José Antonio Hermida: “Hay otras muchas formas de alimentar la llama”

hermida-merida-22

José Antonio Hermida, políglota y multidisciplinar, nacido en 1978, subcampeón olímpico, campeón mundial, europeo y nacional, es un biker ciertamente universal. El catalán repasa para zikloland.com su trayectoria y avanza su papel de “embajador activo” de Merida bikes.

Japón. Hace unos años. En la pequeña población de Kurashiki, en su célebre distrito de Bykan, el de la arquitectura popular y los pequeños canales, el del museo íntegramente sufragado por un próspero hombre de negocios que en su fondo disfruta hasta de un cuadro de El Greco, en esa urbe feudo de los Ohara, una pequeña tienda de bicis atrae las miradas con un cartel colgante. Life is wonderful. “El sol está radiante y tú siempre estás feliz… Mi tienda te ayuda en tu divertida y feliz vida ciclista».

Dentro, decenas de bicis, música tradicional nipona. Una atmósfera de paz. En las paredes cuelgan algunos carteles y fotos. Aparece la silueta fina de Ned Overend, surgen las greñas rizadas y la tez morena de Tinker Juárez, esas extrañas gafas parecen las de Gary Fisher… y allí, negociando una trialera, una foto de José Antonio Hermida.

hermida-merida-17

Y por esa notoriedad global es imposible plantearse una retirada real de José Antonio Hermida…
Siempre lo digo, un ciclista nunca se retira. Eres ciclista toda la vida. Si tienes cuatro años, eres un ciclista. Si tienes noventa, también. ¿Qué has sido profesional? En esencia sigues siendo un ciclista. Hay otras muchas formas de alimentar la llama. Las marchas, las excursiones… Un ciclista se siente ciclista. Y en ese sentido no te acabas de retirar. En mi caso creo que no quedó claro, no lo transmití bien. Yo me retiro de la Copa del Mundo, de esa alta competición. Al final es un poco como le podría pasar a Nico Rosberg, a Sebastián Loeb,… gente que logra lo máximo en sus disciplinas, que están saciados y quieren experimentar otras cosas. En el caso de Loeb ha sido un poco el Dakar. Con Rosberg, veremos. Te retiras de una disciplina. Y después de veinte años de carrera olímpica, ahora es un poco mi caso. Hay que dar paso a los jóvenes, que viene una gran generación. ¡Y los que siguen! Ahí está el bronce de Coloma (Carlos Coloma: “Este bronce me completa tras una intensa época de mi vida”). Es ley de vida. Y muy contento de que sea así. Han sido unos años apasionantes.

Un panorama, más allá de la alta competición, muy distinto al que conoció en sus primeros años…
Ahora es cierto que el ciclismo, de unos diez o quince años para acá, te ofrece más posibilidades. Antes no era así. Tenías tu carrera deportiva, te retiradas y si habías logrado algún dinero invertías en tierras o cosas así. Ahora, no. Ahora las despedidas son retiradas activas. Y ha sido un poco el caso. Merida lo tenía claro. No me querían para firmar autógrafos o como modelo. ‘No dejes de entrenarte, porque queremos que seas un embajador activo’, , me comentaron (José Antonio Hermida, embajador y probador de Merida). Los maratones son un campo muy interesante. Los festivales más importantes, hablamos de un Sea Otter, de un Roc d’Azur, de un Lago di Garda, tienes sus competiciones. El testeo de materiales, las pruebas, también están ahí, obviamente.

Pero durante estos años también habrás recibido multitud de invitaciones desde pruebas españolas. Bikemaratones de nivel, con éxito de participantes y gran ambiente. El ‘vente para acá algún año’… ¿Tiene muchas en lista de espera?
Sí. ¡Y más! (sonríe). En el momento que comenté lo de los maratones y tal se me llenó la bandeja de entrada del correo. De Argentina, de Brasil,… Y en España muchísimas, no sólo grandes pruebas de renombre, sino también marchas más de club… Intuía que sería así y también es algo por lo que tengo que estar agradecido. Tanto interés, tanto tributo, tanto cariño es algo realmente emocionante.

Pero a corto plazo la agenda tampoco está tan despejada…
Así es. Con el rol de embajador de Merida voy a tener muchos compromisos. Y va a ser imposible llegar a todos. Al final cada año son 56 fines de semana. Muchas fechas fijas. El calendario es extenso. Siempre digo que si también hubiera carreras los miércoles también tendría compromisos los miércoles (risas). Ahora tengo dos años muy importantes de labor con Merida, de transición al mundo laboral, hacía el lado del márketing, de la empresa. Son dos años para aprender, para crecer, para encontrar mi sitio.

hermida-merida-19

Desde luego en el campo de la Relaciones públicas tiene experiencia y no es la primera vez que le habrán comentado esa facilidad, ese don. Para ese salto es un bagaje muy útil…
¿Cómo es el dicho? La necesidad hace al ladrón o algo así (risas). El mountain bike, la bici, el ciclismo, es algo que está muy extendido. Mucho más de lo que parece. Pero no es mediática. Es un mundo en el que tienes que cultivar otras facetas. Hay otras realidades paralelas a la competición en sí: la prensa, las marcas, el producto,… Las marcas, sí, patrocinan a un tío; pero también quieren un feedback, una respuesta, un colaborador que machaque el producto, que lo triture. Es algo que las marcas buscan. Por poner otro ejemplo de la Fórmula 1, en la línea de esas valoraciones sobre Fernando Alonso y su capacidad para evolucionar los monoplazas…

¿Se podría equiparar tu nuevo rol al de, por ejemplo, Ned Overend dentro de Specialized?
Ned es el pionero. El abandonó la alta competición relativamente pronto. Y es un mito. El primer campeón del mundo de mountain bike. Está claro que es un referente haga lo que haga dentro de este deporte.

¿Y cómo inicia el viaje?
Todo es muy motivador. Tengo en el cuerpo esa ilusión de juvenil, esas ganas de descubrir, de conocer, de profundizar…

Pensando en márketing, medio en broma, medio en serio, cuesta creer que Merida no haya pensado nunca en hacer una presentación universal en Mérida. La asociación salta a la vista. Y su célebre Teatro Romano ya conoce las bicicletas gracias a aquella presentación de equipos de la Vuelta a España de 1991…
Pues no estaría mal, en absoluto. Y te diría que alguna vez se pensó. El jefazo de las oficinas de Alemania estuvo allí y le gustó mucho la ciudad. Andaba haciendo el Camino de Santiago por la Vía de la Plata. ¡Ojalá! España es un país que tiene muchísimo atractivo.

hermida-merida-7

¿Se le queda alguna espina clavada de estos años? ¿Algún objetivo no alcanzado? ¿Algún deseo no cumplido?
Sí, muchos. Lo más sonado, el no haber podido ganar nunca la general de la Copa del Mundo. He sido segundo tres o cuatro veces y en otras dos acabé tercero. Luego, también, están todas esas carreras que piensas en ganar, pero no es así. Como en una prueba en Canadá se me rompió la cadena, la arreglé y acabé segundo tras Absalon… Pero también gané otras que ni de coña pensaba que podría ganar. Hubo años buenos y otros no tanto. Pero en líneas generales ha sido una espiral ascendente. Un momento malo, por ejemplo, fue cuando fui vinculado a la Operación Puerto [Nota: el catalán no fue convocado para los Mundiales de 2006 por este motivo y paralelamente tomó acciones legales].

¿Cómo asistió a todo aquello?
Se inició una lucha contra malos hábitos, pero se entró como un elefante en una cacharrería. Una cosa es limpiar el deporte, acabar con esos hábitos. Pero aquello fue otra cosa. Aquello fue inmolarse. La UCI no tenía que promocionar, por decirlo de alguna forma, que tenía ratas. Lo que tenía que hacer es acabar con ellas. En todo este asunto falló el márketing. A raíz de todo eso el ciclismo como deporte ha salido perjudicado. Su imagen. La lucha contra el dopaje tiene que actuar. Trabajar por la limpieza. Pero no se actuó bien. No se vendió bien. Hoy en día estamos viendo otros deportes en los que se están empezando a seguir los controles que llevan en el ciclismo diez años. Cuando yo tenía 18, en 1996 pasé mi primer control de detención de EPO.

hermida-merida-13

En un momento de su carrera la opción de dar el salto a la carretera estuvo cerca de activarse. Tuvo opciones. Y en aquella época fueron varios los bikers que cambiaron la burra por la flaca…
En 2000-2001 se rompió ese muro de Berlín que separa el mountain bike y la ruta. Cadel Evans, Miguel Martínez, Dario Cioni, Michael Rasmussen, Jakob Fuglsang, Jean Christophe Peraud,… Los cocos de este deporte. No se fueron unos mantas, ni mucho menos. Todos eran gente de muchísimo nivel. Yo también recibí una propuesta gracias a Manolo Saiz.

¿Por qué no cristalizó?
Tras los Juegos Olímpicos Manolo me invitó a la concentración de la ONCE en El Bosque, en Cádiz. Allí conocí a Purito Rodríguez, a Joseba Beloki,… Manolo me tanteó. Pero yo tenía claro que quería competir en los siguientes Juegos. No me arrepiento de aquella decisión. Porque me encanta lo que hago.

Aunque el ciclocross si le ha atrapado en algún momento, con títulos nacionales inclusive…
Sí, gané dos campeonatos de España. Al final no es tan diferente del mountain bike. Hay diferencias en la tipología de los circuitos y en el pilotaje de la bicicleta. Pero al final también se trata de una bici nerviosa, es una disciplina donde también tienes que anticipar muchas situaciones… Es un salto relativamente asequible.

Fotos: Merida bikes

Galería