Ezequiel Mosquera, primer espada del Xacobeo Galicia en la Vuelta a España, que empezará el próximo sábado en Sevilla, ha regresado de Pena Trevinca, donde ha pasado la última semana entrenándose junto a sus compañeros.

- ¿Qué tal han ido los entrenamientos en altitud?

- He estado muy a gusto con mis compañeros allá arriba, con días de fondo por la montaña. A pesar de haber sido entrenamientos duros he disfrutado del paisaje, que eso también me gusta mucho. Allí estábamos un poco aislados del mundo y ahora, al llegar a casa, me he dado cuenta de que falta un día para marchar a Sevilla y estoy ya con el nerviosismo a flor de piel, que durará hasta que empiece la competición. La tensión previa siempre está presente antes de una cita tan importante como la Vuelta a España.

- ¿En qué han consistido los entrenamientos?

- Hubo días que subimos puertos largos en los que, además de buscar los beneficios de la altitud, aprovechamos que son puertos de más de diez kilómetros de ascensión. Eso, fuera de los Ancares, no lo hay y allí los hay de hasta veintitantos kilómetros. Algún día forzamos en los puertos, otros días salimos con la “cabra” (bicicleta de contrarreloj) porque tenemos que compenetrarnos de cara a la crono por equipos.

- Y este año, ¿se ve con fuerzas para hacer algo grande?

- Como todos los años yo creo que llego bien, aunque hasta que se dé el pistoletazo de salida no lo sabré, porque de momento todo son pronósticos. Hasta que te midas con los otros corredores no sabrás exactamente cómo estás.

- Después de la confianza que le dio su buen trabajo en la Vuelta a Burgos, ¿se ve con más posibilidades?

- Me veo con las mismas posibilidades que antes. En Burgos quería disputar la Vuelta y además hacer un test y la verdad es que me salió muy bien. Me vi fino y cogí motivación al ver que estoy a la altura de Samuel Sánchez, que fue cuarto en el Tour.

- ¿Le veremos en el podio final de Madrid?

- Ojalá que sí, yo voy con esa intención pero veintiún días de carrera son muchos días y en ellos te puede pasar de todo. Fíjate que en sólo una etapa de 150 kilómetros estás a punto de caerte por lo menos una vez. Respetando todos los imprevistos que puede haber en carrera yo salgo con aspiraciones de estar en el podio.

- Menchov, Nibali, Sastre, Antón… ¿Podrá con ellos?

- Menchov y Nibali son corredores que no van tan fuertes en montaña como en la crono. Igor Antón y Joaquín Rodríguez son más flojos en la crono pero cuesta arriba van muy bien. Además también está Frank Schlek. Hay que contar con todos pero sin tenerle miedo a ninguno. Lo importante es estar ahí con ellos y aprovechar la mínima oportunidad que se presente.

- ¿Cuál es su estrategia?

- La estrategia está clara: primero intentar hacer una buena crono por equipos y después ir dejando pasar los días hasta llegar a la montaña sin tiempo perdido. Cuando llegue a mi terreno, si el motor está bien, intentaré jugar mis bazas y dar guerra.

- Para llegar bien colocado a la montaña le hará falta el trabajo de sus compañeros, ¿cómo les ve a ellos?

- Son todos unos grandísimos profesionales, desde el primero hasta el último. En Pena Trevinca los vi muy fuertes a todos, sobre todo en los entrenamientos de montaña. Vamos con un equipo “todoterreno”, para las cuestas, para lo llano, para las fugas… Tenemos a gente muy buena como Gonzalo Rabuñal, Gustavo Veloso, David García, Delio, Vladimir, Marcos. Son todos corredores muy buenos, cada uno en su terreno.

- ¿Un pronóstico del podio final de la Vuelta?

- Es muy difícil. Joaquín Rodríguez, Menchov e Igor Antón van a estar ahí, y si yo me puedo colocar por el medio, bienvenido sea.