Jon Izagirre: «Si hay presión, es buena señal»

Sonriente y con esa mirada pícara que siempre ha tenido, cualquiera diría que este joven que desprende calma y confianza tras una taza de café en Agurain, donde reside, es uno de los grandes favoritos a la Vuelta al País Vasco. Nunca le había tocado liderar un equipo en la Itzulia, en la que ya fue tercero en 2015 siendo escudero de lujo de Nairo Quintana, quien acabó cuarto. Hace un año, un problema estomacal le dejó en el hotel junto a su hermano Gorka sin poder tomar la salida en Etxebarria.

No lleva una temporada cargada. Solo acumula los dos días de Almería y Murcia, los tres de la Vuelta a Andalucía (abandonó tras caerse en la contrarreloj cuando aspiraba al menos al podio) y los ocho de la París-Niza, en la que fue séptimo.

- No ha corrido mucho...

- Hasta ahora no. Es algo que acusé en la París-Niza, en las dos primeras etapas con la lluvia y los abanicos. Tuve mala suerte porque el primer día me metí en el abanico de cabeza pero el viento me echó fuera de la carretera. Había mucho barro y no pude rectificar. Bole me cambió la bicicleta y llegué con el grupo de Contador. La segunda etapa también lo noté cuando ganó mi compañero Colbrelli. Luego ya fui mejor.

- Allí se topó con un peleón Contador que vuelve al País Vasco.

- Ya sabemos cómo es. En cuanto ve una oportunidad tira para adelante. El año pasado lo intentó el último día y repitió de nuevo. A mí me tocó tirar atrás porque llevábamos a Colbrelli. No tengo nada contra Contador, pero si el director me dice que tire, tengo que tirar. Si llegamos a cazar, ganaba Colbrelli.

- Otro favorito será su excompañero Valverde, súper en la Volta.

- Cada año va mejor. En la Volta ganó tres etapas más la crono por equipos que les quitaron y en otra fue segundo. Valverde y Contador estarán en la pelea de la Itzulia, igual que Henao. También pondría a la par de ellos a Kwiatkowski, viendo cómo fue en la Eroica (Strade Bianche) y en la Milán-San Remo. Lo puede hacer muy bien en la crono final.

- ¿Qué le inspira el recorrido?

- Es diferente a otros años, en los que siempre había alguna emboscada. Las dos primeros días parecen bastante tranquilos. En el de Bilbao está el Vivero, que no creo que decida mucho, y luego en Donostia las rampas de Igeldo. Nunca sabes lo que puede pasar. Igual sucede como en la Volta, que se rompió todo de salida. Pero en principio, hasta los dos últimos días no se sabrá quiénes pueden disputar la carrera.

- ¿Cómo llega a la salida?

- Con confianza y sobre todo con muchas ganas de correr. Porque veía las carreras por televisión, a los compañeros corriendo y yo esperando, esperando, esperando... Deseando correr. Quería hacerlo en Lizarra, que gané el año pasado. Está cerca de casa y da buenos puntos UCI, pero no nos han invitado.

- Le acompaña un buen bloque...

- Sí. Venimos con Bole, un ciclista que se mueve muy bien en carrera y es importante para la colocación, Arashiro, Brajkovic, Cink, Grmay, Antonio Nibali y Visconti. Igual nos falta un esprínter para los dos primeros días, pero es un bloque fuerte para ayudarme.

- ¿Cómo lleva la responsabilidad de liderar un equipo?

- Mucha gente me pregunta qué ha cambiado, pero no he notado nada. Yo no me meto más presión, ni siento que debo responder más. Cuando era gregario de Valverde tenía que dar mi nivel y ahora, también. Es verdad que ahora igual tengo que tomar más decisiones en carrera y saber mandar. Pero poco más.

- ¿Tampoco de cara a la Itzulia?

- Notas que la prensa te llama más, haces entrevistas, fotos, las mismas preguntas... Sabes que llega por eso, pero esa presión es buena señal. Significa que estás entre los favoritos.

- ¿Cómo afronta la carrera?

- No soy un ciclista de ataque como Contador, Valverde, Henao o el mismo Landa, que no corre. Yo trato más de perder poco en el terreno de estos ciclistas y sacarlo en el mío. La crono es larga, pero Alejandro, Contador y Kwiatkowski también las han solido hacer bien.

- ¿Arrate puede marcar diferencias?

- Todo dependerá de cómo vaya la carrera. Será el quinto día, durante la etapa hay bastante desnivel, y si hay un equipo o dos que quieran hacer daño, que se pongan a endurecer la carrera desde Izua, se puede romper mucho. El tiempo también puede ser decisivo, aunque parece que nos va a respetar.

- ¿Ha supervisado alguna etapa?

- He inspeccionado la subida a Matsaria, que ya la vi el año pasado. Es duro. Este año Arrate se sube por ahí, son casi tres kilómetros duros, es estrecho... La colocación será importante, no sé si vallarán, porque se puede juntar mucho público. A ciclistas explosivos como Valverde, Contador o Henao les van bien esas rampas. Valverde, además, ha estado tres veces en el podio pero nunca ha ganado, y le tendrá ganas a la carrera.

- ¿Qué tal relación tiene con ellos?

- En carrera hablamos..., hasta que se tensa todo. Valverde y Contador son muy profesionales. A Valverde le conozco más, y le gusta mucho la bici, el ciclismo, disfruta entrenando, en carrera. Es muy meticuloso y con 37 años tienen el mismo nivel o mejor que con 25.

- ¿Aprendió mucho junto a él?

- Con un ciclista como él siempre aprendes. Además, es muy abierto y no tiene problema en aclararte dudas o aconsejarte.

- ¿Qué tal en el Bahrain-Merida?

- Bien. Se nota el cambio. Además, vengo de un Movistar con mucha experiencia y una filosofía marcada. Aquí empezamos de cero, con todo lo que ello supone. Pero el mánager y los directores tenían ya experiencia. Muchos son italianos. Por otro lado, los corredores también teníamos que hacer grupo. Poco a poco nos vamos conociendo, en mi caso sobre todo en las concentraciones. El país en sí apenas lo conozco de los tres días de la presentación. Poco te puedo decir.

- ¿Cómo les ven dentro del pelotón? ¿Se sienten respetados?

- Aún nos tienen como un equipo nuevo. En País Vasco eso puede cambiar si estamos disputando la general y el equipo trabaja bien. Aún nos falta ganarnos el respeto que se gana haciendo bien las cosas en carrera.

- ¿Qué tal con Vincenzo Nibali?

- Apenas hemos coincidido porque en la concentración de Benidorm él estaba en el Tour de San Juan y en la presentación apenas tuvimos tiempo entre fotos y entrevistas.

- ¿Qué correrá tras el País Vasco?

- Las clásicas de las Ardenas y el Tour de Romandía. Luego descansaré una semana o dos e iré otras dos semanas al Teide a entrenarme en altura para el Tour. Después decidiremos la segunda parte de la temporada. Nibali irá al Giro y a mí me han planteado el Tour, pero ya advertí al equipo que las cosas no se lograban de un día para otro. El Tour es el Tour, y se gasta mucho día a día, incluida la primera semana por la tensión. Pero acepto la presión y tendré la opción de hacer la general en el Tour.

- ¿Piensa también en el Tour?

- Ahora tengo la Vuelta la País Vasco y luego las clásicas. Ya llegará julio, que si no se me junta todo.

- Se le ve tranquilo.

- No soy de esas personas que se preocupan o que les pesa la responsabilidad. Al contrario, yo la afronto como una motivación.

- A nivel personal, le ha cambiado la forma de organizarse por ir a un equipo lejos de casa?

- No. Lo que más me ha cambiado es que en octubre fui aita. Mi hermano tiene dos hijos y ya me dijo que lo peor fue el primero, que apenas dormía. Por lo demás, muy bien.

- ¿Cómo ve a su primo Jon Ander Insausti en el Bahrain-Merida?

- Ha estado corriendo clásicas. El otro día cogió la escapada, pero no tiene un calendario muy cargado y aún acusa algo de falta de ritmo.

- Afronta un salto grande.

- Claro, ha pasado de correr con el Murias en Lizarra, Portugal o clásicas de Francia a competir en el World Tour con los mejores ciclistas. Dice que sufre desde el primer kilómetro hasta la meta, pero no tiene otra que sacrificarse, entrenarse y cuidarse. Como todos.

- Cuidar los detalles que comentaba con Valverde.

- Eso es. Valverde es muy bueno, pero ¿por qué es muy bueno? Porque tiene muy buen motor, pero también porque se entrena bien, se cuida un montón... A la París-Niza no fue porque estaba enfermo pero en lugar de quedarse en casa se fue con Rojas a entrenarse a Andorra y ver distintas etapas. Es un profesional las 24 horas del día. Y tiene 37 años.

- Hace no tanto era impensable llegar a esas edades.

- Mira Haimar, que con 40 años se cuida como el que más. Quizá ahora se hacen menos burradas, las cargas de carreras también son menores. Antes era normal hacer 110 días de competición, y yo ando en 75. El año que más, 80. Javier Murguialday (que es de Agurain) me decía que él corría 115 días y hacía entrenamientos de seis horas... Yo ese volumen lo hago muy pocos días.

- ¿Se considera metódico?

- Me gusta analizar los entrenamientos, volcar los datos del entrenamiento, ver los gráficos y compararlos con los de otros años... Pero además de los datos, también me fío de las sensaciones y ahora por ejemplo sé que estoy bien. Luego en carrera influyen muchos factores y si un día no te sientes tan bien, se te puede ir todo al traste. Como cuando el viento me echó en la París-Niza o el problema estomacal que me impidió salir en la última Itzulia.

- Ahora todo lo rigen los vatios.

- Entrenando sí le hago caso, es un dato más, como el peso, las pulsaciones o los pliegues que nos coge el médico. Pero en carrera no me fijo tanto en eso, sino en mis sensaciones y en lo que va sucediendo o crea yo que puede pasar.

- Chris Froome sí parece ir más atento de los vatios en carrera.

- Yo creo que es más su postura al correr. Parece un tic. No es explosivo, como se vio en la Volta con Valverde y Contador. No creo que sea porque va mirando los vatios. Yo ya sé que a esos ataques de 100 metros no puedo responder, pero si voy a mis vatios puedo llegar a su altura. Personalmente no le conozco, pero me parece una persona normal, cercana. No carga nada el calendario. Corrió algo en Australia, fue derecho a Volta y estuvo delante. Luego suele hacer Romandía, concentración, Dauphiné y Tour. Es otra forma de funcionar y le va muy bien.