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Iñigo Elosegui: «Me he sentido acogido en el Movistar desde el primer día»

Iñigo Elosegui. 2020 UAE Tour. Stage 1: Dubai. 23.02.2020.

Ha llegado al Movistar Team la temporada de transición con muchos cambios y con un equipo renovado al que ha llegado mucho ciclista joven pensando en el futuro. Iñigo Elosegui (Zierbena, 1998) es una de las promesas del ciclismo español que ha dado el salto a profesionales en este 2020 siguiendo los pasos de su abuelo, profesional en los años 60. Aunque comenzó jugando al fútbol, rápidamente se cambió a las dos ruedas y no pudo elegir mejor. Fue dando pasos temporada a temporada hasta que llegó al Lizarte, con el que se proclamó campeón de España sub23 en 2018. Esa victoria aceleró su fichaje por el conjunto telefónico, pero tenía que seguir dando los pasos con el Lizarte para llegar de la mejor forma a World Tour. El coronavirus solo ha sido un parón en la primera campaña, de muchas, como profesional de Elosegui. El vasco repasa junto a La Guía del Ciclismo los pasos dados hasta llegar al Movistar Team, la situación actual y como ve el futuro.

¿Cuándo comenzaste a dar las primeras pedaladas?

Lo que es en plan competitivo sobre finales de 2012 porque yo jugaba al fútbol y terminé esa temporada en mayo-junio y en julio comencé en ciclismo en el último año de infantiles. Hice ese año siete carreras y en 2013, ya como cadete, lo hice completo.

¿Cómo te dio por cambiar el balón por la bicicleta?

Fue por mi abuelo porque había sido ciclista profesional en la década de los 60. Al final venía un poco de familia y yo lo había tenido claro, sabía que terminaría probando con el ciclismo. Aunque jugase al fútbol salía todos los fines de semana a andar en bicicleta. Entonces llevaba ya un par de años con el gusanillo de querer apuntarme al ciclismo, pero no sabía cuándo. Al final me decidí ese año y ahí empezó.

¿En qué momento te diste cuenta de que podías llegar arriba?

Eso ha sido más un proceso. Desde pequeño, antes de apuntarme a ciclismo, yo ya pensaba con la idea de un día poder ser profesional. Por aquellos años ya me decía: «Cuando sea profesional esto, cuando sea profesional aquello…». Por aquel entonces era el sueño de un niño que no sabe ni lo que está hablando. Pero ya tenía claro el objetivo, como que tenía que ser profesional sí o sí. Desde el principio me encontraba bien andando en bicicleta y ha sido un proceso ir asimilándolo poco a poco. No ha llegado un punto que dijese: «Ostras ahora hay que darlo ya el todo por el todo». Ha sido un proceso.

Has acabado de formarte en la cantera del Lizarte, ¿es una de las mejores escuelas para crecer?

Sí, para mí la mejor. Yo he aprendido muchísimo ahí, ya no solo en el tema deportivo, que aprendes mucho. En el tema personal aprendes como gestionar tu día a día, tu cabeza para rendir al máximo. Juanjo Oroz es muy bueno gestionando grupos y personas ayudando a que aprendas a relativizar las cosas y que gestiones bien las emociones. A mí eso me parece importantísimo para el rendimiento y para el día a día para no venirte abajo y vivir bien.

¿Sigues manteniendo el contacto con tus excompañeros del Lizarte?

Sí, suelo hablar de vez en cuando con ellos por WhatsApp. Con los compañeros me ha quedado una relación muy buena. Al final, date cuenta que no es solo correr cada fin de semana con ellos, son las concentraciones antes de empezar la temporada en Pamplona todos juntos. El año pasado varios hicimos una concentración en altura en Andorra, luego también las carreras internacionales, que solíamos ir los mismos. Entonces hacías grupo y pasabas muchos días del año juntos.

En 2018 te proclamaste campeón de España sub23, ¿qué significo para ti?

Fue increíble, encima venía de un inicio de temporada muy complicado y en el Giro sub 23 lo había pasado mal. Tuve antes de la carrera una caída muy fuerte y llegué al Giro casi sin entrenar y allí lo pasé fatal porque llegaba sin forma. Aproveché el paso de las etapas para ponerme en forma y el Campeonato de España fue cinco días después de acabar el Giro. Entonces fue como una recompensa a no rendirte desde el inicio de temporada y a partir de ahí vino todo dado.

¿En quién te fijabas cuando ibas creciendo?

La verdad es que no he tenido un referente en el que me fijaba. Me veo todas las carreras de ciclismo, me conocía a todos, pero lo que es uno en concreto no he tenido. Es verdad que como mi abuelo fue profesional en los 60 y esa es la época de Eddy Merckx en mi casa he crecido escuchando siempre historias de él. Que si esto que si lo otro. Entonces para mí es el mejor ciclista de la historia y sí que ha sido el más ídolo que he tenido sin haberle visto correr, pero por mentalidad, porque arrasaba con todo, era un ganador nato. Me sé muchas historias y su ambición es lo que más me llamaba. Cuando era más crió los ciclistas del Euskaltel, Igor Antón, Samuel Sánchez, yo jugaba con los amigos a ser ellos. Salíamos con la bicicleta y jugábamos a ser ellos. Si hay que elegir el Euskaltel, la pasión que te levantaba cuando veías ganar a Igor, a Samu o a cualquiera.

¿Cómo fue el momento de la llamada del Movistar?

Fue parecido a dar el salto a profesionales, un proceso. No fue una llamada directamente. El año pasado con el Lizarte lo hice habiendo firmado ya con el Movistar. Lo teníamos apalabrado desde noviembre más o menos de 2018 y ese año mis representantes ya estaban en contacto con Eusebio Unzué. Le hablaban de mí y a partir del Campeonato de España ya se interesó más todavía. Veíamos que cogía forma y al final quedamos para hablar y concretamos las cosas. A Eusebio le gusta que los corredores de maduración lenta vayan tranquilos sin saltarse etapas y él tenía claro que tenía que hacer otro año en sub 23 con el Lizarte. No quería jugársela y quería que pasase preparado de verdad. Es una mentalidad que me gusta, que los corredores se formen debidamente en cada etapa y yo estoy de acuerdo. Me sirvió para llegar más hecho este año a Movistar.

¿Te puede llegar a presionar el que seas uno de los jóvenes de más futuro?

No, yo no siento presión de fuera ni del equipo. Todo lo contrario, lo que siento es confianza. Yo cada vez que habló con los directores o con Eusebio lo que me transmiten es total confianza y tranquilidad. No me piden nada que no pueda hacer. Presión sí tengo, pero porque me la pongo yo. Soy muy ambicioso en el sentido de que me gusta hacerlo todo lo mejor posible, que salga todo perfecto, andar muy bien. Entonces toda esa presión me la pongo yo.

¿Qué tal llevas el encierro?

Dentro de lo que cabe bien porque al final tenemos salud, que es lo que más hace falta en esta época. No me voy a quejar por quejarme. Tenemos la suerte encima de tener a Movistar de patrocinador que nos está garantizando el trabajo. Al principio es verdad que se hacía más fácil porque aprovechaba para hacer mil cosas y a mi encima me gusta leer, ver series, estudiar un poco, mil proyectos por hacer, pero al final se te acaba haciendo muy repetitivo y muy cansado todo. Nos cansamos más de no hacer nada que de hacer algo. Necesitas un poco ya salir, ver un poco a los amigos, aunque sea a distancia para sentirte que perteneces a este mundo.

¿Has participado en carreras virtuales?

No, en ninguna. Yo hago rodillo normal viendo la televisión, una serie o una película. No me gusta el rodillo encima así que lo utilizo lo mínimo posible. No hay ninguna necesidad de estar ahora a tope de forma. Hay que tomárselo con tranquilidad. No tiene sentido salir del confinamiento en nuestro pico de forma y luego venirse abajo. Es mejor tomárselo con tranquilidad, no perder forma, intentar no perder mucho peso, pero sin volverse locos.

¿Cómo has vivido el cambio del Lizarte al Movistar?

Muy bien, con mucha naturalidad porque me he sentido acogido desde el primer día. La gente hace que te sientas como en casa y yo vine con una ilusión terrible, entonces te parece una pasada. De cualquier momento malo se puede sacar algo bueno. Hay momentos en los que me veo vestido con el maillot del Movistar y digo: «Ostras Iñigo, pellízcate». Pero nada hay sido algo muy natural y estoy muy contento.

Iñigo Elosegui Movistar Team 2020
Iñigo Elosegui. Vuelta a Murcia 2020 (Los Alcázares y Caravaca de la Cruz).

Primer año como profesional y en el Movistar, ¿se puede pedir algo más?

Solo podría pedir que no hubiese pasado todo esto para poder hacer el primer año profesional bien, pero bueno es lo que hay. De momento ha quedado la temporada cortada por la mitad, pero hay muchos años por delante.

Primera carrera en Argentina, ¿qué sentías antes de empezar?

Si te digo la verdad no sentía nada especial, no sentía esos nervios. Al final es algo a lo que ya vas mentalizado, has interiorizado tanto ese momento que sabes cómo va a ser y lo que vas a sentir. En el tema de sentimientos era un día más. Luego estaba el tema especial de que era en profesionales y te ves rodeado de toda esa gente y tiene una dimensión terrible. Lo piensas y a mí me salió una sonrisa de lado a lado. Pero lo viví con naturalidad porque iba preparado mentalmente.

¿Qué te han dicho corredores como Alejandro Valverde, Enric Mas o Marc Soler en los primeros días como ciclista del Movistar?

A Marc por ejemplo ya lo conocía de hace algunos años y con Enric solo he corrido en la Vuelta a la Región de Murcia. Con Valverde he estado algo más y la verdad que con todos muy bien. Te intentan dar consejos, pero no es solo eso, porque te ven ya como uno más y se ríen contigo, te hacen bromas, te cuentan chistes y al final eso es lo mejor y lo que hace piña.

¿Te puede sentar bien esta «revolución» que ha hecho el Movistar con tanta gente joven?

Yo creo que va a venir bien pero más que nada porque el equipo veía que necesitaba renovar plantilla pensando en el futuro y yo creo que era un momento perfecto para hacerlo. Al final siempre nos solemos quejar que no se apuesta por los jóvenes, pues mayor apuesta que esta no la hay. Es una apuesta de futuro pensando en el medio plazo, no era un equipo para ganarlo todo este año. Aquí el tema es que si quieres tener en tres o cuatro años un equipo top tienes que formarlo desde antes porque no te puedes limitar a encada momento firmar a los mejores corredores. Si el Movistar quiere implantar su filosofía de equipo, su manera de trabajar y todo, lo mejor que puede hacer es coger a los ciclistas jóvenes. Yo creo que así se va a hacer una buena piña para el futuro.

Iñigo Elosegui
Iñigo Elosegui, en su primera carrera con el Movistar en Argentina.

¿Qué objetivos tenías para esta temporada?

Yo tenía el calendario marcado hasta mayo, después ya no sabía. Después del Tour de UAE tenía previsto disputar las clásicas: Milán- Sanremo, E3 Harelbeke, Gante-Wevelgem, A través de Flandes, y luego alguna vuelta en España como la de Madrid y la de Castilla y León. Pero no tenía ninguna carrera marcada, el objetivo era hacerlo bien en todas.

¿Cómo ves el futuro de esta temporada? ¿Se podrá salvar un mínimo?

Al final no se sabe que puede pasar. Es una incertidumbre. Espero que se pueda salvar porque al final también está en juego el futuro de este deporte y muchísimos trabajos. Es necesario que se hagan algunas carreras para salvar varios equipos. Sería una noticia buenísima que se pudiera correr porque sería señal de que está la cosa mejor. Al final el ciclismo es un deporte que vive de la publicidad, del patrocinio y si no hay carreras no hay publicidad.

¿Qué ha supuesto para ti que se hayan suspendido la Itzulia y la Clásica de San Sebastián?

Ha sido una pena porque la Itzulia encima este año una de las etapas terminaba al lado de mi casa. Se subía La Arboleda, que es el puerto que más veces he subido y me lo conozco con los ojos cerrados. No sé si la hubiese corrido, pero para la gente que somos de aquí es algo que va con nosotros y nos encanta.

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