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CICLISMO | Nairo y Dayer Quintana

“A Dayer le he regañado yo todavía más que nuestro papá”

Nairo y Dayer Quintana son la tercera pareja de hermanos del Movistar. Dayer, de 22 años, debutó en 2014 como profesional. Nairo, de 24, es el primer colombiano ganador del Giro.

PamplonaActualizado a
Dayer y Nairo Quintana.
Mikel Saiz

—¿Cómo es su relación como hermanos, en casa y en el Movistar?

—Nairo: Siempre ha sido muy buena. Yo ejerzo de hermano mayor. En Colombia ya no vivimos, pero hemos pasado juntos mucho tiempo. Aunque en España no coincidimos lo que nos gustaría por asuntos de calendario, nos ayudamos y nos apoyamos cuando nos necesita el otro.

—Dayer: Así es, siempre bien y dispuestos para el otro.

—¿Qué tal funciona Nairo como su ejemplo?

—Dayer: Lo hace muy bien. Desde pequeños hemos andado juntos, y yo trato de aprovechar al máximo el tiempo con él, de aprender sobre lo que me aconseja. Su atención de hermano es perfecta. Con cualquier cosa que me genera dudas al ir a hacerla, se la comento y él me ofrece un tip (consejo) o la manera más sencilla para encarar ese tema. Todos los días puedo contar con él, para lo que haga falta. (A Nairo, más serio que Dayer en el contacto cercano, se le escapa una amplia sonrisa).

—¿Siente una especie de obligación de enseñar a Dayer?

—Nairo: No se trata de una obligación, sino de algo que me nace natural. Soy el hermano mayor y quiero siempre lo mejor para él. (Ahora es Dayer el que sonríe satisfecho).

—¿Algún consejo en concreto, para el ciclismo o para la vida privada?

—Nairo: Bueno, de todo un poco. He procurado ser como un padre. Quizá se ha llevado muchos más regaños míos que de nuestro papá. Aunque sí intento corregirle, básicamente consiste en estar a su lado para ayudarle cuando te necesita.

—¿Cuál es el sentimiento de sus padres con los dos hijos profesionales lejos del hogar familiar?

—Nairo: Se sienten muy orgullosos.

—Dayer: Ahora, con las redes sociales y las nuevas tecnologías, podemos mantener un contacto muy próximo con ellos.

—Nairo: Sí, nos comunicamos con videoconferencias o videollamadas, no perdemos la ocasión.

—¿En qué invierten los ratos en común al bajarse de la bici? ¿Películas, fútbol, videojuegos…?

—Dayer: Nos gusta ir al cine, montar comidas o caminatas en familia, lo habitual.

—Nairo: Sí, cosas como las que hace cualquiera, con amigos y familiares.

—Al parecer, bailar también les motiva.

—Nairo: Lo normal, no creo que sea ni el mejor bailarín de la familia. (Mira a su hermano pequeño, cómplice).

—¿Baila más Dayer?

—Dayer: Sí… (Pese a la tímida respuesta, rompen a reír a carcajadas).

—¿Qué echan de menos en Pamplona respecto a Colombia?

—Nairo: El ambiente familiar y los amigos es lo que más echamos en falta.

—Dayer: Lo normal al encontrarte fuera de tu país.

—¿Y qué les ha aportado España?

—Nairo: Los compañeros de la grupeta nos hacen sentir como si fuéramos de aquí. Se trata de una sensación muy agradable al permanecer tanto tiempo lejos. Nos acogieron fenomenal, nos enseñaron las carreteras para entrenarnos y todos los trucos para que la vida resultara más fácil acá.

—Dayer, ¿se convirtió en corredor profesional por Nairo?

—Dayer: Sí, fue todo por él. Nairo aprendió a montar y yo aprendí al poco tiempo, porque él me enseñó. Luego íbamos los dos en bicicleta y, cuando se marchó para ser ciclista, me fijaba en cómo lo hacía. Este deporte me pareció muy bonito y de ahí me nació la afición, hasta hoy.

—Cuando les toca competición, bien en la misma carrera o si la siguen a través de la televisión, ¿se preocupan más el uno por el otro?

—Nairo: Como compañeros, sólo hemos hecho juntos dos pruebas. En una, él se cayó y me llevé un mal rato. Si no coincidimos me encanta verle por la tele. De momento, Dayer dispone de un calendario distinto al mío y lo que tiene que hacer es adaptarse a las exigencias de Europa para crecer poco a poco. (Dayer asiente y da la razón a Nairo: “Sí, así es”).

—Nairo explotó en su segunda temporada con el Movistar. ¿Continuará la racha de la saga?

—Dayer: Bueno, ya veremos. Por ahora, sé que debo mantener las fases de aprendizaje y, como objetivo para 2015, deseo disputar una ronda de tres semanas. En la Vuelta a Austria, la gente observó que no me ficharon únicamente por el apellido. (Dayer se impuso en la etapa reina, con su meta en el Kitzbüheler Horn, de categoría especial: ocho kilómetros al 12% de porcentaje medio).

—Nairo: No todos somos iguales. Él tiene que seguir con su evolución. Y, después de comprobar cómo rinde en un Tour o una Vuelta, debe buscar su propio lugar y demostrar para qué servirá en el futuro.

—¿Qué es lo que más les gusta del otro?

—Nairo: Su fortaleza, dentro y fuera de la carretera. No obstante, como corredor posee mucha fuerza y aún está por explotarla toda. En algunos test me ha impresionado.

—Dayer: La capacidad para afrontar los retos de máximo nivel. Suma su seriedad, dedicación y responsabilidad a la hora de ir a por lo que quiere.

—¿Y lo que menos?

—Nairo: Nos lo guardamos para nosotros. (Risas).

—¿Cuál ha sido el día más feliz para su familia? ¿El nacimiento de Mariana (la hija de Nairo), el Giro…?

—Nairo: Seguramente, la primera vez que nos pusimos los dos la camiseta del Movistar como profesionales. Supuso una enorme alegría.

—Para acabar, ¿cómo definirían su concepto de ciclismo?

—Nairo: Para mí, es pura pasión. Siempre para disfrutar con tranquilidad y motivación, lo que ha facilitado gran parte de nuestros éxitos.

—Dayer: No hay más que comprobar cómo le idolatran los aficionados en Colombia. Tenemos la suerte de dedicarnos a lo que nos gusta, nuestro deporte es nuestra pasión.