-¿Qué significa para Joane Somarriba competir?
-Para mí competir es darlo todo. Pero no puedes competir sin cabeza, sin
saber cuál es el momento para darlo todo, porque hoy en día las fuerzas están
muy igualadas y hay un gran nivel mundial. Y luego la ambición es muy importante
en el deporte, porque sin ella no hay superación. En mi caso siempre tuve
ambición de entrenar y de llegar a la competición al cien por cien, pero luego
en carreras en las que iba de líder como en el Tour de Francia, no he tenido la
necesidad de querer ganar frente a otras personas que también lo merecían,
porque la ambición va muy mezclada con el compañerismo.
-¿Más allá de luchar contra un adversario, uno compite al
final contra sí mismo, para romper sus límites?
-Totalmente. Son esfuerzos muy intensos donde lo tienes que entregar todo, y
a veces no gusta. En muchas ocasiones he acabado una crono diciendo: 'Dios mío
de mi vida, qué nivel de sufrimiento he llevado, no tengo ganas de sufrir más'.
Aunque me gustan todos los deportes y muchos los he practicado con intensidad,
en ninguno he podido sufrir como lo hago en el ciclismo. Pero siempre vuelvo.
-Tu libro está lleno de instantes importantes, pero ¿qué
momento deportivo recuerdas especialmente?
-El Mundial para mí fue muy especial, porque desde cría era mi sueño y desde
entonces había tenido en mente ser campeona del mundo. Para cualquier deportista
es lo más grande. Pero como día especial por todo lo que sentí y me hicieron
sentir, recuerdo la etapa del Tour de Francia en la que salimos desde Bilbao. El
cariño que la gente me mostró ese día, lo llevaré dentro para toda mi vida.
-Cuando eras muy joven estuviste inmovilizada mucho tiempo
debido a una operación de espalda. ¿En la actualidad hay algo que te inmovilice?
-Las distinciones que hay entre nuestro ciclismo y el de los hombres. Muchas
veces sientes la rabia que te provoca el ver tantas injusticias en este deporte.
Pero eso no me para, porque aunque he dejado las competiciones me gustaría
seguir ayudando a mis compañeras, que lo van a tener ahora más complicado. Al
dejarlo yo, tengo que animar a los esponsor a que continúen apoyando. Esa lucha
hay que llevarla siempre a cabo.
-Convives con el dolor, incluso al pasar de los cien
kilómetros en bici tu espalda sufre. ¿Qué hay después del dolor?
-Cuando te encuentras mal no tienes ni aliciente para continuar. Estás
inmerso en el dolor y sólo piensas en lo mal que te encuentras y en que no vas a
mejorar. Pero a todo hay que darle paciencia y si te enfrentas a ello, si
piensas que van a venir mejores momentos y cumples todas las disciplinas que te
ponen, mejoras. Si tienes la cabeza fuerte, ayudas al físico. Aprendes a superar
el dolor y luego lo que consigues es muy grande. Y la superación es para todas
las facetas de la vida. Creo que antes de la lesión yo tenía una manera de ser y
después otra. Ahora soporto más el sufrimiento, lo entrego todo.
-Precisamente hay personas que, como tú, han pasado de estar
desahuciadas a lograr gestas deportivas que han roto límites... ¿Qué relación
crees que hay entre ambas cosas?
-Yo creo que todo es la cabeza, la mente, la lucha y ese afán de superarte.
Hay enfermedades que ya son más complicadas. Por ejemplo lo que ha hecho
Armstrong a mí me parece impresionante porque tuvo una enfermedad muy grave y ha
podido superarlo todo. Eso es un ejemplo para las personas que tienen esa
enfermedad y que luchan a diario, porque le han visto durante estos siete años
ganando el Tour de Francia y compitiendo al más alto nivel.
-¿Qué ha abierto para el ciclismo español femenino tu
esfuerzo y tus logros deportivos?
-Está claro que la situación es complicada, hay pocos equipos y pocas
mujeres que compiten en este deporte tan exigente y duro. Pero mis compañeras
gozan de muchos más medios de los que yo tenía. Yo a su edad si iba al
extranjero era con la Selección Española, mientras que ellas tienen equipos con
los que pueden salir a correr fuera, que les proporcionan bicicletas y material.
Así que se ha recorrido camino, está claro que algún granito he aportado, pero
todavía queda un largo camino.
-¿Cómo ves el panorama ciclista actual en nuestro país?
-Está muy complicada la cosa, y de hecho hay directores que se quedan a
menudo sin equipo. La mayoría de los equipos actuales están subvencionados por
diputaciones u otros organismos estatales, porque conseguir patrocinadores está
muy difícil y puede que ello tenga alguna relación con el doping... Si así está
el ciclismo masculino, imagina el femenino.
-¿Ves a ciclistas preparadas para tomar tu relevo, el de Dori
Ruano y otras ciclistas españolas de una generación?
-Hay corredoras muy buenas, pero todavía hay que trabajar mucho con ellas.
Hay que sacarlas a correr al extranjero porque ahí es donde se coge ritmo y
experiencia, y para eso tienen que seguir apoyando los patrocinadores. Si yo
hace años no hubiese ido a Italia, lo hubiese tenido que dejar. Y lo cierto es
que no se saca una campeona de un día para otro, detrás tiene que haber muchos
años de trabajo. A las generaciones que llegan no se les puede exigir que ganen
ya un Tour de Francia o un Giro. Hay que darles tiempo para que vayan mejorando
y podremos tener alguna ganadora. ∆