Antón: "¿Por qué no hacer un gran Dauphiné?"

Igor Antón fue uno de los guardianos de Nairo Quintana en la montaña de la última semana del Giro de Italia, junto a Jonathan Castroviejo. El escalador vasco no pudo ofrecer su mejor versión en la primera mitad, pero se recuperó y guió a su líder en el Zoncolan para terminar en Trieste con "un buen sabor de boca" que le hizo disfrutar aún más de la victoria del colombiano con sus compañeros del Movistar Team. Ahora tiene la oportunidad de lucirse en el Critérium Dauphiné que comienza el domingo.

- ¿Qué supone el triunfo de Nairo Quintana en el Giro de Italia?
- Es difícil explicarlo en pocas palabras… Conseguir algo así y ser partícipe,
personalmente, supone una experiencia única que recordaré siempre y que contaré a los nietos: "¿os acordáis de un chaval que ganó no sé cuántas carreras?, en aquel Giro allí estuve yo con él". He disfrutado y he sufrido, porque he pasado momentos complicados, es una exigencia total, aunque con un objetivo importante para el equipo y muy bonito que hemos podido conseguir.

- ¿Con qué detalle se queda de la celebración y del triunfo de Quintana?
- Estábamos todos los del equipo detrás del podio y se veía la expectación, los tifossi y todos los seguidores de su país, y vimos cómo Nairo celebró la victoria con su hija en brazos; algunos no pudieron contener las lágrimas, como Castroviejo, algún masajista, por la emoción que se ha puesto en este triunfo.

- No fue una primera mitad de Giro satisfactoria en cuanto a su rendimiento, aunque luego fue a más.
- Así es. Para empezar, el inicio en Irlanda, donde el terreno no era nada favorable para mí, luego tuve que salvar un catarro fuerte. Afortunadamente, empecé a recuperar bien entrada la montaña y por suerte pude dar mis pinceladas y aportar, y acabar con un buen sabor de boca. En Oropa ya me encontré por fin como quería y en el Zoncolan pude estar con los mejores. Yo he aportado mi grano de arena, no hay que olvidar que el equipo ha estado de chapeau, desde los rodadores que le han quitado el viento, Malori, Ventoso, Andrey… Hemos sido un grupo homogéneo y llegamos los nueve a Trieste.

-Tardó, pero fue un acierto su fichaje por el Movistar Team.
- En la cena el domingo nos tocó hablar uno a uno. Y yo dije que hacía seis o siete meses estaba sin rumbo, sin saber dónde iba a acabar, que incluso no sabía qué iba a ser de mi carrera ciclista, y al final verme después de tan poco tiempo en esta situación y vivir esta experiencia, es algo que no me quita nadie. Yo he podido ganar carreras, pero esta es una experiencia de la que te sientes partícipe y te sientes especial, aunque haya ganado Nairo.

- Y ahora le toca seguir en el Critérium Dauphiné. ¿Espera certificar sus buenas sensaciones del Zoncolan?
- Se trata de coger un poco de aire, lo justo y necesario, y descansar, hacer vida de monje, no cebarnos, porque ahora tienes ansiedad de comer, de hacer de todo. Y en Dauphiné, por qué no, hacer una grandísima carrera. En el Zoncolan no fue mi mejor subida -ganó en 2011-, pero estar en el grupo de elegidos y tirando ellos fue importante; si doy un pasito más, podría hacer cosas y, en ese sentido, estoy con ganas.