(Entrevista publicada en el número de Marzo de Ciclismo a Fondo, en la sección "Pasada de Frenada")
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¿Juan, Fernando o Juan Fernando?
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Cuando era muy pequeño dos o tres amigos me apodaron Nana, pero hace mucho que todo el mundo me llama Juan.
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¿Cómo fue tu primera experiencia en el pelotón profesional en Mallorca?
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Muy buena. Esperaba el momento con expectación porque me habían contado que por el llano volaban y te podías cortar en las rotondas, pero logré llegar con el grupo. Al día siguiente entré en la fuga y subí al podio tras ganar la montaña. No me lo esperaba.
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¿Cómo llegaste a España para competir en el filial del Caja Rural- Seguros RGA?
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Vine antes, de juvenil de segundo año, a un equipo madrileño de Navalcarnero, el Plataforma Central Iberum que llevaba Domingo Bañeros. El contacto surgió al acabar la Vuelta al Porvenir en Colombia. Se me acercó una persona que conocía a Domingo y le llamamos. Preguntamos a Matxin, persona muy cercana a mi país, y me vine aquí a experimentar.
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Tres palabras para definirte como persona y otras tres como ciclista.
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Agradecido, respetuoso y tranquilo; como ciclista pienso que soy buen compañero, escalador y valiente.
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¿Cómo era tu vida en Salgar, Antioquia, cuando eras pequeño?
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Es una ciudad a 85 km de Medellín. Me limitaba a estudiar, estar en casa con mis padres, montar un poco en bici por las tardes y de noche jugaba al balón o me quedaba hablando con los compañeros. Cuando aposté por dar preferencia a la bici pasé a estudiar por las noches.
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¿Por qué los colombianos tenéis tal apego a vuestro país?
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Por cómo se vive. Somos un poco más alegres, los barrios no se ven tan solitarios; hay más bulla, más vida en comunidad. También pesa mucho la familia, por supuesto. Y a la hora de entrenar contamos con la ventaja de la altura y se respeta más al ciclista en las carreteras.
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La Subida a Gorla la han ganado ilustres como Sastre, Purito Rodríguez, Contador, Amador, Landa, Jesús Herrada o Fraile. ¿Qué te dice eso?
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Cuando era juvenil escuchaba todos los que habían vencido allí y ganarla era un objetivo. Por eso conseguirlo el año pasado fue una gran alegría.
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¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
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Suelo escuchar música, descansar y jugar a la Play, en concreto al GTA; es el que escojo siempre.
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Tienes veinte años. ¿Dónde te gustaría estar dentro de cinco?
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En un equipo World Tour. Si hago las cosas bien se puede conseguir. Y carreras, además del Tour me atrae el Giro de Italia, una prueba bonita y dura.
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¿Cómo es la vida en el piso de Pamplona que compartes con cuatro compañeros del Caja Rural-Seguros RGA: Aular, Cepeda, Jhojan García y Osorio?
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Llevamos poco tiempo juntos, aunque no es fácil convivir compartiendo la cocina y demás. Ya estoy acostumbrado después de dos años aquí y nos iremos acoplando con el resto.
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¿El elevadísimo nivel de los ciclistas colombianos en la actualidad es positivo o negativo para un corredor que está despuntando?
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Es muy bueno. Mi país está dando excelentes corredores tanto hace 10 años, como hace 5 o ahorita con Egan (Bernal). Para los latinos es más sencillo venir a Europa porque hay muchos equipos persiguiendo talento que miran a Colombia.
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¿Tienes alguna manía?
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Sólo con la bici. Estoy muy pendiente de las manetas, de los frenos en general. Me gusta que frenen por igual y que no estén ni muy tensadas ni muy destensadas. Para no molestar a los mecánicos, lo hago yo directamente.