La penúltima

Virenque: "No podemos decir que el dopaje mató a Pantani"

A los 45 años, Richard Virenque sigue comentando cada verano el Tour de Francia para la televisión francesa, representa la imagen de Festina en el mundo y es empresario de CKT, las bicis que llevan su nombre

Richard Virenque

Richard Virenque / sport

Agustí Bernaus

No voy a hablarle de dopaje, sino de personas, de seres humanos.

¿Cómo?

Los grandes escaladores de su generación, Marco Pantani o Chava Jiménez, ya no están aquí. Murieron en trágicas circunstancias hace ya más de una década. ¿Ha reflexionado sobre esto?

Sí, a menudo. Todo gran escalador sueña con ser un corredor aparte, diferente. Y para conseguirlo es imprescindible sufrir hasta el dolor. Se necesita una calidad muy especial. Jiménez la tenía. Y también Marco Pantani, por supuesto. Eran mis adversarios. Les conocí en su máximo esplendor. Cuando yo fuí tercero en el Tour, Marco fue cuarto; y cuando yo fui segundo, él acabó tercero. En el 98 ganó el Tour y a mí me eliminaron con el equipo. La nostalgia es triste.

La historia es triste.

No podemos decir que el dopaje de los 90 mató a Jiménez o a Pantani. No es esto. El día que dejaron el ciclismo se encontraron con que no tenían proyectos en la vida. Pantani lo dejó cuando estaba en un momento muy bajo de su carrera. Intentó regresar con su nuevo equipo pero ya no iba. Marco era un ídolo en su país, en todo el mundo. Es cierto que sobre él hubo una persecución muy dura, atroz. Yo también la sufrí en Francia, pero tuve la suerte de poder volver al ciclismo y reconstruirme. Esa fue la diferencia. Marco no consiguió regresar a su nivel y cayó en el infierno, en una depresión terrible. Detrás no tenía a nadie que le apoyara, ni familia ni hijos. Nadie.

¿Tan importante es la familia en esos momentos?

Los hijos son el verdadero valor de la vida y quienes te ayudan a superar los problemas. Jiménez sufrió como Marco y se encontró solo, deprimido. Es muy complicado salir de ahí abajo cuando has conocido lo mejor de la vida, cuando todo el mundo te elogia y te dice que sí, cuando te sientes en la cumbre y de pronto caes en el infierno. Entonces te das cuenta de lo frágil que eres. Cuando hablo de depresión sé lo que es porque dos años después de mi retirada sufrí un grave accidente en mountain bike. Estuve a punto de morir. Me deprimí. Pasé tres años muy difíciles, pero tuve el apoyo de mis tres hijos y de mi familia.

Pero dice que su caso fue distinto

Sí, cuando me retiré lo hice después de regresar de nuevo a la cima. Gané la etapa del 14 de julio y batí el récord de maillots de la montaña del Tour aquel mismo año, en el 2004. Lo dejé desde un gran equipo y con un buen contrato. Tenía 35 años y después de 15 como profesional me dije OK, ahora voy a disfrutar de la vida y de la familia.

¿Cuáles son sus sentimientos hoy cuando hablamos de este tema?

Siento mucha pena por aquellas personas que tanto dieron al ciclismo. Hicieron soñar a millones de personas. Hoy cuando voy al Tour como comentarista y estrecho la mano de Indurain a veces pienso en los que no están. Como Pantani, que se marchó muy joven. Pero así es la vida.

¿Ha cambiado mucho el ciclismo desde entonces?

Sí, sin duda. Ha cambiado la manera de correr, pero también la evolución en casi todos los aspectos ha sido muy positiva. Los corredores están más controlados y todo es más transparente, claro. Ha coincidido con la profesionalización y modernización de este deporte. La imagen es sólida, más seria.

¿Por físico y carácter, qué corredor está más cerca de usted?

Contador, por su mentalidad tan especial. Es un escalador muy ofensivo, que elige el momento exacto. Cuando no está bien también es capaz de atacar en un descenso. Siempre está dispuesto a ponerlo en duda todo. Me encanta su estilo y me siento identificado con él. Pinot también sube muy bien, pero en el descenso no es como yo. No es muy bueno. A menudo hablo con él y le doy consejos.

¿Llegará a ganar el Tour?

Nibali, Froome, Contador o Quintana tienen como mínimo un motivo para ganar en el 2015. Tendrá que trabajar para el futuro.

Le gustaría que alguno de sus hijos fuera ciclista

El de 14 juega al rugby, por complexión, y el de dos meses... no me importaría. Aquí aprendes los valores de la vida desde la modestia. Descubres que todos los días son difíciles y que si no trabajas o no te cuidas, jamás lo conseguirás. Solo así, quizás, llegues. Y cuando lo hayas conseguido, entonces piensa que debes comenzar otra vez de cero al año siguiente. Lo más duro no es ganar una vez, sino repetir año tras año. Como en la vida, hay que luchar y esforzarte cada día.