martes, 9 de febrero de 2016

Entrevista a Belén López

CARLOS VILLALBA

El que escribe estas líneas tuvo la suerte de competir con la entrevistada, Belén López. Han pasado aproximadamente veinte años desde entonces. No sé si yo era uno de los niños a los que a ella le gustaba ganar, pero si se que en alguna ocasión compartimos relevos. Quizás en aquella época no cruzamos muchas palabras, y desde entonces no hemos vuelto a coincidir, pero hace unos días tuve la suerte de hablar largo y tendido con ella. El resultado de esa conversación sigue a continuación.


¿Qué valoración haces del año 2015?

El curso pasado estuve trabajando en Almería como profesora. Empecé bien, entrenando con bastante ilusión, pero la distancia entre Almería y el País Vasco, sumado a que desde marzo hasta junio tuve que subir todos los fines de semana para correr se me hicieron pelota y caí en una espiral  de cansancio de la que no podía recuperarme. Salía los viernes a las 15h del instituto, cogía el coche dirección País Vasco, llegaba a las 12h de la noche, corría el sábado por la tarde y el domingo por la mañana, salía dirección Almería a las 15h y llegaba a las 12h de la noche. Entre el café que me tomaba por la mañana, y el café que me tomaba por la tarde para no quedarme dormida conduciendo, llegaba a casa sin sueño por la cafeína y por miedo a quedarme dormida y no ir a trabajar al día siguiente. No dormía nada esas noches. Cuando eso se fue haciendo pelota, todo empezó a ir hacia abajo sin frenos.
Al acabar el curso escolar, con el cansancio acumulado, tampoco mejoró mucho la temporada. Al final conseguí ganar la Copa España y una carrera en euskaldun. La verdad es que esta temporada no me ha gustado nada, pero las cosas son como son. Demasiado que tengo un trabajo y que puedo montar en bici.

¿Cómo se vive el hecho de haber corrido carreras en categorías inferiores como única fémina y pasar luego a estar en lo más alto del profesionalismo?
Yo siempre me he comparado con los niños. De hecho, he corrido un par de carreras de marchas cicloturistas y pedía a los organizadores que no me incluyeran con las féminas. Por ejemplo, en la última que corrí en Algeciras me parecía mal, siendo “profesional”, disputarles un pavo a dos pobres chavalas que vienen con toda la ilusión del mundo. Pedí que me metieran en la clasificación de los tíos. Me gusta eso de darle caña a los tíos (risas). Cuando era pequeña era igual.
Empecé con 7 años. En la provincia de Cádiz fui sexta con niños y niñas. El siguiente año fui tercera y el siguiente año les pegué la paliza a todos los niños ganando el provincial de niños y niñas. Eso me motivaba. Como éramos pocas niñas, para mí el objetivo no era ganarles a las niñas sino a los niños. Ahora igual, si voy a una carrera de master, me gusta darle por saco a los master, y si hay que esprintar esprinto (risas).

Cuando corrías en cadetes y juveniles, ¿por qué tenía más predominio la pista que la carretera?
En primer lugar porque en Andalucía se apostaba mucho por la pista en esos años. Estaba el centro de tecnificación andaluza (CTD). Realmente, para mí era una oportunidad, íbamos concentrados, entrenábamos juntos y luego íbamos al campeonato de España. Yo sin embargo, viviendo en Andalucía, siendo cadete y juvenil, no podía ir a correr fuera de Andalucía porque todas las carreras eran en el País Vasco. Si salía de Andalucía para correr iba a las carreras de la Copa de España en Madrid porque era el lugar más cercano. Sinceramente, estando en tercero de la ESO, cuarto y bachillerato, es decir, cadete y juvenil, no podía pedirle a mi padre que me llevase a correr fuera. Él tenía otros tres hijos. Es un gasto económico muy grande. En categorías superiores como sub 23 si lo solventó y me llevaba a correr. Aún así, no he corrido la Copa de España hasta sub 23. En juveniles fui a Madrid y a Castellón porque eran “en verano”. Mi padre siempre me dijo que los estudios eran lo primero. No podía pedir días en el instituto para ir a correr, ni mi padre podía pedir días en el trabajo para llevarme. Y en Andalucía no hay carreras.
La pista me gustaba, a lo mejor porque estaba el CTD y apostaban por eso en ese momento. Si no hubiera existido el CTD a lo mejor la pista ni la hubiera conocido. Recuerdo entrar en la pista de Chiclana cuando era infantil.

En amateur compaginas pista y carretera casi por igual, ¿por qué ese cambio gradual de la pista a la carretera con los buenos resultados que conseguiste en los velódromos?
Siempre he compaginado pista y carretera. En cadetes también la compaginaba. Gané campeonatos de España en cadetes tanto en pista como en carretera. La cuestión es que era más velocista cuando era pequeña. Después me fui dando cuenta de que yo no era velocista pura para hacer pruebas de velocidad en pista. Me sacaban tres metros de ancho y de alto las velocistas. Fui decantándome por el fondo, y para eso es necesario hacer más fondo en carretera.
También se necesita un sitio fijo donde entrenar. En Andalucía tenemos más pistas que casi en ningún sitio, y sin embargo, es el lugar donde más inconvenientes te ponen. En Chiclana no se puede entrar en el velódromo, en Dos Hermanas tienes que rellenar un montón de papeles para que te dejen entrar y solo puedes entrar de 20h a 23h de la noche. Además, no me gustaba el ambiente que rodeaba a la pista en la federación española, y la gente que lo rodeaba en ese momento. Siempre me encontraba fuera de lugar. 

¿Cuál es la victoria que recuerdas con más cariño en pista?
Cuando era juvenil fui a los campeonatos de España, tanto de juveniles como a los de élite, y siendo juvenil gané los campeonatos de España élite de 500 metros y keirin. Creo que el de keirin fue el que más ilusión me hizo. Ganarle a las niñas grandes (risas).




Ahora que Fanny Riberot ha salido del equipo Lointek te conviertes en la única ciclista que ha estado en la formación desde su creación hasta el día de hoy. ¿Cuál es la relación entre Belén López y el equipo vasco?
Llevo muchos años considerando el equipo como algo mío. Lo cuido porque sé que necesita que se le cuide. Si nosotras mismas no lo cuidamos y apostamos por nuestro equipo, mal vamos…Yo considero el equipo como algo personal. Cuando el año que viene deje la bici me va a doler mucho dejar al equipo.

¿Dejas la bici?
Tengo el mejor trabajo del mundo en cuanto a periodo vacacional (profesora) y no puedo disfrutarlo. Tampoco puedo disfrutar de mi vida personal. Todo está supeditado a la bici. Seguiré montando en bicicleta porque me encanta. De hecho, una de las cosas que quiero hacer cuando deje la bici es subir el Kilimanjaro en bici.

¿Cómo ha evolucionado tu rol dentro del equipo en todos estos años?
Me ficharon casi por casualidad. La temporada 2008 estuve en Comunidad Valenciana. El equipo decidió no seguir porque se centraban básicamente en Anna Sanchís que era valenciana, y como Anna en 2009 se fue a Italia, evidentemente el equipo ya no tenía razón de ser. Me parece completamente lógico. Entonces me planteé seguir montando en bicicleta como siempre, por independiente, pero justo contactaron con Agustín Pagola y le preguntaron si conocía alguna chavala que montara en bicicleta porque querían hacer un equipo nuevo en País Vasco. Él llamó a mi padre y se lo dijo. Como ya había terminado la licenciatura en 2007 acepté. Al menos pagaban los gastos de subir a correr. Dinero que así ahorraba a mi familia. Entré un poco de rebote, pero con el paso de los años se ha convertido en un equipo bastante familiar y de hecho, mis mejores amigas están en el equipo.
Lo que piden principalmente es compromiso. Todos conocen las situaciones de cada una. Por mi parte, demasiado que llevo tres años ganando la copa España y trabajando. Piden eso, que si tú te comprometes, cumplas. Lo mínimo que se puede pedir de una persona.

En la Madrid Challenge 2015 pinchó una compañera, le dejaste tu rueda y abandonaste, ¿podría describirte este gesto como ciclista?
Siempre lo he dicho, somos un equipo y el equipo tiene unos objetivos. Evidentemente a la Challenge de Madrid yo no iba para ganar. Sé que si hubiera sido una carrera para mí, en la que se hubiese apostado por mí desde el principio, alguna compañera también me hubiese dejado la rueda. Es un gesto de compañerismo, pero realmente ese era mi trabajo. Mi trabajo era proteger a la sprinter, en este caso Aurore, y llevarla lo más cómoda posible para que al final de la carrera estuviese fresca y poder disputar el sprint. Ante un pinchazo lo más normal es que se le cambié la rueda rápidamente, y sabiendo que nuestro coche estaba el 14 o algo así, era absurdo tener que esperar un par de minutos y que después se pegase un calentón para entrar de nuevo.

Tu progresión en la Copa de España ha sido espectacular; dos años vencedora y uno tercera como amateur, y ya como profesional, un año tercera, tres años segunda y los últimos tres años primera, ¿a qué se debe esta progresión?
Regularidad, es lo que tiene la vejez (risas). Este año cogí el liderato en la segunda carrera y gracias al trabajo del equipo siempre hemos podido estar ahí. Cuando estaba mejor a tope y cuando estaba peor  siempre me han arropado. La he ganado yo porque he estado más regular pero realmente si tengo que dejarle ganar la copa España a otra compañera se la dejo, sin problemas.

¿Quién te lleva los entrenamientos y la alimentación?
Los entrenamientos me los lleva Eladio Ambite. Es de Madrid y fue profesional. Me los lleva desde que terminé los estudios en 2008. La alimentación me la llevo yo. Soy bióloga y más o menos tengo algunas nociones de nutrición.




Has participado en cinco mundiales, ¿qué ha significado para ti representar a España?
El primero me hizo muchísima ilusión pero no me fue demasiado bien. Una compañera, Marta Vilajosana tuvo una caída casi a los 500 metros de salida. Me descolgué un poco para intentar ayudarla pero al final no lo conseguimos. La verdad es que el hecho de representar a tu país me flipa, y cuando más me ha flipado fue en los mundiales de Ponferrada. Al anunciar que era española en la contrarreloj me templaban los brazos. Todo el mundo gritando tu nombre, diciendo el nombre de tu país… se me pusieron los bellos de punta.

En 2013 consigues tu mejor clasificación en el ranking UCI (99), ¿cuál fue el motivo, tu estado físico, la mayor participación del Lointek en carreras en el extranjero, o una combinación de ambas?
El motivo fue que me quedé en el paro (risas). Los recortes en educación me permitieron ese año dedicarme a la bici. De hecho, el año me fue muy bien hasta que llegaron los mundiales que es cuando tuve que volver a trabajar. Me dediqué de lleno a la bicicleta. En 2010 tampoco estaba trabajando, pero en 2013 ya había madurado, me dediqué a investigar temas de entrenamiento y pulir mucho más la preparación con mi entrenador. Ese año aprendí muchísimo.

¿Qué recuerdos tienes de la Vuelta a Costa Rica de aquel año?
Me encantó. Me gustó mucho el país. La etapa en la que hice segunda me mató. Inga Cilvinaiti puso plato grande y me sprintó (risas), pero la verdad es que la vuelta a Costa Rica me gustó mucho. Ojala puede volver este año.

¿Para cuándo un oro en los Campeonatos de España, ya sea en ruta o en crono?
¡Eso quisiera saber yo! Si no es este año, ya no será nunca. No se sabe nada del recorrido. El año pasado no se supo hasta un mes antes o así. Este año estoy rezando para poder ir. La contrarreloj es el viernes 24 de junio y la de línea sábado 25. Las oposiciones son el último fin de semana de junio, es decir, el mismo fin de semana que los campeonatos de España. No sé si podré conseguir algún documento oficial para no asistir a la presentación el viernes 24, y en ese caso poder  ir a los campeonatos de España y hacer el examen el domingo 26. Dependiendo de eso podré ir a los campeonatos o no.

También has probado en BBT, ¿qué tal en esa disciplina?
Probé en Noruega porque mi novio estaba por allí. Estuve entrenando con bici de carretera y me acerqué a una tienda de bicis para preguntar si había algún club que saliera a entrenar. En un país que no conoces de nada, con carreteras distintas a las de aquí, salía a entrenar sola e intentaba alejarme lo mínimo posible del pueblo donde estaba. Eso era bastante aburrido. Justo ese fin de semana había una carrera muy prestigiosa de mountain bike a unos 100 kilómetros de allí, me preguntaron si yo quería correrla y les dije que no tenía bicicleta de montaña. La persona de la tienda me dejó una bici de montaña que era un pepino. Tuve que cambiarle los pedales y corrí la carrera con zapatillas de carretera. Gané la carrera y batí el record de la carrera en 20 minutos. El organizador de la carrera quedó maravillado y al año siguiente me volvieron a invitar, me pagaron el alojamiento tanto a mí como a mi novio. El primer año que gané me premiaron con un crucero y una tarjeta regalo valorada en 800 euros en Intersport. Al año siguiente me dieron otro crucero y 1.500 euros.
La diferencia con España es muy grande. Aquí tienes que pagar 20 euros de inscripción para que te den como mucho un jamón. Me sale más rentable quedarme en mi casa, hacer mi entrenamiento y el jamón me lo compro yo. Siempre puedes caerte y fastidiar la temporada de carretera por una tontería. Por 1.500 euros si se arriesga una, pero por un jamón no (risas).




¿Cómo se compagina el trabajo de profesora de biología con la profesión de ciclista?
Muy complicado. En pretemporada, dependiendo de cómo esté la guardia, puedo comer a las 12:30 y a las 14:45 salir en bici, ir al gimnasio y después volver a entrenar. Llego a casa a las 20h, corrijo lo que tenga que corregir, ceno y a dormir.
Se pasa mucho tiempo de pie. Soy la típica profesora que no puede estar sentada. Estoy demasiado tiempo de pie para ser ciclista.

¿Qué valores te ha transmitido el ciclismo que ahora tú los transmites a tus alumnas/os?
Esfuerzo. Eso es lo que siempre les digo. En la vida, todo es posible conseguirlo siempre y cuando te lo propongas. Las cosas no vienen del cielo.

Si no fueras profesora en España y hubieras tenido libertad, ¿en qué país te hubiera gustado ser ciclista? 
Supongo que Italia, donde se va todo el mundo. Allí está el ciclismo mundial, por lo menos el femenino, y es donde hay más equipos. En Italia y en el norte de Francia se nota mucho la afición al ciclismo, pero donde más se nota el ambiente ciclista es en Bélgica. Aquello es una pasada. El primer año que corrí Flecha Valona (2006) no era normal. Yo estaba en el segundo grupo y vi cómo estaba la gente en el muro de Huy. A pie de muro tiré los dos bidones y las barritas que me quedaban para subir a tope y hacer primera del grupo en el puesto 42. Todo por la emoción que me transmitieron las personas que estaban allí. Yo me decía, “esta gente está aquí esperando a los profesionales (hombres) y en la espera están viéndonos a nosotras y están aplaudiendo…que mínimo que morirme aquí subiendo”.

En un vídeo para la Real Federación Española de Ciclismo decías que en 2016 pararías de trabajar para intentar estar en los Juegos Olímpicos, ¿sigue en pie esta idea?
Tenía pensado dejar de trabajar el 1 de enero. En la Conserjería de Educación, me dijeron que podía pedirme como máximo seis meses de permiso sin remuneración como interina. Estuve hablando con el consejero de deportes de la Junta de Andalucía, durante una entrega de premios en Dos Hermanas, y le comenté lo que quería. Me dijo que tenían sobre la mesa una especie de acuerdo para que a todos los trabajadores de la Junta que tenían posibilidades de ir a los Juegos Olímpicos tuvieran una especie de permiso con algo de remuneración a seis meses vista de los Juegos. A partir de febrero. Voy a intentar acogerme a eso, lo que más miedo me da es “lo tenemos encima de la mesa” No sé si se le habrá traspapelado (risas). Si no sale la cosa me iría igualmente. Es la última oportunidad que tengo.

¿De qué va a depender tu participación en los juegos?
En primer lugar depende de la clasificación de la selección española. Las ciclistas españolas cogemos puntos para el ranking individual. Esos mismos puntos se acumulan para el equipo al que perteneces   y también para tu país. El 31 de mayo, si no me equivoco, se cierran las puntuaciones y dependiendo del ranking de países hay un ratio de corredoras que pueden ir. A día de hoy (la entrevista se realizó en enero, previo al Tour de San Luis), la selección española de ciclismo tiene puntos para llevar a dos. Hay una serie de carreras que tiene la selección española en mente para coger puntos y en función de cómo estén las corredoras, el señor seleccionador elegirá a las dos, o como máximo tres, que puedan representar a España. En este caso depende de lo que el seleccionador considere oportuno.
En el campeonato de España es donde nos juntamos todas las corredoras a nivel profesional, un buen sitio para presentar las credenciales de cara a los juegos olímpicos. Si no puedo ir es muy difícil que pueda ir a Brasil.

¿Te viene bien el recorrido?
El recorrido de Brasil es para medio escaladoras así que supongo que si me preparo bien me puede venir medianamente bien.


¿Puedes adelantarnos tu calendario?
Mi calendario a grandes rasgos es el siguiente (invitaciones por confirmar): Copa de España, Trofeo Euskaldun, un par en Bélgica, después la Drenthe que pertenece al World Tour, otra carrera por Holanda, iríamos también a Cholet, Gante, Flandes y Flecha Valona por confirmar, Dauphiné y Bira que la han cambiado a abril y es una carrera muy importante para el equipo. Es la Vuelta al País Vasco femenino y es de las carreras internacionales más importantes que tenemos. Tengo buen recuerdo de la Bira en 2013. Habría que ver también el planning que tiene la federación española con la selección, muy cargado (risas).

¿Piensas que si hubieras seguido en pista quizás hubiera sido más fácil una participación en unos Juegos Olímpicos?
El problema es que en pista, para clasificarte en los Juegos Olímpicos, tienes que ir a correr ciertas copas del mundo. De hecho, aunque no estoy segura, España perdió plaza un año en los Juegos porque no pudo ir a una copa que hubo en Australia o Nueva Zelanda. La pista implica mucha movilidad, China, Nueza Zelanda, Sudamerica, etc… Tienes que ganarte la plaza yendo a ese tipo de carreras. ¿Qué sea más fácil o más difícil? Yo considero que ir a unos Juegos Olímpicos siempre es difícil. Ahí está el caso de Leire Olaberria que hizo tercera en Pekín y la tía se lo curró. Unos Juegos Olímpicos no te los regalan y mucho menos en ciclismo. Si no vas a esas carreras no coges el nivel y no te clasificas. La pista es muy técnica y para coger nivel tienes que correr mucho en pista. Por ejemplo, puntuación hay que saber correrla. La puntuación no es tan fácil, se practica corriendo puntuaciones. Si no puedes correr porque en España no hay carreras de féminas lo que te queda es correr con chavales y tener que salir fuera. En España hubo una copa de España de pista, que por cierto la gané yo (risas) y desapareció. Ahora se están haciendo más cosas con la pista pero la verdad es que si no se promueve…De todas formas, la pista ha dado muy buenos resultados para lo poco que se invierte  en ella.

¿Qué le has pedido a este nuevo año 2016?
Te lo voy a explicar con estadística. Tienes dos sucesos. Los representamos con dos círculos. El primer círculo es ir a los Juegos Olímpicos y el segundo círculo es sacar la plaza de profe. La conjunción de ambos círculos, que viene siendo el suceso conjunto, donde se unen, es mi objetivo. Supondría ponerme una estatua a mi misma en mi casa y venerarme todos los días (risas). Cumpliendo uno de los dos estaré contenta, pero si me das a elegir, evidentemente elijo ir a los Juegos Olímpicos. La oportunidad de la oposición la volveré a tener en algún momento de mi vida y aunque no apruebe la oposición, aunque no saque plaza, seguiré trabajando de interina. Entre comillas, tengo el trabajo asegurado. La oportunidad de ir a los Juegos Olímpicos no la voy a volver a tener en mi vida.

Acabamos la conversación, proponemos encontrarnos por nuestra tierra y compartir una charla sin teléfono de por medio. A nuestra manera, ambos trabajamos en la carretera, y coincidir será un poco complicado por el momento, quizás después de su participación en los Juegos Olímpicos…

Copa España 2015 - La Rioja

1 comentario:

  1. A mi si que me ponen los BELLOS!?!?! de punta al verlo escrito asi...

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