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Kneisky, con el maillot arco-iris que ha ganado tres ocasiones.
«Quiero superar los tres oros de Llaneras en el mundial de madison»
CICLISMO | ANOETA 4 ORDUAK

«Quiero superar los tres oros de Llaneras en el mundial de madison»

Morgan Kneisky será una de las estrellas de las Anoeta 4 Orduak, donde correrá junto a Benjamín Thomas, su nueva pareja en pruebas de Seis Días

BENITO URRABURU

Miércoles, 18 de marzo 2015, 07:23

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Cuando hablas con Morgan Kneisky te da la impresión de que es la antítesis de una estrella. Con nombre de pirata y apellido irlandés, este francés podría presumir de medallas. Nació en la localidad de Besançon, final de etapa habitual en el Tour de Francia y villa natal de Jean De Gribaldy, 'el vizconde', uno de los personajes de la edad de oro del ciclismo francés. Fue, por ejemplo, quien ofreció la oportunidad de pasar a profesionales a un tal Sean Kelly.

Kneisky ha ganado dos medallas de oro en los mundiales de pista, en madison (americana) y será una de las estrellas de las Anoeta 4 Orduak que se celebrarán el próximo sábado, 21 de marzo en el velódromo Antonio Elorza.

No tarda en explicarnos que llega con la máxima motivación: «¿Si estoy fatigado después de toda la temporada de pista y los mundiales? Noooo. ¡Ganar una medalla de oro es una fatiga muy agradable. El ciclismo no para. Acabó el mundial, descansé una semana y ya estoy corriendo en carretera, con mi equipo, el Raleigh inglés (unas bicicletas míticas, que dieron nombre a un equipo en el que corrían Kneteman, Raas, Oosterbosch). Mi temporada de carretera está basada en un cincuenta por ciento de carreras normales y en otro cincuenta por ciento de criteriums».

Simpático, matiza que «en Inglaterra hay muchas carreras en ciudades que son criteriums, con una liga, en la que el equipo está muy interesado. Normalmente mi temporada se para en la Vuelta a Inglaterra, en el mes de agosto. A partir de ahí me meto de lleno en la pista».

Prácticamente durante todo el año está montado en una bicicleta: «Este ritmo de vida exige esfuerzo. Mi temporada fuerte cuando hay mundiales es la de pista. Normalmente en septiembre ya estoy metido en faena. El año pasado, los Campeonatos de Europa fueron en la isla de Guadalupe (un buen vivero para el ciclismo francés). Cuando terminé la temporada de carretera paré dos semanas y luego me metí a correr Seis Días y más tarde los mundiales». Fue segundo en los de Bremen con Jesper Morkov, que también estará en Anoeta.

Sobre el oro conseguido en París dice que «fue algo único, especial. Gané en mi país, ante mi familia, mis amigos, el público francés. Es algo que no se puede explicar con palabras, no es fácil de conseguir y será algo único. No es fácil que concurran tantas circunstancias».

Está licenciado en actividades medio ambientales, pero ahora su única dedicación es el ciclismo. La pista, la competición en los velódromos, le sirve «como preparación para la carretera. Hay momentos en los que el castigo físico es mayor que que en las pruebas de ruta. Vas a mucha velocidad, hay mucha tensión y no es fácil... Pero es lo que me gusta. La americana es muy exigente, es un esfuerzo muy intenso en poco tiempo».

Vive y entrena normalmente en Besançon, «y cuando tengo que hacer pista me desplazo a París. ¿Que me queda después de ganar ya dos mundiales de madison? Ganar otro para igualar a Llaneras y luego superarlo o al menos intentarlo. ¡Fue un gran corredor, muy fuerte en esa disciplina! Ganar nunca cansa», afirma sonriendo.

El alto nivel de Anoeta

Ha ganado dos mundiales con dos compañeros distintos. El primero lo logró con Vivien Brisse y el último, con Bryan Coquard. Brisse no fue seleccionado para los mundiales por Francia «y dejó el ciclismo. Fue una decisión dura para él. Yo me quedé sin compañero de equipo, sin un amigo. No ha querido volver. Me tengo que buscar un compañero para los Seis Días y creo que será Benjamin Thomas. El mundial lo hice con Coquard».

No dice que la cabeza pensante del dúo es él. Es quien marca todos los movimientos, la estrategia en carrera, también. Coquard dijo sobre Morgan que «no se inmuta por nada, ni en situaciones de máxima tensión. Eso le permite tener la cabeza muy fría».

De las Anoeta 4 Orduak conoce sólo los participantes: «Hay buen nivel. Conozco a muchos de los participantes de competir con ellos en los mundiales y en las pruebas de Seis Días. El mundo de la pista es reducido y nos conocemos todos. Hay muchas parejas de calidad».

Buena parte de las cantidades que perciban los participantes en las Anoeta 4 Orduak dependerán de la posición que ocupen en la clasificación final. Es una fórmula que garantiza la competencia, un sistema con el que Morgan Kneisky está acostumbrado a correr.

Sobre la prueba de madison dice que «es importante que los dos corredores tengan la misma altura. Si hay uno más alto que otro hay que ajustar los mecanismos con cuidado. Se dan mejor los relevos cuando los dos son de la misma estatura». Tiene tres títulos mundiales. A los dos de americana citados se une el de scracht conseguido en 2009. También tiene dos medallas de bronce en scracht y puntuación y una de plata en madison, en 2009, con Christophe Riblon, todas ellas en citas mundialistas.

Ha sido campeón francés de americana, en dos ocasiones, y también de puntos y scracht: «Ahora estoy centrado en la americana. En Francia no es fácil conseguir un puesto en la selección». Con 27 años le queda mucho camino por recorrer. Sorprende que ningún equipo profesional de su país le haya ofrecido un puesto y haya tenido que emigrar a Inglaterra: «No hay mucho interés por tener un pistard en un equipo de ruta». Como aficionado corrió en el Chambery y luego pasó al Lille-Metropole, donde coincidió con un histórico como Cyrile Guimard.

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