Rabia, tristeza, dolor y desilusión invaden a María Luisa Calle, quien al verse sola, como asegura, no quiso seguir dando la pelea en otro difícil y complicado desafío de su carrera deportiva.
Ayer, tras conocer que la corredora aceptaba, por medio de una carta enviada a la Unión Ciclista Internacional (UCI) la sanción de cuatro años de parte de esta entidad luego del supuesto positivo que dio en los Panamericanos de Toronto-2015, la antioqueña también rompió su silencio.
En charla con El Colombiano, Calle se defendió y mostró impotencia por la forma como fue llevado su caso.
- ¿Por qué, solo hasta ahora, decidió desistir al proceso de defensa que había solicitado ante la UCI?
Necesitaba plata y médicos y no los tenía.
- ¿Sintió acompañamiento y respaldo en esta encrucijada?
Nadie acá sabe de esa sustancia, y el COC (Comité Olímpico Colombiano) y Coldeportes nunca me ayudaron... ni para un tiquete nacional para hacerme unos exámenes.
- ¿Esa fue la razón para comunicarse con la UCI y así dar por terminada la investigación?
Tocó firmar la carta aceptando la sanción para que no se fuera a otra instancia, ya que me cobraban 7.500 francos suizos y no los tengo.
- ¿Entonces se sintió abandonada?
Fue así, en Atenas (Juegos Olímpicos de 2004) me defendieron porque estaba de por medio una medalla. Ahora defendían a una persona, por eso.
- ¿Qué opina sobre estas posturas?
Somos un objeto de ellos. Una máquina que sirve mientras se producen medallas.
- ¿Cree que es el fin de su carrera?
Pues no he pensado en nada, pero cuatro años es mucho para esperar. La verdad por Colombia no me provocaría correr nada.
- A la gente en la calle se le ve el cariño por usted, a pesar de lo sucedido la siguen buscando para sacarse una foto, ¿qué les dice a ellos en este momento?
Que esta vez no conté con los medios necesarios para mi defensa, que sigan creyendo en mí como lo hicieron cuando la medalla olímpica.
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