, por la marea naranja, por ser vasco... es especial.

- Si no te gustaba el ciclismo, no serías de los que formaba parte de la marea naranja en las cunetas del Tour de Francia.

- Qué va, la primera carrera que vi en vivo fue un Memorial Valenciaga en 2010 y por Sabino Angoitia. Precisamente por él empecé en el ciclismo, porque su hijo se fue al Baqué y como somos de la cuadrilla, fui con él. Sabino nos llevaba los entrenamientos y me acercó a presenciar aquel Valenciaga. Cuando empecé, mi madre lo primero que me dijo fue que no iba a ir a verme a ninguna carrera. Pensaba que me cansaría enseguida. Y ahora no se pierde una, ni siquiera si competimos en Portugal. Y eso está muy bien porque si paso un día malo, los tengo cerca y pueden venir a verme al hotel y animarme.

txomin juaristi
Foto: Fundación Euskadi

- ¿Qué tipo de ciclista te gustaría llegar a ser?

- Quiero encontrar la regularidad que me falta; la que tenía en aficionados. Quiero llegar a pelear por alguna vuelta, ir poco a poco. Sé que no estoy para disputar una grande, pero una Vuelta a Asturias, Madrid o Castilla y León la veo a mi alcance. Poder estar en los primeros puestos. Tengo que mejorar eso.

- ¿Qué titular te gustaría leer contigo como protagonista?

- Txomin Juaristi gana la Itzulia. Ha sido una pena que este año no se haya celebrado, ya que íbamos a correrla. Recuerdo cuando algún año iba con la cuadrilla a ver el paso por Arrate y les dije que mi sueño era atravesar como ciclista por un pasillo humano como ese. Ha estado a punto de cumplirse.

- ¿Con qué compañero del pelotón compartirías unas vacaciones?

- Con Gotzon Martín y Mikel Alonso.

- ¿Qué recuerdas de tu debut como profesional?

- Fue en la Vuelta a Madrid de 2017, con la Selección Española, y recuerdo que no anduve nada. No me quedé contento, en absoluto. Iba subiendo Navacerrada con Lobato y le decía eso mismo. Estaba avergonzado. Luego debuté con el equipo Murias en la Vuelta a Portugal y lo mismo. Sí, pillé alguna fuga, pero luego para atrás. Ya fui eliminado de entrada, todos me decían que por qué me llevaban a La Grandissima, que era demasiado para mí siendo tan joven y acudí nervioso. Sufrí descomposición, el chip de la cabeza ya no lo tenía bien. No estaba preparado para algo así. Sentía miedo.

- ¿Cómo te dieron la noticia de que ibas a vestir el maillot de la Fundación Euskadi?

- Me acuerdo que estaba viendo una tarde el programa "Hipnotízame". Aparecía el mago Jandro, que hipnotiza a la gente, y lo hizo con El Monaguillo que es un humorista. Y de repente, cojo el móvil y veo una llamada de Mikel Landa. Me dije a mí mismo: "¡Me han hipnotizado viendo el programa!". No me lo podía creer. Cuando hablé con él me quedé loco. ¡A ver si estoy soñando! Ya había rumores por entonces de que iba a salir de nuevo la Fundación Euskadi, pero
todavía no era una realidad.

- ¿Qué te ves haciendo dentro de diez años?

- Espero continuar siendo ciclista. Nos puede pasar cualquier cosa, pero lo que venga, afrontarlo a tope. Ojalá pueda disfrutar de seguir siendo corredor profesional.

- ¿Qué es lo que peor has llevado durante el confinamiento?

- Me amoldé bastante rápido, la verdad. Lo peor fue no salir en bici, esa frescura que te da la rutina y el estar centrado en el día a día. Pero hice rodillo y ejercicios de fuerza al método casero, con bidones de agua.

- ¿Y lo mejor?

- Conocerte a ti mismo, ver que eres capaz de conectar contigo. Además me ha dado por aprender inglés, que tenía un nivel muy bajo. Debemos seguir mejorando como sea, aparte de la bici hay otros aspectos. También he leído libros, estoy relajado. En una situación normal siempre hay algo que hacer y ahora no tengo tantas preocupaciones personales.

- ¿Cuál ha sido el día que más kilómetros has hecho en el rodillo?

- Kilómetros no sé, pero en tiempo dos horas y media de una tirada. Sólo un día. Normalmente hacía por la mañana un rato y por la tarde otro, pero no soy de meter muchas horas. No hago locuras, que si no luego a ver quién coge la bici. Hay que alcanzar ese punto que te sacie, aunque también te deje con las ganas. Si un día ruedo cuatro horas, al siguiente no sería capaz de subirme al rodillo. Hay que tener la cabeza fría para que este trabajo te beneficie porque el rodillo es peligroso.

- ¿Qué es lo que más has echado de menos de no poder entrenar al aire libre?

- Las paradas, la grupeta... y subir puertos.