Geraint Thomas: “Voy en la buena dirección”

ENTREVISTA MD

El vigente campeón del Tour atiende a MD en la Itzulia y muestra sus cartas para esta temporada

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Geraint Thomas levanta el pulgar para la cámara de MD

Luis M. Unciti / Luis M. Unciti

La preparación del asalto a su segundo Tour ha traído por vez primera a Geraint Thomas (Cardiff, 1986) a Euskadi. Detrás de un corredor fino y un escalador implacable encontramos una persona agradable y relajada, que esboza una sonrisa con varias de las preguntas que se le lanzan. El galés atiende a MD en el hotel del Sky, antes de coger fuerzas para la etapa del ‘sterrato’. Con el estomago vacío pero las ideas tremendamente claras. Nada hacía presagiar su caída de ayer, de la que salió indemne.

¿Por qué la Itzulia? Nunca la había incluido en su puesta a punto.

No había venido hasta ahora pero es una carrera que siempre he disfrutado viéndola por la televisión...y quizá después de probarla siga prefiriéndolo (se ríe). Sí que he corrido un par de veces en España pero nunca en el País Vasco, ni tampoco en la Clásica de San Sebastián. Simplemente quería correrla porque nunca la había hecho y es bonito probar diferentes carreras de vez en cuando.

¿Qué me dice de los aficionados vascos? Compañeros ya ha tenido, como Landa, Nieve o ahora Castroviejo.

El apoyo que recibimos es increíble. La afición de aquí es muy entusiasta y no hay nada parecido en otro país. En el Tour ya lo he notado, en los Pirineos. Suele ser la mejor parte de la carrera en lo que al ambiente se refiere.

Es el ganador del Tour y cualquier altibajo se mira con lupa. ¿Preocupado después de tener que abandonar en la Tirreno?

No, creo que voy en la buena dirección. En cuanto a fuerza, piernas y todo eso me siento bien. Tengo que rascar un poco de peso pero eso ya vendrá poco a poco. En noviembre estaba grande, gigante... (se ríe). Requiere su tiempo, me siento entero y se trata de seguir mejorando. Después de la Itzulia estaré un par de semanas en casa, luego iré a Romandía y a Suiza, sin pasar por las Clásicas de las Árdenas.

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Geraint Thomas ciclista del Sky

Luis M. Unciti / Luis M. Unciti

La nieve le echó de Tenerife. ¿Mala suerte?

Sí, fue una pena. Solo porque en Mónaco el tiempo era genial, con cielos azules y el sol brillando todo el rato pensé en volver a casa (vive allí). No había ninguna razón para hacerlo más duro de lo que era, ¿sabes?

¿Ha notado en el pelotón el estatus de haber ganado el Tour? ¿Le vigilan mucho más?

Lo más raro es que compañeros que hace meses que no me ven me felicitan por la victoria en París cuando coincidimos. Normalmente eso sucede el día después de una carrera y luego todo el mundo se olvida. Todavía estoy un poco verde para estar peleando por la posición. Necesito coger la forma correcta para pelear por estar delante y competir.

¿Le añade más presión haber conquistado el maillot amarillo?

He hecho todo lo que siempre había querido hacer y me encantaría volver a coger esa misma forma y competir así otra vez. Y si no sucediese, no pasa nada. Ya lo he conseguido. No tengo que demostrar nada a nadie. Son las ganas de querer hacerlo bien otra vez lo que me empujan, porque en el fondo soy un atleta y eso es lo que tienes dentro.

No está obsesionado con conquistar la segunda Grande Boucle, ¿no?

Eso es. Lo voy a intentar al 100%, con todas mis ganas, pero tampoco me voy a estresar. Si no gano, no pasa nada.

Cumplirá 33 años el 25 de mayo. ¿Cual es el secreto que se esconde detrás de ese éxito tan tardío?

Los años que hice en pista. Seguro. Antes no tenía 80 o 90 días de competición. Llevo 13 años como profesional y al principio, durante cuatro o cinco años, no pasaba de 50. Era algo menos, no era un programa tan completo y estaba más enfocado en la pista.

¿El séptimo puesto en el Tour de 2017 fue una premonición de que algo grande podría llegar?

Fue en el Giro, unos meses antes, cuando realmente pensé que podía hacer algo, pero me fui al suelo a las primeras de cambio. Quizá el momento que lo cambió todo fue el Tour de 2015, cuando iba cuarto antes de la decimonovena etapa. En ese momento reventé, me quedé sin fuerzas y completamente vacío, pero fue ahí cuando empecé a creer que podía ir a por una grande. Ganar el Tour ha sido lo más.

¿En algún momento sintió que estaba entrando en territorio de Froome?

No. Las sensaciones dentro del equipo siempre fueron buenas. Al final, con la ceremonia del podio y todo lo que viene detrás, comía tarde, mientras el resto de los compañeros ya estaban a lo suyo. Nunca llegábamos a estar todos juntos al margen del viaje en autobús por la mañana. En todo momento el ambiente fue muy bueno y no me afectó en absoluto.

¿A quién ve este año, al margen de Chris, como principal rival en el Tour?

Hay muchos candidatos fuertes. Astaná como equipo se está mostrando muy sólido. Adam Yates, obviamente Dumoulin y Roglic, Richie Porte, que creo que es uno de los ciclistas con más talento de los últimos cinco años...

¿Cómo definiría a alguno de ellos? Por ejemplo, Froome.

No lo veo como un rival. En los entrenamientos que compartimos se comporta como siempre ha sido.

¿Tom Dumoulin?

Muy fuerte y calculador.

¿Mikel Landa?

Un ciclista con mucho talento, muy imprevisible.

¿Primoz Roglic?

Está mejorando cada día.

¿Después del Tour pretende hacer la Vuelta?

No creo. Lo decidiré después del Tour pero este año los Mundiales son en el Reino Unido y quiero estar ahí.

¿Cómo se explica su estrecha relación con el ciclismo desde pequeño? Gales no destaca por ello.

La bicicleta se cruzó en mi camino. Teníamos un velódromo descubierto al lado de casa y era algo que siempre me llamaba la atención porque era diferente. Cuando empecé no había nadie relacionado con el ciclismo en mi familia.

¿Llegó a bajar los brazos en algún momento?

Siempre he disfrutado andando con la bici y cuando empecé a competir y ganas algunas carreras, mis padres se volcaron conmigo. En todo momento he notado su apoyo y, de hecho, me llevaron por todo el país para que pudiera participar en diferentes pruebas. Lo he sentido desde pequeño como algo muy normal.

¿Le gusta el fútbol?

Hay un galés muy vinculado a la Real: John Benjamin Toshack.

Lo sé. He coincidido un par de veces con él por Cardiff.

¿Sigue mucho la Liga?

Conozco a la Real pero tampoco sigo el día a día. En el Reino Unido la competición se sigue cada vez más y tenemos a Gareth Bale aquí. Esta temporada me acerqué al primer partido de Champions del Barcelona y fue una experiencia tremenda.

¿Su desayuno preferido?

Si no compito, unos huevos Benedict. Son escalfados y con salmón. En carrera, ‘porridge’ (copos de avena en leche con condimentos) y una tortilla.

¿Y para recuperar fuerzas?

Díría pancakes, muchos pancakes con yogur.

¿El mejor sitio para entrenar o desconectar?

Tenerife cuando el tiempo acompaña. Vas allí y solo trabajas. Toscana es muy bonito, es donde he pasado mucho tiempo en el pasado.

¿Cuál es la montaña que más respeto le da?

Alpe d’Huez.

¿Qué hace para desconectar?

Ver deportes y estar con mi mujer, nada relacionado con la bici.

¿El molinillo de Chris se puede imitar?

Me quedo con mi técnica. Lo he intentado pero no es lo mío.

¿Obsesionado con los vatios?

No realmente. Al 50%. A veces prefiero las sensaciones que los números aunque en etapas exigentes sí estás mucho más pendiente.

¿Su sueño para este 2019?

Volver y defender el Tour. Llegar en la mejor forma, ligero y poderoso. Y el Mundial de ciclismo.

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