Gabriel Brizuela: “Nunca lo pensé, pero sabía que ese día llegaría”

El querido “Lobito”, el único mendocino que ganó tres veces nuestra Vuelta, habló sobre su retiro y los hechos más significativos de su carrera.

Hoy la calma, como siempre,  es un día al reparo de su familia; aunque en su cabeza planea el último asalto -a la gloria- para ponerle un punto final a su campaña como corredor profesional. Está satisfecho por lo logrado y ejerce en el pedaleo -de entrenamiento- la misma presión entusiasta que lo empujó en tres oportunidades hasta la corona de la Vuelta de Mendoza

Gabriel Brizuela, el “Lobito”, frente al cariño del público se despidió de su carrera amada, buscando el protagonismo en la crono y en el ascenso hasta el Cristo Redentor. Al costado de la ruta, como una caricia a su espíritu, un cartel señalaba su kilómetro cero: “Lobito somos todos”. También, en el Giro del Sol, tuvo su reconocimiento al defender el maillot de la Selección argentina.

En su casa, una vitrina llena de trofeos son testimonio de su pasión por el ciclismo. “Nunca pensé en el día de mi retiro, pero sabía que ese día llegaría”, cuenta -con su tono tranquilo- el corredor que a mediados de abril, en Córdoba, largará el 105º Campeonato argentino de ruta.

“Siempre pensé en seguir vinculado con el ciclismo, tengo como proyecto trabajar con los más chicos en una escuelita de ciclismo”, agregó el Lobito, quien antes de subirse a la bici había jugado al fútbol (con su hermano Eduardo) en las inferiores de Godoy Cruz y también se animó al golf.

- ¿Quién es Gabriel Brizuela? ¿Qué le contarás a tus hijos?

- Nunca me sentí un ciclista invencible, soy una persona a la que le gusta hacer las cosas bien. Mis hijos aún son muy chicos pero -algún día- cuando pregunten les contaré que corría porque el ciclismo es parte de nuestra familia. Es una pasión que nos acompaña desde la época de mi abuelo.

“Empecé en el ciclismo, gracias a mi tío Jorge, a los 14 años en las carreras de los libres. En aquel momento pensé que iba a estar unos meses y listo, pero se fue transformando en una gran pasión. Y después en una locura porque andaba entre 6 y 8 horas sobre la bicicleta (sonríe). A los 18 años no quería dejar ni un segundo la bici, quería ser corredor. Mi primera victoria fue en Puente de Hierro, cuando era juvenil”.

- ¿Cuál pensás que es el mejor momento de tu carrera?

-Tengo buenos recuerdos de mi carrera deportiva, he conocido distintos lugares, pero cuando tenia 19 años, todavía se largaba de Paramillo a Villavicencio; yo corría sólo.

-¿Y que sucedió?

- El pelotón se quebró y yo pude llegar adelante, a la fuga, viajar con corredores como Pegorín, Ruarte, Magi. Yo era chico y podía llegar entre los tres primeros; Ignacio Gili ganó ese día y yo entré con Ruarte. Mi bicicleta era de fierro cuando ya venían las de aluminio y también carbono.

- ¿A quién admirás?

- A Rubén Pegorín, porque es un buen ciclista pero una mejor persona; él me dio masajes cuando gané mi primera Vuelta de Mendoza (en 2004) y me decía: tranquilo que estás bien y esta carrera es tuya.

Ficha personal

Gabriel Brizuela Bonnin

Fecha de nacimiento: 12-08-1979

Peso: 65 kilos  Altura: 1.72 m

Apodo: Lobito

Equipos en Mendoza: Maipú, Amaru, Fratelli, Shania y Municipalidad de Guaymallén.

Equipos internacionales: Colavita - Sutter Home (Estados Unidos) 2006; Alas Rojas de Santa Lucía (Uruguay) 2007; Mostazal - Cycling Adventure (Chile) 2012. 

Especialidad: Contrarreloj - Escalador.

Selección Argentina: 2009 para el Tour de San Luis; 2016  Giro del Sol en San Juan.

Títulos recientes: 2007, 3º en General Vuelta al Chaná, Uruguay; 2008, medalla de plata -en cuartetos- en el campeonato Argentino de Pista y subcampeón de la Vuelta de San Juan; 2010 campeón mendocino de ruta; 2004 ,2009 y 2015 Campeón de la Vuelta de Mendoza.

Debut en la Vuelta de Mendoza: 1991

Un sueño: competir en un Juego Olímpico

Frase personal: "Sin sacrificio no se consigue nada".

"Pienso que he cumplido mi sueño en la Vuelta"

“Pienso que cumplido mi sueño en la Vuelta, de ser el primer mendocino en ganarla tres veces. Quizá me quedó pendiente haber llegado al profesionalismo. En 2006, tenía una lesión y me contrató el Colavita. No era lo mejor viajar en esas condiciones a los Estados Unidos, pero los pasajes ya estaban pagados y no podía dejar pasar esa oportunidad. Una vez allá, se notó mucho mi lesión y no pude rendir al 100%. Pero Dios sabe por qué hace las cosas”.

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