F. LL. C harlar con Mikel Landa, incluso en la víspera de una gran vuelta que significa algo especial para él, da juego al periodista. Es uno de los favoritos al Giro de Italia a pesar de que hasta ahora ha tenido muy mala suerte. Algunos aficionados lo apartan de la pelea, pero hay pocos rivales que no empiecen a pensar en las opciones del escalador de Murgia, de 29 años y profesional desde 2009. Las oportunidades perdidas, fundamentalmente por accidentes, son el pasado. El alavés tiene aún la esperanza de que vendrán pronto tiempos mejores.
Tengo una frase suya grabada. Es de mayo de 2015, en la víspera de aquel gran Giro. "Estoy que muerdo", decía. ¿Se ha sentido así más veces? Sí, quizás este año otra vez. En aquella ocasión venía de ganar una etapa en el País Vasco, luego en el Trentino había hecho segundo... Y este año llego con sensaciones muy buenas. Llegamos con Richi [Carapaz] en Asturias, hice una buena Lieja... Llego muy bien otra vez al Giro. ¿Qué ha cambiado de ese Landa, que ya tenía experiencia pero estaba a punto de dar un buen salto profesional? A veces lo pienso... Y sí, creo que será difícil volver a tener la cabeza como entonces, cuando todo era bienvenido, no tenía ningún tipo de presión, aunque nunca me haya afectado mucho. No había ese miedo a perder, era un momento muy bonito, me divertía mucho con la bici y era un juego. Ahora es un poco más serio y eso lastra un poco.
Y pasa a ser una persona más opaca, que mide sus palabras y es más calculador en todo. Sí, en todo. No todo el mundo es tu amigo, aunque lo parezca, no siempre estás rodeado de tus amigos, de tu círculo.. Pero, bueno, al margen de eso esto sigue consistiendo en dar pedales y si la salud y las caídas me respetan espero volver a estar a ese nivel. Entonces teníamos a Contador, Purito, Valverde... Estaban delante y le tapaban. No me pesa, lo veo algo normal. Ya van apareciendo nuevas figuras, es ley de vida. Me ha tocado, quizás a veces se generan expectativas mayores de las que uno puede cumplir, pero en mi interior no ha cambiado mi expectativa: sé muy bien quién soy y lo que puedo dar, por lo tanto no me afecta esta situación. ¿Se han inflado sus expectativas? No, pero a veces hago creer que se puede soñar... Creo que es real, pero quizá si no fuese yo y lo viera desde otro punto de vista me parecería exagerado. Sí creo que soy capaz de subir al podio de una grande. ¿Es consciente de haber tomado decisiones erróneas? Quizás alguna decisión me haya podido lastrar, igual sí. Salí de Astana porque no me sentí valorado en aquel momento, fui a Sky y tuve mala suerte en el primer Giro que fui como líder y en el segundo, con la caída. Luego fui al Tour con un líder claro al que había que respetar. Van pasando los años... ¿Y siente que se le escapa el tiempo? Está claro que he perdido oportunidades y a veces parece que estoy igual que hace tres años, con la esperanza de hacer algo. Lo cual es bueno porque significa que sigo ahí. Hay gente que le ve capaz de todo. Porque siempre que no he podido disputar una grande ha sido por una caída o una enfermedad. Y esa es la esperanza, que si va todo bien puedo estar como en el Giro 2015 o cuando fui cuarto en el Tour.
Ha pasado por muchos equipos y muy diferentes. Haga un pequeño resumen. Euskaltel era un equipo pequeño en el que se hacían las cosas muy bien y se ha visto ahora adonde hemos llegado cada uno. Una pena que desapareciera. Astana ha sido en el que mejor me he encontrado, se respiraba un ambiente muy bueno, corríamos muy bien y disfrutábamos. Sky era un equipo muy grande, todo el día el coco encima. A cualquier carrera va un corredor tan fuerte como tú o un líder para el que trabajar. Complicado. En el Movistar estoy cómodo. A ver si ya puedo disfrutarlo, que el año pasado no fue posible por la caída del Tour. ¿Puede citar un corredor, un rival o un compañero que le haya marcado por su forma de trabajar, por su método? Nibali. Crecí viéndole. Pasé a profesionales siendo su fan. Siempre le admiré mucho, es impredecible. Con Gilbert, es el que más me ha llamado la atención. Intento aprender cosillas, pero algunos comparten más que otros [risas] . ¿Y un compañero, un amigo, una persona con la que haya tenido la mejor relación? ¡Ah, personalmente me quedo con Amets Txurruka! Es un tío muy bueno, muy amigo y muy cercano. Muy dispuesto a ayudar siempre. El Murias les tira los tejos para fusionarse con la Fundación Euskadi, que preside. ¿Hay opciones de unificación? A día de hoy tenemos objetivos muy diferentes. Cuando entré en este proyecto fue con la idea de dar oportunidad a los chavales, hemos trabajado mucho la cantera, el equipo de chicas, el Sub23 y el Continental. Mi cabeza no da para más y aspirar a más que eso sería una locura.
La estrella naranja del inicio de temporada, Sergio Higuita, ya es del Education First. ¿Qué ha supuesto su paso por la Fundación, qué futuro le ve en el WorldTour? Ojalá crezca mucho. La relación ha sido muy buena, porque es muy agradecido, desde el primer momento ha estado agradecido por la oportunidad que le ha dado el equipo. Y se ha comprometido, porque ha dado muy buen nivel en todo lo que ha corrido. Ha ganado carreras... Era un tío que podía pensar que, bueno, podía pasar sin más, porque lo tenía hecho con Education First... Nada de eso, ha defendido nuestro maillot cada día. Potencial tiene, ya me hubiera gustado correr con él en el pelotón a comienzos de año, pero mis caídas lo han impedido. 