A Joaquim Purito Rodríguez le costará olvidar que por tan solo 16 segundos no se llevó el Giro 2012. Sigue dándole vueltas a la cabeza, ¿por qué? ¿dónde? ¿cuándo? De qué manera podía haber arañado ese tiempo tan pequeño, tantas veces insignificante durante tres semanas de carrera. La sensación es de rabia, aunque el corredor está contento por el trabajo bien hecho. Ahora toca descansar. Este año no correrá el Tour, aunque sí lo hará el próximo. La siguiente cita se retrasa hasta agosto, turno para la Vuelta donde espera batirse en duelo con Alberto Contador.

--Ya ha pasado un tiempo suficiente para asimilar.

--Pero sigo dándole vueltas a la cabeza y me digo: 'he hecho segundo en el Giro, que es una posición magnífica, pero si no ganas no es lo mismo'. Y me repito: 'ha sido una lástima no haber podido ganar un Giro que lo tenía tan cerca'.

--¿Supo que estaba perdiendo la maglia rosa mientras disputaba la contrarreloj final de Milán?

--Siempre me dijeron la verdad. Me informaban continuamente a través de los auriculares de las diferencias que tenía con Hesjedal. Supe que la general se resolvería por unos pocos segundos ... 16, que lástima. Por eso apreté y apreté, porque en la última fase había mucha curva y según como las tomara podían ganar o perder 3 o 4 segundos. Tenía que ir a tope... Era una oportunidad única.

--¿Ha hecho cuentas? ¿Dónde podía haber arañado los pocos segundos que le han faltado?

--Ahora ya no vale la pena, lo sé. Pero es inevitable que siga pensando en ello. Sé que el viernes pasado en Alpe di Pampeago, cuando se me escapó Hesjedal, habría sido mejor seguirlo. Preferí mantenerme a rueda de Basso. Tardé un poco en darme cuenta de que el ritmo que llevaba no era el mejor y cuando traté de reaccionar ya era tarde. Los segundos que perdí en esa etapa fueron vitales. Pero también es cierto que de haber tenido más ventaja, en el Stelvio, en la etapa del sábado, Hesjedal habría actuado de otra manera. No puedes echar la vista atrás ni pensar en otras cosas que pasaron.

--¿Cuáles, por ejemplo?--La contrarreloj por equipos. El día que se disputó, Hesjedal no iba fino y sus compañeros del Garmin lo empujaron varias veces para que no se descolgara, lo que está prohibido por el reglamento. Nosotros lo vimos en un vídeo y decidimos no denunciarlo, lo que habría supuesto una penalización en tiempo. Pero a mí no me gustan estas cosas.

--¿A Hesjedal no lo pudo controlar porque era un ciclista imprevisible?--Es que hasta ahora solo había ganado tres carreras. Quedó por delante de mí, como top ten, en el Tour del 2010. Pero nunca había estado disputando una carrera. Y mucho menos de tres semanas. Scarponi o Basso sabía dónde podían fallar o cómo intentar atacarlos. De Hesjedal todo era nuevo. Por eso, yo mantenía que podía fallar en la contrarreloj final.

--En cambio, usted ha evolucionado como un líder que aspira a todo.--Ahora tengo 33 años y he ganado en seguridad. Con la edad me conozco más a mí mismo y a este deporte. Sé de que forma puedo actuar. En mi evolución también tuvo que ver el cambiar de equipo y llegar al Katusha donde soy el líder y otros corredores se esfuerzan para mí. Cuando corría en el Caisse d'Epargne trabajaba para Valverde. Y por él me reventaba hasta que quedaban cinco kilómetros para meta. Por esta razón no podía estar con los mejores.--¿Dónde está su límite?--Pues no lo sé. Ahora un ciclista con 33 años no es un corredor viejo por lo que todavía no pienso, ni mucho menos, en la retirada. Ahora sé que puedo luchar por ganar el Giro, la Vuelta, las clásicas...

--¿Dónde está su límite?

--Y del Tour, ¿qué dice?--Pues igual. No es tanta la diferencia. Es una carrera en la que puedo estar para ganar etapas, luchar por el podio y si las cosas se me dan bien, ¿por qué no puedo pelear por la victoria? Este año he renunciado porque me atrajo más el recorrido del Giro pero seguramente el año que viene regresaré al Tour.

--En cambio, irá a la Vuelta y allí encontrará a Contador.--Es el mejor en carreras de tres semanas. Será favorito y puede fallar un día. Allí estaré yo.

--Por cierto, es más fácil que pase a la historia como Purito que como Joaquim Rodríguez.--Lo sé. Purito es un apodo simpático y que cae bien. Me lo pusieron en mi primera concentración con el equipo ONCE. Era el novato y ataque a los veteranos haciendo el gesto de que fumaba un puro. Por la noche me hicieron encender uno de verdad. De puro a purito. Y así me quedé.

--Ahora se acaba de convertir en número uno del mundo.--Es porque disputo todas las carreras y finalizo entre los primeros. Por eso, no entiendo que algunos todavía digan que no tengo fondo.