"Lo que digo me sale del corazón"

Mark Cavendish (Etixx-QuickStep) comenzó en el argentino Tour de San Luis su temporada de carretera —ya había competido en la pista, en las pruebas de seis días de Gante y de Zúrich—. El arranque terminó con dos pequeñas decepciones y el descubrimiento de un rival del todo desconocido, el colombiano Fernando Gaviria. Un chico de 20 años le adelantó en la meta de dos de las tres etapas adecuadas a los esprinters.

A la tercera, Cav dio el golpe certero y ganó. Primera piedra de un camino con, de momento, dos destinos primordiales: la clásica Milán-San Remo y el Tour de Francia. El esprinter de la Isla de Man atendió en exclusiva a MARCA en el cierre de la ronda sudamericana. Ahora se embarca en el Tour de Dubái.

Pregunta. ¿Irse de vacío de San Luis hubiera sido una gran decepción?
Respuesta. Para mí habría estado bien. Claro que mi intención era ganar y para eso estaba preparado. Pero no pasa nada, a estas alturas de la temporada me contento con correr. Estamos en enero y mis objetivos quedan aún lejos. Mi rendimiento es acorde con lo que pensaba antes de venir aquí, estoy contento con mi preparación y con mi carrera.

P. ¿Había oído hablar de Fernando Gaviria?
R. No, no le conocía. Después de su primera victoria estuve mirando y vi que había ganado en el Campeonato del Mundo de pista y que era un gran corredor en los velódromos. Cuando te fijas en cómo corre, se le ve que posee los movimientos y todas las características de un pistard. Y es muy, muy rápido. Además, me gusta mucho cómo es. He podido hablar con él en el pelotón estos días y es un chico humilde, tranquilo, se puede conversar con él.

P. ¿Ha faltado al principio sincronización con sus nuevos compañeros? ¿Echó de menos a Renshaw, su lanzador, en la formación de San Luis?
R. Hemos competido para conocernos, practicar... Hemos hecho un gran trabajo. Puede ser que, en algún momento, hayamos fallado en algo, pero decir ahora que hemos cometido errores sería menospreciar las victorias de Gaviria, que se las ha merecido. Ha ganado él las dos, no las hemos perdido nosotros.

P. ¿No duele más que le venza un desconocido que si lo hace un Kittel o un Greipel?
R. Me habría sorprendido más que me ganara Greipel que Gaviria [se ríe]. Si dice Kittel, bueno...

P. Primer gran objetivo. Milán-San Remo.
R. Sí, quiero hacer un gran año. Llegar a la Milán-San Remo en plena forma y después alcanzar el siguiente pico en el Tour.

P. ¿El Giro de Italia?
R. No lo sé. De momento no hay nada más en la lista. Vamos a ver cómo va mi temporada después de Milán-San Remo y Gante-Wevelgem. Veremos si estoy cansado, ver cómo está mi condición y a partir de ahí, hacemos el programa.

P. De la Vuelta, entonces ni le pregunto. Hace que no va...
R. Desde 2011, cuando gané tres etapas y el jersey por puntos. Es que los recorridos de la Vuelta no benefician en nada a los esprinters. Siempre ponen 10 llegadas en alto y eso te impide estar en condiciones para el Mundial. Pediría otro tipo de recorrido. Después de estas etapas con largas subidas no es posible trabajar la explosividad, que te hace falta para una prueba como un Mundial. Sin embargo, sí estaba previsto correrla el año pasado, pero la lesión del Tour [se rompió todos los ligamentos asociados al hombro y la clavícula derechos en la primera etapa] y la recuperación me lo impidieron.

P. ¿Está todo superado, la recuperación es total?
R. No estoy como antes de la lesión, pero sí cada vez más cerca del cien por cien. Siento esta zona [se palpa el hombro derecho] un poco rígida todavía, pero pronto estará del todo bien y no me impide mejorar mi forma.

P. Así que el trabajo de pretemporada ha sido óptimo, sin problemas.
R. Estoy contento: me he visto fuerte en subida, en esprint, todo ha ido bien...

P. Además, ha participado, con Iljo Keisse, en dos pruebas de Seis Días. ¿Qué le aportan?
R. Para mí, una prueba de estas características supone una semana perfecta para la preparación. Es algo diferente, hay cosas que no se pueden entrenar y la pista te da algunas específicas. Como también estas carreras pequeñas, como San Luis. Porque, por mucho que te entrenes, sin competición pierdes un poco el espíritu del equipo. Aquí en carrera somos seis, trabajamos juntos, el equipo se fortalece... Eso solo lo puedes hacer en competición.

P. Ese espíritu del que habla, ¿se lo ha aportado el equipo actual, después de su paso por el Sky?
R. Lo que me gusta de este equipo es que tiene chicos muy capaces y fuertes, pero también, buenas personas. Me refiero a todos los que lo formamos, no solo a los corredores. Somos como una buena familia.

[Cavendish ya está inquieto, hace amago de levantarse. Aceleramos con la última batería de preguntas]

P. Lo más comentado de la semana argentina fue su contestación a un periodista que le preguntó si se fiaba de que sus compañeros no recurrían al dopaje. [Repreguntó al periodista si podía “asegurar al cien por cien que alguno de sus compañeros periodistas no se habría follado a su mujer”, así como suena, aunque en inglés]. ¿Esas respuestas las lleva ensayadas porque le molesta que le pregunten de dopaje?
R. Todas las cosas que respondo me salen del corazón, no llevo nada preparado antes de una rueda de prensa o una entrevista.

P. Antes de que se levante y se vaya. ¿Le veremos en los Juegos de Río?
R. No lo sé todavía. Una cosa es segura, que la ruta no la haré, porque el circuito no es para corredores de mis características. Y para mí estará difícil también la pista, puede haber opciones. No sé qué pasará.

P. ¿Y el Mundial de este año, en Richmond? ¿El recorrido se ajusta a Cavendish?
R. No es un circuito perfecto, aunque si llego allí en buena forma podría tener posibilidades. Pero es muy complicado aventurar lo que pueda pasar antes de una temporada tan larga y con tantos retos.