Omar Fraile: “Tengo una gran oportunidad en la Vuelta”

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Omar Fraile debuta este año en un equipo World Tour

Nicolás Van Looy / Ciclo21Enviado especial Calpe (Alicante)

Debutar en el circuito de las carreras de tres semanas consiguiendo llevarse la general de la montaña es una proeza que difícilmente puede pasar desapercibida. Si, además, ese maillot al mejor escalador se consigue al final de una temporada en la que uno ha conseguido, también, ser el mejor en la montaña de la Vuelta al País Vasco y anotarse sus dos primeros triunfos como profesional en carreras como el Giro dell’Appennino por delante de nombres como Damiano Cunego o Franco Pellizotti o los 4 Días de Dunquerque, la sensación generalizada es que podríamos encontrarnos ante uno de los valores emergentes que darán mucho que hablar en el pelotón internacional durante los próximos años.

Los sudafricanos del Dimension Data no quisieron dejar pasar la oportunidad y Omar Fraile fue uno de sus primeros fichajes para ese proyecto refundado con un nuevo patrocinador, pero que tiene la intención de seguir creciendo al mismo ritmo que ya lo hizo el MTN-Qhubeka. Con la licencia World Tour ya en el bolsillo, los retos, por supuesto, son grandes e importantes. Vestido ya del blanco definitivo que la marca Oakley ha preparado para el conjunto africano, la Vuelta al País Vasco, el Giro de Italia y, sobre todo, la Vuelta a España, asoman ya a lo lejos en el calendario de Fraile.

Apenas son 30 kilómetros los que separan el hotel de concentración de su anterior equipo, el Caja Rural –en Benidorm– del lugar en el que se aloja con sus nuevos compañeros –en Calpe–, pero son dos mundos distintos. Podrían, por qué no, ser dos planetas lejanos.

-Por fin le ha llegado la oportunidad de estrenarse en un equipo World Tour. Ya han pasado las dos primeras semanas del año. ¿Qué sensaciones está teniendo?

-He de decir que estoy teniendo muy buenas sensaciones. El Dimension Data es un equipo grande, pero he podido comprobar que al mismo tiempo es familiar. Hay un gran ambiente entre los corredores, los auxiliares, los mecánicos… Todo eso hace que las cosas sean más fáciles. Y, poco a poco, me voy adaptando con el idioma. Estoy muy contento y tengo muchísimas ganas de que empiece el año y poder empezar a competir y ver dónde estamos.

-Hace pocas semanas me decía su ex compañero Luis León Sánchez, en este mismo hotel, que la gran diferencia entre un equipo World Tour y un Profesional Continental radica en la posibilidad de programar mejor un calendario para el ciclista. ¿Está usted de acuerdo en eso?

-Absolutamente. Yo ahora mismo ya tengo una idea muy clara de qué es lo que voy a hacer. Tengo un calendario casi cerrado hasta el mes de septiembre y sé perfectamente las carreras que tengo desde aquí hasta el Giro de Italia. Ya está todo programado y yo ya estoy entrenando de cara a los objetivos de ese calendario concreto. También sé en qué carreras tengo que estar mejor, cuál tengo que disputar, cuál no tengo que disputar, qué trabajo voy a tener que hacer en cada carrera… Eso es lo bueno de un equipo World Tour: sabe lo que va a correr y qué corredores va a llevar a cada carrera. Luego, eso se cumple salvo, claro está, alguna enfermedad o lesión. Eso significa que tú, como corredor, tienes la oportunidad de entrenar, prepararte y planificar todo al detalle para llegar a ese objetivo. Efectivamente, estoy de acuerdo con Luisle: es la mayor diferencia que he encontrado de años anteriores a este año y eso es algo muy bonito.

-Este año parece que el equipo ha dado un paso adelante en sus aspiraciones con fichajes importantes. ¿Ya se habla de forma interna en términos de bloques? Uno pensaría que, a bote pronto, está el bloque de Cavendish con los hombres rápidos y, por otro lado, el de aquellos que deben de ir a por las generales.

-Creo que esa selección se irá haciendo de manera natural con el paso del tiempo. Hay carreras como Catar o Dubai en la que, aunque llevemos algún escalador, está claro que todo se va a basar en el bloque rápido en torno a Cavendish. Luego tenemos gente rápida para otro tipo de carreras, pero, efectivamente, ya vamos viendo un poco la diferenciación entre los bloques de velocistas, generales y, sobre todo, escaladores. Lo más importante es que creo que tenemos un equipo muy potente y con capacidad de ser competitivo en todas las carreras a las que vayamos. Creo que eso va a hacernos capaces de conseguir muchos buenos resultados a lo largo del año.

-Su calendario ya es conocido…

-Sí, hago Mallorca, Ruta del Sol, Catalunya, País Vasco y antes del Giro haré las clásicas de las Ardenas.

-Se diría que País Vasco y Giro son sus primeros grandes objetivos.

-Hay pocos días de diferencia entre una carrera y otra y eso me permite llegar a País Vasco muy bien. Es la carrera de casa y la conozco tremendamente bien y es una carrera que se adapta perfectamente bien a un corredor de mis características. Son puertos cortos que, además, conozco muy bien. Creo que llegando bien a la Vuelta al País Vasco podré hacer las clásicas con un nivel bueno. En el Giro no tengo que hacer la general. Mi labor será la de trabajar para el equipo y buscar mis oportunidades… todo eso hace que sea muy optimista y pienso que puedo llegar muy bien a ese bloque de carreras.

Fraile, en el podio final de Madrid © Unipublic

Fraile, en el podio final de Madrid © Unipublic

-En principio, hace Giro y Vuelta. Eso le libera de hacer la dupla Tour-Juegos que tantos desean. ¿Puede suponer una ventaja para usted de cara a la Vuelta a España?

-¡Sí, por supuesto! Creo que es una oportunidad que hay que tener muy en cuenta. Este año tenemos Juegos Olímpicos y mucha gente hará, como bien dices, el Tour y los Juegos. Gente como yo, que no estaremos en Ríos, intentaremos aprovechar esa oportunidad de hacer un buen Giro, descansar bien y poder afrontar una Vuelta a España con ilusión y con ganas de saber que puede ser una gran vuelta.

-Estuvo en la presentación de la carrera en Santiago de Compostela. ¿Le gusta el recorrido?

-Sí, pienso que es un recorrido que me va bien y se adapta bien a mis características. Pienso que con mi calendario, voy a poder descansar bien y llegar muy bien a la Vuelta. ¿Por qué no vamos a probarlo y pensar que podemos hacerlo muy bien?

-¿En qué momento realmente se creyó el año pasado que iba a poder aguantar el maillot de la montaña hasta Madrid?

-Siempre dije que lo cogí para estar unos días y era muy sincero cuando lo decía. Tenía que llegar a Andorra y allí, si tenía buenas piernas, podríamos empezar a pensar en otra cosa. Si no, habría sido bonito haber vestido el líder de la montaña cinco o seis días. En Andorra me encontré con muy buenas piernas. Me metí en la fuga y conseguí puntuar. Fue en ese momento cuando empezamos a soñar más en serio y nos dijimos ‘¡eh!, que se puede ganar el maillot’. Lo teníamos casi en la mano. Parecía que bastaba con coger otra fuga buena y lo tendríamos casi ganado y así fue. Andorra fue el punto y aparte en ese sentido.

-La de Andorra fue una de las jornadas más polémicas de esa Vuelta a España por la, según algunos, excesiva dureza de la etapa. ¿Piensa que ese tipo de etapas cuadran dentro del tipo de etapas que propone la Vuelta a España?

-Sí, yo creo que sí. No sé si es porque salí beneficiado, porque me encontré bien… ¡a mí me gustó! Es una etapa que volvería a repetir. En realidad, era un kilometraje corto. Fueron sólo cinco horas de etapa. Disfruté mucho y se me hizo muy amena. Por ejemplo, se me hizo mucho más larga la etapa de Asturias. Aquella se me hizo interminable. Fueron casi 200 kilómetros con 5.000 metros de ascensión y fueron casi seis horas de etapa y llegué sexto. En Andorra llegué a casi diez minutos y no cumplí las cinco horas.

-Este año conocerá otra prueba de tres semanas como es el Giro. ¿Qué espera encontrar?

-No me marco ninguna expectativa en ese sentido. Sólo he corrido una grande y todo me ha ido muy bien, pero sé que no siempre será así. Habrá alguna vuelta que me toque sufrir… ¡aunque espero que no sea este año!, pero eso nunca se sabe. Lo que espero es poder aprovechar las oportunidades en esos dos o tres días que me dé el equipo. Luego sé que tendré que trabajar para el equipo y lo haré encantado. Es una carrera que, como dices, no conozco así que habrá que ir con tranquilidad y día a día.

-El año pasado ganó en el Giro dell’Appennino y en Dunquerque y consiguió la montaña en País Vasco y la Vuelta. Son todas ellas cosas muy distintas. ¿Con qué se queda?

-¡Uf, muy complicado! Está claro que País Vasco es la de casa y significa algo muy bonito porque es vestir el maillot de la carrera de casa. La Vuelta a España me ha dado un nombre y es una carrera de tres semanas, con lo que demuestras muchas cosas…. ¡y Appennino es la primera victoria! Se me han juntado en un año muchas sensaciones. Ha sido mi mejor año con creces porque he cumplido un montón de sueños que tenía desde pequeño.

-Antes de conseguir la montaña de la Vuelta a España, ¿ya había posibilidades de dar el salto a un World Tour?

-Sí, ya se había planteado un poco, pero al final todos los equipos y sobre todo en Dimension Data, necesitaban un hombre que pudiera funcionar en las tres semanas y eso lo demostré en la Vuelta. Creo que eso fue el último empujón que me faltaba por conseguir. Puedo decir que la Vuelta a España me lo ha dado todo tanto a nivel deportivo como, por decirlo de alguna manera, socialmente, porque ha sido la prueba que me ha dado a conocer.

-Su triunfo en el Giro dell’Appennino llegó tras un gran trabajo por detrás de Amets Txurruka. Él ha conseguido también dar el salto al Orica-GreenEdge. ¿Significa todo esto que el trabajo en Caja Rural fue, realmente, una muy buena labor de equipo más que una suma de individualidades?

-Sí, pienso que sí. En esa carrera concreta, le iba a tocar a uno o a otro y me tocó a mí. En el Caja Rural se consiguió tener una gran unión… tener un equipo. No hay otra palabra. Fue un equipo potente.

-¿Le han marcado ya alguna exigencia a nivel de resultados en el Dimension Data?

-Habrá que ver cómo empiezo la temporada. Uno de los objetivos que me marco es la Vuelta al País Vasco. Quiero llegar allí con un buen momento de forma, pero es mi primer año en un World Tour y no sé exactamente cómo me adaptaré al ritmo. Lo iremos viendo poco a poco.

-La llegada de Igor Antón a última hora habrá sido una buena noticia para usted, que ya no estará tan solo como único español del equipo dándose además la circunstancia de que es la primera vez que correrá para un conjunto extranjero.

-Efectivamente. Para mí el idioma todavía supone una pequeña barrera aunque lo voy aprendiendo poco a poco y me voy adaptando rápido. Con Igor entreno de vez en cuando, he hablado muchas veces por teléfono con él y es verdad que será un apoyo. Además, compartiremos habitación en muchas carreras y poderte desahogar, hablar… son cosas que siempre ayudan. Al final del año pasas muchos días fuera de casa y es agradable poder hacerlo con alguien ‘de casa’.

-Ya hemos hablado de la ventaja que le va a suponer, pero… ¿no le queda una espinita por el hecho de no ir a los Juegos en un año en el que dicen que el circuito va tan bien a escaladores?

-¡Claro! Te mentiría si te dijera que no. Correr unos Juegos Olímpicos es un sueño para cualquier ciclista o deportista de élite. Es muy complicado poder estar allí y, sobre todo, sin correr el Tour. No te voy a engañar: sería una gran ilusión.

-Sabiendo ya cómo reaccionó su cuerpo a la primera experiencia de las tres semanas, ¿cómo afronta este año el reto de hacer dos en la misma temporada?

-Fue algo que me planteó el equipo. Creo que con 25 años es un buen momento para hacerlo por primera vez y poder ver cómo vas. Hay mucha distancia entre una y otra y eso me va a permitir descansar y recuperar bien. Lo he visto como una oportunidad. Que el equipo confíe en ti y te dé la oportunidad de ver cómo eres capaz de funcionar, es algo de agradecer. Creo que es mi momento de hacer dos grandes.

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