Alejandro Valverde, un paseo por el ciclismo (III)

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Alejandro Valverde considera la Operación Puerto el peor momento de su carreta / © Lars ter Meulen

‘La Operación Puerto, aprendiendo de las desgracias’

Nicolás Van Looy / Ciclo21 (Enviado Especial – Murcia)

Dar un paseo por Murcia con Alejandro Valverde es caminar parándose cada poco tiempo. Un apretón de manos por aquí. Un selfie por allá. Un ¡suerte campeón! Y muchos cuchicheos. Gente que, cuando le ve, se pregunta en voz baja si ese es él. Y, claro, lo es. El Bala sonríe. Se detiene. Agradece las muestras de cariño. Firma. Se retrata. Paciencia infinita.

Todo ello, como no, es fruto de sus muchísimos años en el pelotón. Unos años en los que se ha granjeado el cariño no sólo de sus paisanos murcianos sino de casi toda la afición española. No es fácil llegar a un acuerdo unánime en el deporte y él lo sabe bien. Ya hemos repasado con él de sus famosas Valverdadas y las pasiones que levanta a su alrededor por la manera que tiene de afrontar su carrera. También, y no es baladí, hemos repasado su presente. Un presente que sigue levantando a más de uno de su sillón cuando le ve correr. Un presente que parece empeñado en negar los 34 años que refleja su DNI.

Pero no todo han sido momentos felices en la carrera de Alejandro Valverde. Dicen que todo Titanic tiene un iceberg esperando a proa. El iceberg de Valverde tuvo un nombre: Operación Puerto. En el sumario de esa investigación apareció una bolsa de sangre. 18-Valv. Piti rezaba en la etiqueta de la bolsa. Entonces, todos supimos que el de Movistar tenía un perro que respondía al nombre de Piti. Y todo se precipitó. Luchó y trató de demostrar su inocencia. Peleó por limpiar su nombre después de que Ettore Torri, procurador antidopaje del CONI, asegurase que había podido identificar, mediante pruebas de ADN, al propietario del rojo líquido que contenía la bolsa y que coincidía con el corredor murciano.

La Operación Puerto aparece, ya lejana en el pasado, como un punto de inflexión en la historia de Alejandro Valverde. Y no sólo por lo obvio. Es lógico pensar que una experiencia de este tipo deja marcada a una persona para siempre, pero en el caso del murciano, su regreso tras un año sin correr fue el renacer de un Ave Fénix. Volvió mejor incluso de lo que le conocíamos.

Me decía antes que en su vida personal y en su carrera deportiva ha habido momentos buenos y malos. ¿Todo lo sucedido tras lo derivado de la OP y que culminó con su sanción, ha sido el momento más duro que le ha tocado vivir como profesional y como persona?

Sí, está claro. Lo peor fueron los tres años que estuve machacándome y machacándome la prensa. Tres años de ahora sí, ahora no. Ahora voy a correr y ahora no. Eso ha sido lo peor y lo más duro que yo he sufrido. Una vez me dijeron ‘ya estás sancionado’, cambié el chip totalmente. Seguí cuidándome igual y entrenando igual pensando en la Vuelta a España. En volver lo mejor posible y, de hecho, lo conseguí. Regresé y seguí ganando. ¡Y ahí sigo!

A nivel deportivo es evidente que salió reforzado de todo aquello, pero ¿sucedió lo mismo a nivel personal?

Sí, por supuesto. Ves las cosas de diferente manera. Es algo difícil que te pasa en la vida tanto a nivel personal como profesional. Los momentos complicados te hacen más duro.

¿Qué le parecen los 4 años de sanción por un positivo que plantea la nueva normativa de la AMA? ¿Está de acuerdo con ello?

Nosotros no somos los que ponen las reglas. Lo hacen ellos. Si ellos dicen que son cuatro años, pues son cuatro años. No soy de los que dicen ‘a mí me gustan dos o quiero uno o quiero cinco’. Ellos dictan las normas y si dicen que tienen que ser cuatro años hay que aceptarlo y ya está y no voy a discutirlo.

Valverde Vuelta 2009

La Vuelta de 2009 ha sido su mayor logro en las pruebas de 3 semanas

Siempre que les pregunto a los ciclistas por este tema me sorprende su impostura o la típica respuesta de lo políticamente correcto. En otras palabras, su conformismo. Al fin y al cabo, ustedes son la parte fundamental de este espectáculo. Usted, como sucede con cualquiera de sus compañeros de pelotón, no ha contestado a mi pregunta anterior en la que le pedía una opinión. ¿No cree que les falta un poco de unión y dar un golpe encima de la mesa para hacerse oír?

A lo mejor sí, pero eso no va a ocurrir.

Sobre todo si no lo intentan.

No, es que esto no es como la Fórmula 1 donde hay 20 pilotos y se pueden poner de acuerdo perfectamente. Aquí somos muchísimos más ciclistas y eso lo hace todo más difícil. ¿Para qué vamos a entrar en la disputa de si esto o lo otro? No nos vamos a poner de acuerdo. A unos les va a parecer bien y a otros les va a parecer mal. Mira, estábamos hablando antes del Twitter. Parece que hay mucha gente que está esperando que diga alguien algo para saltar. No quiero tener problemas. Si dicen cuatro, pues cuatro. Si dicen tres, pues tres. No vas a complicarte por eso. Tú vas a seguir en tu entrenamiento y en tu vida y el que te vaya a criticar va a seguir con ello. ¡Yo lo veo así! Soy una persona bastante fácil. No me gusta eso de responder a todo y pensar ‘me cago en diez, esto y lo otro’. Al final, lo único que vas a conseguir es estar en el mismo sitio y llevarte un cabreo de la ostia. Pues mira, no discuto. ¿Tú quieres cuatro? Pues toma, cuatro y hasta luego. ¿Qué vas a hacer?

Pero, vamos a ver…

¡No, mira! Yo ya luché muchísimo lo mío. Luché y luché y al final me sancionaron igual. Me gasté un huevo de dinero y de energías. Hice de todo por demostrar mi inocencia. Al final, me sancionaron igual. ¿De qué me sirvió todo eso? ¡Para nada!

Mire, quizá le haya servido para que ese episodio no le marque como ciclista de la misma manera que le ha sucedido a otros con casos similares.

Sí. He luchado todo lo que he podido por mi inocencia. Pero, al final sucedió lo que ya se sabía que iba a pasar. Ellos tenían muchísimo más poder que el que podía tener yo. Pero es una cosa pasada y eso es lo que me ha hecho no calentarme la cabeza cuando me enfrento a algo que, aunque sepa que llevo razón, no puedo cambiar.

Si mañana por la mañana llamara a la puerta de su casa el presidente de la UCI o de la AMA y le dijese “Alejandro, te dejo escribir un artículo del nuevo código antidopaje. Sólo uno” ¿Qué escribiría?

Tendría que pensarlo.

¡¿De verdad nunca se lo ha planteado?!

No, porque es algo que no va a pasar. Algo que no va a ocurrir… para que la voy a pensar.

En términos médicos (sano, leve, grave, muy grave, terminal…) ¿cómo califica el estado de salud del ciclismo?

Yo, sinceramente lo veo bien. Ha estado peor. Creo que vamos a mejor. Como en todos los ámbitos de la vida… ¡qué vamos a decir aquí en España con la situación que tenemos! Siempre hay de todo. Recientemente hemos visto el caso de este último chaval [se refiere al caso del francés Lloyd Mondory, positivo por EPO]. Me sigue sorprendiendo ver ese tipo de cosas y con esas sustnacias…

¿Le quitaría la licencia al Astana?

¡Tú quieres que me pelee con todo el mundo! (ríe) Yo no soy quién para decidir si se la dan o si se la quitan.

¡Pero tendrá alguna opinión! Otra cosa es que no me la quiera contar, pero seguro que alguna opinión tiene.

Sí, claro, pero me la reservo para mí.

Continuará…

Alejandro Valverde, un paseo por el ciclismo (I) (El gozo de la veteranía)

Alejandro Valverde, un paseo por el ciclismo (II) (¿Hay un tesoro bajo el arcoíris?)

Alejandro Valverde, un paseo por el ciclismo (IV) (Muy personal)

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