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Las calles de Tunja fueron testigos de los primeros pedalazos de Winner Anacona. Tenía apenas cinco años cuando Rodrigo, su papá, le regaló su primera bicicleta. Era roja, sin cambios. Con ella anduvo de arriba para abajo. Si se caía, se limpiaba, se levantaba y seguía. Hacía todo con ella. Era su consentida. Ahí comenzó a formarse un lazo especial con el deporte. A nacer el amor por las bielas y los pedales que hoy por hoy recorre sus venas.
Fue en la escuela Santiago de Tunja donde comenzó su formación. Apenas tenía seis años, pero ya sabía lo que quería hacer. El ciclismo no le dio respiro a su existencia. Cuando lo agarró no lo soltó. Su primera competencia fue en su ciudad natal, en la categoría pitufos. No recuerda la posición en la que terminó, pero sí la felicidad que sintió por finalizar esa competencia. “Fue maravilloso, por el ambiente y el apoyo que sentí”, recuerda.
Sin embargo, su historia como ciclista fue atípica. En 2007 decidió coger rumbo al Viejo Continente, donde participó con el equipo amateur sub-23 Maltinti Lampadari. No fue una época fácil, pero aun así aprovechó la oportunidad, participó en carreras regionales y después dio un paso al Centri Della Calzatura-Partizan, en el que ya se daría a conocer internacionalmente al lograr una victoria en el Trofeo Matteotti de la categoría.
La destreza que mostró sobre una bicicleta le abrió las puertas del Lampre. “Gracias a los resultados, la carretera me puso donde tenía que estar”, dice Anacona a El Espectador. Recuerda con anhelo su paso por el equipo Pro Tour de Italia. “Fueron tres años buenos, aproveché bien la oportunidad y siempre dejé lo mejor de mí vistiendo esos colores”.
Su ascenso en el ciclismo ha sido por mérito propio, como bien lo destaca. La lucha y el sacrificio rindieron sus frutos. Winner nunca bajó los brazos, aprovechó las oportunidades y en 2015 todo el empeño que le puso al ciclismo lo premió. Un mensaje de Euzebio Unzúe fue la cereza del pastel de la carrera del pedalista boyacense, quien aún no ha llegado a su tope. “Muchos han dicho que llegué al Movistar por Nairo, pero no fue así. Fueron los resultados, la seriedad y el profesionalismo los que hicieron que el equipo se fijara en mí”.
Este boyacense alegre y extrovertido, que con sus apuntes es capaz de cambiarle el semblante a Nairo Quintana, habló con este diario sobre el Campeonato Nacional de Ruta, que se está llevando a cabo en su tierra, y sobre sus objetivos para la temporada.
¿Cómo percibe este Campeonato Nacional?
Con buena energía. Esperemos que las cosas sigan saliendo bien, esperamos dar un bonito espectáculo. En la contrarreloj por equipos, que por primera vez se corrió aquí en Colombia, hubo un gran marco y terminamos de segundos. Ahora se viene la contrarreloj individual, donde lamentablemente no tomaré partida. Pero estoy listo para lo que será el domingo, cuando tenga la oportunidad de competir, y espero hacerlo de la mejor manera.
¿Qué significa este campeonato en su tierra?
Es un gusto estar aquí en estos campeonatos. Lamentablemente, por algunos compromisos internacionales algunos ciclistas que corren por fuera no pudieron estar, pero en mi caso no había carrera que se interpusiera, y puedo estar aquí con la ilusión de hacer las cosas bien. Estos serán mis terceros campeonatos consecutivos desde que estoy en Europa. Comencé en 2014, cuando terminé en el segundo puesto. El año pasado lamentablemente las condiciones no fueron las mejores, pero éste vengo con una mentalidad ganadora. Sueño con ganar en mi tierra, quiero aprovechar ese plus.
¿Cuál es su meta en este Campeonato Nacional?
Estos 20 días de más que tuve para prepararme creo que me favorecieron. Quiero brindar espectáculo, estar en la parte posterior del pelotón, luchar por el tricolor. Es la ilusión que tengo. Aunque hay grandes rivales, mis ganas de ganar son aún mayores.
¿En qué nivel llega?
No he hecho ninguna carrera. Llego sin ritmo de competencia, pero se han hecho entrenamientos importantes. Creo que vamos por buen camino. Aún no estamos en la mejor forma, pero creo que con lo que se ha hecho podemos aspirar para ganar.
¿Cómo han sido sus entrenamientos en estos meses sin competencias?
Los he hecho aquí en Boyacá, he trabajado fuerte. En el primer mes de preparación me dediqué a la parte física, hice gimnasio, natación, ciclomontañismo y desde enero he trabajado únicamente con la bicicleta, para volver a retomar el nivel del año pasado.
¿Cuáles son los objetivos para 2016?
Me centraré en llegar en las mejores condiciones al Tour de Francia y, como algo personal, espero poder pelear por ganar una etapa en esa gran prueba.