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Mikel Nieve: "No sólo cierra mi equipo, también mi sueño"

El deportista del equipo más antiguo del ciclismo profesional, el Euskaltel, lamenta su próxima desaparición el día en que comienza la Vuelta a España 2013

ALFREDO VARONA

El martes, 20 de agosto. Ese fue el día. Acompañado por su novia, Mikel Nieve (Leitza, Navarra, 1984) acababa de regresar a casa cuando abrió su correo electrónico y vio un mensaje que interpretó como una sentencia. 'La situación ya pintaba mal desde hace tiempo, pero siempre quedaba la esperanza'. Sin embargo, una vez que leyó ese e-mail en el que el Euskaltel convocaba a todo el equipo para una reunión de urgencia, sintió que todo se había acabado.

La intuición no engañó a Mikel Nieve, que acudió con la máxima fortaleza a esa reunión. 'Decidí que no iba a llorar y no lo hice'. Pero todos los motivos que tenía para ser un ciclista feliz, en medio de la crisis, se dieron por vencidos en un momento: el instante en el que confirmó sus peores sospechas y supo que su equipo, el Euskaltel Euskadi desaparecerá tras terminar la temporada. 'Llevaba desde 2009 en el Euskaltel, desde los 25 años. Sentía este equipo como una parte más de mi familia', cuenta Nieve.

Y no le iba mal a Mikel, 12º clasificado en el último Tour de Francia. Venía, incluso, de unos días concentrado en Andorra, en el novedoso puerto de la Collada de la Gallina que se va a subir en esta Vuelta a España que comienza este mismo sábado, con rampas del 18% y en el que 'las nubes negras con las que amanecieron algunos días' parecían adelantarse al destino del Euskaltel.

Pero Mikel Nieve, criado en Leitza, junto al prodigioso valle navarro de Leizarán, a un suspiro de Euskadi, prefirió ser siempre un tipo optimista. Tiene esa cosa que tienen los ciclistas que les invita a no darse casi nunca por vencidos. Sin embargo, ahora es diferente.

'¿Qué como me siento?', se pregunta Nieve en voz alta. '¿Cómo quieres que me sienta?', añade. Y se responde a sí mismo: 'Pues triste y bajo de ánimo, porque no sólo cierra mi equipo; también cierra mi sueño y no es fácil que esto se te vaya de la cabeza. Le das vueltas hasta que te convences de que esto no ha sido responsabilidad de ninguno de nosotros'.

Pero lo duro es convivir con esa amargura antes de empezar la Vuelta. 'Yo crecí soñando con ser ciclista y con correr en el Euskaltel', recuerda. 'Y, ahora que lo había conseguido y que tenía contrato hasta 2015, va todo esto y se acaba. La verdad es que prefiero ni pensarlo', explica Mikel Nieve que, a los 29 años, todavía se parece muchísimo al muchacho que soñaba con ser ciclista.

Nieve quiso, desde pequeño, correr con el Euskaltel

'Los ciclistas tenemos que ser soñadores casi a la fuerza, pero hay situaciones como éstas en las que te cuesta más soñar. Sabes que tu equipo va a cerrar, que hagas lo que hagas en esta Vuelta a España no va a cambiar nada y no es fácil irse de esta manera'. Pero a la vez se somete a un ejercicio de realismo en el que se niega a tirar la toalla. 'No puedes darte por vencido. La gente, que se queda en el paro, no lo hace. Yo lo veo en mi pueblo. Por eso nosotros tenemos que aprovechar esta Vuelta a España para despediremos de la mejor forma, tenemos que reconocer esta oportunidad, tenemos que despedir a este equipo como se merece', se anima. Otra cosa es que él se vea en el podio. 'Yo no me veo a ese nivel, pero...', aventura.

'No puedo darme por vencido. La gente que se queda en paro no lo hace'

A falta de un par de días para el inicio de la Vuelta a España, cuando se produce esta entrevista, Nieve tampoco ha madrugado. 'No soy muy rígido para las horas de levantarme; la mañana es larga para entrenar', bromea. Máxime en días como los del encuentro con Público, que se produce cuando el joven ciclista acaba de realizar un rodaje suave en las carreteras de Sanxenxo (Pontevedra). 'Estos días los entrenamientos ya no tienen mayor historia. Una vez aquí, ya se ha hecho lo que se tenía que hacer. Sabes que vienen tres semanas de mucho esfuerzo y que no puedes gastar nada', explica, optimizando sus energías.

'Hay cosas peores en el mundo. Al fin y al cabo, esto sólo es un trabajo'

Quizá por eso hay más tiempo para pensar y menos para olvidar. 'Aunque tampoco quiero dramatizar más', se reprocha. 'Si lo piensas, hay cosas peores en el mundo. Al fin y al cabo, esto sólo es ciclismo, esto sólo es un trabajo', trata de convencerse Mikel Nieve, que es uno de los ciclistas más reputados del momento. Ha sido 12º clasificado en el pasado Tour de Francia y décimo los dos años anteriores en el Giro de Italia. Hay poca gente con ese currículum que quede libre, por eso es mejor ser realistas. Pero eso no es lo único que pasa por su cabeza.

'No será fácil encontrar equipo; cada año está más difícil ser ciclista'

'No sólo se trata de pensar en mí', justifica. 'Al fin y al cabo, está claro que yo no soy uno de los más perjudicados por esta situación. Vivo en mi pueblo con mi novia. No tengo familia ni hijos, pero hay gente que sí los tiene. Y, si algo me ha enseñado el ciclismo desde que pasé a profesionales en el Orbea, es a pensar en equipo', añade. De ahí que se niegue a contradecir sus principios. 'Yo podría pensar sólo en mí mismo, pero sé que no estaría bien. La conciencia no me lo permite y sé que en esto que ha pasado no he tenido ninguna culpa. En realidad, no la hemos tenido ninguno. Pero te fastidia que haya gente que, a lo mejor, no tenga las mismas posibilidades que puedas tener tú'. Porque Mikel, fanático de la Real Sociedad, sabe que tarde o temprano él volverá a firmar un nuevo contrato. Y cuando llegue ese momento, dice, tampoco pretenderá engañar a nadie.

'La gente sabe como soy. Soy el ciclista que soy. Tengo 29 años y está claro que no voy a ganar una carrera grande nunca, porque pierdo demasiado tiempo en las contrarreloj y en la montaña hay ciclistas mejores que yo'. Pero eso no implica que no haya suficiente mercado laboral para él.  'Aún no tengo equipo, pero claro que mi representante lo está buscando. Hay pocos y no puedes esperar. Mi idea es que pueda tener donde elegir, aunque sé que no será fácil, porque cada año que pasa está más difícil ser ciclista'. De ahí que Mikel Nieve se sienta preparado para emigrar al extranjero y formar parte de la tan abundante fuga de talentos. 'Tendré que hacer lo que haga falta. Me voy a quedar sin equipo y esto no está fácil para nadie', concluye.

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