Enlaces accesibilidad
Ciclismo

Jon Aberasturi: "Descarto ir de sprinter como líder a un equipo World Tour"

  • El ciclista vitoriano asegura que si fuera a un equipo World "sería con otra mentalidad: de lanzador de un sprinter ganador"
  • El corredor del Caja Rural está satisfecho tras renovar una temporada más

Por
Jon Aberasturi
Imagen de archivo del ciclista del Caja Rural Jon Aberasturi.

Jon Aberasturi (Vitoria, 1989) apenas tiene descanso. Han pasado dos semanas de la finalización de la Vuelta a España y la pretemporada del Caja Rural va a comenzar en diciembre. A la vuelta de la esquina. El sprinter líder de la escuadra navarra acaba de renovar una temporada más y afronta su duodécima temporada como ciclista profesional con ambición y con ilusión. “A día de hoy, no he hecho más que mejorar cada año”, reconoce. El corredor vitoriano ya es un consagrado ciclista. Tiene experiencia y, si la suerte le acompaña, ofrecerá grandes resultados en los próximos años.

¿Qué balance haces de la temporada? ¿Con qué sensaciones has terminado el año?

Hasta La Vuelta a España me quedé bastante satisfecho, acompañaron bastante los resultados. Sí que me hubiera gustado otra victoria, quizás. La Vuelta a España no me salió como yo esperaba o como yo quería porque las oportunidades ya sabemos que son justas. Al final, por circunstancias, no pude lograr lo que yo deseaba. Todos los años no son iguales y hay que pensar en el año que viene.

En la Vuelta a España, la verdad que no tuviste apenas opción para pelear por la victoria de etapa. ¿Cuáles crees que fueron los motivos de no poder estar ahí adelante: mala colocación, falta de piernas o que directamente eran más rápidos al sprint?

Está claro que hay un nivel súper alto. Yo creo que en cuanto a rendimiento de piernas, tenía para haber hecho algún día mejor. Por ejemplo, el último día, sí me veía entre los cinco primeros. Por el tema de estar retrasado, lanzas el sprint y tienes que frenar porque hay un corredor que te está estorbando y no haces un sprint limpio. Son circunstancias que pasan muchas veces y hay que aceptarlo y pensar en otras oportunidades futuras.

¿Se atraganta la ronda española para ti y el equipo?

Sí, no ha sido un año fácil. En cuanto a resultados, el año pasado salió muy bien. En rendimiento, hemos tenido un nivel parecido al de la temporada anterior, incluso mejor. No sé si es que porque ha habido más nivel o es que no han salido las cosas. Yo creo que ha sido la manera de correr, de tener todo controlado, de no dejar las fugas. Al final, han sido unas etapas complicadas para aprovechar una oportunidad y luchar por la victoria.

Este año has conseguido un triunfo en la primera etapa del Tour de Hungría. ¿Te sientes satisfecho, o como me comentas, el no haber logrado alguna victoria en la Vuelta te vas con mal sabor de boca?

Sobre todo, el último día, después de tantos días sufriendo por un buen resultado, que no te salga ninguna de las oportunidades, eso ha sido un poco difícil de llevarlo. Pero es borrón y cuenta nueva y pensar que el próximo año puede salir mucho mejor.

Rozaste el triunfo en Mallorca y en el Circuito de Getxo. Por intentarlo, no ha quedado durante toda la temporada…

Todas las oportunidades, he intentado aprovecharlas. He tenido un gran rendimiento. Yo creo que, desde el principio de año y hasta el parón obligado, al remontar el calendario, desde el primer momento he estado competitivo y he luchado con los mejores. En ese sentido, sí que estoy satisfecho de que me he sentido muy competitivo durante todo el año.

Acabas de renovar una temporada más con el Caja Rural. ¿Estás cómodo con la escuadra navarra?

Sí, al final yo creo que es un acuerdo que estamos ambas partes contentos. He aportado mi nivel en las llegadas masivas y estoy también contento porque es un equipo cercano, de casa, que confían en mí. Hoy en día, tal cual está el panorama en el circuito profesional, es de agradecer.

¿Qué objetivos te marcas para la temporada que viene?

Conseguir una victoria más. Ojalá tengamos un calendario normal, de principio a fin, sin parones, que haya continuidad. Luego va a estar en mis manos, el no tener mala suerte en cuanto a lesiones en caídas, en ese tipo de colocación de cara al final. También el entrenar, el cuidarme, es parte de nuestro trabajo.

Entre esos objetivos, imagino que querrás estar presente en la Vuelta a España. El equipo va a tener que luchar duro porque la invitación va a estar cotizada la temporada que viene.

Es positivo que haya ahora una pelea porque quiere decir que hay más equipos profesionales en España y hay más cabida para los corredores que están en el campo amateur. Es una motivación más para ellos tener más opciones todos. Hoy en día, las oportunidades eran justas y era difícil incluso pasar por profesionales. Está bien por esa parte, pero ahora va a ser más difícil optar a correr la Vuelta a España. Si la invitación es por justicia, entonces yo creo que todos partimos de cero a principio de año y cada uno tenemos que lograr esos resultados y demostrar que merecemos ir.

Tienes 31 años. ¿Te gustaría en un futuro cercano dar el salto a World Tour?

Nunca lo descarto. Es verdad que sería con otra mentalidad. Sería lanzar a un ganador, que tenga los galones y la capacidad de conseguir triunfos durante el año. Lo que descarto es ir a un equipo World Tour de líder de las llegadas masivas. Otra cosa es que, en ese rol de lanzador, ante un ganador nato, te salgan de vez en cuando opciones porque haya fallado y no haya llegado ese sprinter o porque la llegada es demasiado dura. Y, en ese sentido, a mí cada vez se me dan mejor esas subidas que pican hacia arriba en los últimos metros y nunca lo he descartado.

¿Por qué lo ves con otra mentalidad y no como líder? Al final y al cabo, la experiencia es un grado y has madurado como ciclista.

Lo veo complicado por el nivel que existe en la gente joven que viene pisando fuerte y en las llegadas masivas se me daría mejor en ese rol de lanzar y dejar a ese posible ganador en los últimos metros que no tener un equipo a tu disposición y jugártela al final. Eso tenía que haber sido unos años antes y ahora tengo que tener otra mentalidad. En una categoría como la que estoy, en Continental Profesional, está claro que tengo que liderar, sobre todo en las carreras que no tienen ese nivel de una Vuelta a España (World Tour). Al final, los equipos World Tour necesitan gente que te den la garantía de ganar cinco o diez etapas, que luego pocos la consiguen, se reduce a tres o cuatro corredores que logran más de cinco victorias al sprint al año. Por poner un símil, sería un Maximiliano Richeze, que tenga el rol de lanzar a Fernando Gaviria y luego siempre te pueden aparecer opciones. Veo más oportunidades en esos finales que acaban en repechos de 300/500 metros hasta 1 kilómetro. Yo creo que poco a poco me he ido especializando y cada año he ido dando un pasito más en las subidas. Son esos finales que más se me adaptan a mis características hoy en día. También es verdad que estando en World Tour tienes más facilidad para colocarte, todos te respetan más, siempre tienes compañeros que te puedan ayudar hasta falta de menos de 1 kilómetro.

A veces has echado en falta ese tipo de corredores, de lanzadores, en el Caja Rural.

Sí, muchas veces he preferido buscarme yo la vida y les he dicho que se pongan detrás y si en un momento decisivo, necesito esa ayuda, a ver si me la pueden dar. Al final, como todo, en carreras de menos nivel, es más fácil ayudar, pero cuando corremos contra los mejores ciclistas del mundo, es muy difícil.

¿Piensas que, como sprinter, todavía quedan cosas por pulir?

Sí, siempre se puede mejorar. Yo me veo que tengo un gran nivel, pero muchas veces falta colocación. En los sprints, el 80% es colocación. Por mucho que esprintes, sobre todo en las llegadas planas, puedes remontar, pero si no estás cerca de ellos, es imposible ganar. Casi todo es colocación hoy en día, sobre todo con los trenes que ponen, cómo se imponen, como el Bora, el FDJ o el Deceuninck, es imposible. Si no están detrás de ellos, el dar la sorpresa o el poder dar un susto es muy difícil. Sí es verdad que si en los últimos metros son para arriba, da más opciones, más margen de maniobra y te da opción a progresar más.

Vamos a hablar de las posibles llegadas masivas que podía haber en la pasada Vuelta a España. Por ejemplo, en la etapa final en Ejea de los Caballeros.

Ese final se me asemejaba a mis características. Un final muy sencillo, que en los últimos 20km/h pegaba viento de culo y se iba muy fácil a rueda con carretera ancha. En una rotonda, a falta de 2 kilómetros, perdí posiciones y me quedé muy retrasado. No tuve opciones para buscar los huecos para adelantar. Empecé a remontar a falta de 400 metros, pero estaba muy atrás. Además, una vez remontas tanto, si eres capaz de llegar ahí, una vez lanzan el sprint, tú ya has hecho prácticamente ese sprint para llegar a ellos. En la etapa en Aguilar de Campoo, fue al contrario. Gasté de más en la última recta, quise pasar a un corredor del Deceuninck-Quick Step, estaba cerca de las vallas y en ese toma y daca, al final estaba pegando el viento y son energías que desgastan. Cuando se lanzó el sprint, ya no tenía la suficiencia potencia como para estar al nivel de ellos. En Suances, el repecho final no me convencía, vi la distancia que tenía con el porcentaje y ayudé a Gonzalo Serrano que se le podía dar mejor. Calculé que iba a ser un esfuerzo de más de dos minutos y pensé que era para gente más escaladora con punta de velocidad. En pendientes menores al 6%, donde el ir a rueda y la colocación hace muchísimo, no necesitas hacer tanta fuerza. En Madrid, tenía muchas ganas de ese día por el hecho de que llevaba muchos días sufriendo. Fueron jornadas con mucha exigencia y llevaba arrastrando molestias en la rodilla, que pensé que no podía acabar. Ya el último día, esa molestia desapareció, lo hice con toda la ambición del mundo. Me veía muy bien, pero me volví a quedar retrasado. Quise anticiparme y cuando estaba ya muy cerca, es cuando empieza a molestarte la gente. Era un final diferente y se estrechaba un poco. La velocidad y la inercia que logré en los últimos 200 metros no me valió para nada. Tuve que frenar y me quedé encerrado.

Días atrás dices que tuviste una molestia, pero en la jornada más larga en Puebla de Sanabria, quedaste decimosexto. No hiciste mal resultado para ser un sprinter.

Tuve la molestia el tercer día en La Laguna Negra. Me trataron los masajistas. Hice varias etapas bien, pasé la etapa de descanso y me dio guerra el fin de semana asturiano. En la mitad de etapa del Angliru, llegué arrastrando esa molestia y lo vi mal. Antes de la contrarreloj, el director deportivo, Xabier Muriel, me movió una cala de la pierna izquierda porque no sé si en la caída de París-Tours se pudo mover un poco y me la desplazó hacia la izquierda. A partir de ahí, pude afrontar los últimos días mejor.

Hablando del Alto de L´Angliru, como sprinter, ¿a ti te gustaría que La Vuelta a España tuviera más etapas llanas?

Sí, ojalá. Este año iba a haberlas. Empezaba en Holanda, iba a haber dos etapas llanas y en Portugal eran más fáciles que las jornadas que emplazaron. Este año, en ese sentido, era un buen año. En un Giro o un Tour siempre hay sus siete u ocho llegadas masivas y en La Vuelta tres o cuatro. Me gustaría que hubiera siete oportunidades en La Vuelta. No hace falta que sean sprints másivos, a 80 kilómetros por hora, ya que de las siete llegadas que puedas meter siempre puedes variar los finales.

Varios ciclistas se han quejado de que haya etapas de 230 kilómetros. ¿Tú eres partidario de este tipo de etapas con este kilometraje?

Sí, todo tiene sus cosas buenas y malas. Una etapa tan larga siempre te da más desgaste de cara a una posible etapa exigente al día siguiente, aunque tampoco igual es necesario. Con 200 kilómetros ya está bien, no hace falta pasar esa barrera de los 200 kilómetros por el hecho de que muchas veces es más duro una etapa más corta, pero súper intensa. Al final, influye el ritmo que pongamos nosotros que no una etapa de 300 kilómetros llana, que se haga una fuga de cuatro corredores y vayas todo el día sonriendo en el pelotón. La etapa de Puebla de Sanabria se hizo dura porque desde el principio se formó una fuga, nosotros reaccionamos porque no metimos a nadie. Luego se hizo una fuga más grande, de calidad, pero como pegaba viento de cara hubo equipos interesados en controlar. Al final, quieras que no, estuvimos todo el día yendo muy rápido –y si le añades el mal tiempo con frío y lluvia- hizo que fuera una etapa muy dura. Pero si llega a ser con buen tiempo y con cuatro corredores en fuga, no hubiese sido tan exigente. Depende del ritmo que ponga el pelotón.

El año que viene encarrilas tu duodécima temporada como ciclista profesional. ¿En qué momento de tu carrera deportiva crees que te encuentras?

En la madurez. He encontrado un nivel que me veo disputando casi todas las llegadas, ya sea un nivel normal o muy alto de competidores, dando la sorpresa en un momento que todo me salga muy bien. Soy consciente que es súper difícil, pero, por ejemplo, en la Volta a Catalunya, en un final que se me adapte, por qué no puedo ganar. No he descartado una victoria en un escenario con los mejores.

El escenario ideal sería en la vuelta de casa, la Itzulia. Lo malo que es una carrera para escaladores.

Sí, este año si se llega a disputar, directamente no iba a correrla porque no veía opciones en ninguna de las opciones. Y no suele haberlas, al final suele haber una y gracias. La Itzulia tiene una línea de que todas las etapas tienen su exigencia, es una carrera para escaladores. Es una pena porque siendo sprinter no tengo opciones o muy pocas. Por ejemplo, si fuera la París Niza, que tiene varias al sprint… Son carreras diferentes.

¿Te queda recorrido en tus piernas?

A día de hoy, no he hecho más que mejorar cada año en cuanto a nivel y en la experiencia te da un plus también. Más profesional. De momento no ha llegado ese día que vea que el nivel se estanca o baja. Cada uno tiene una caducidad, hay que ir año a año.

¿Pero no lo ves cercano?

No, siempre te puede salir un año muy malo, por enfermedades o caídas. Suele pasar que un año de mala suerte, de no resultados y si tienes que renovar, puedes tener complicaciones. Siempre hay que tener presente eso también. Si te pasa con una cierta edad, puede llegar el momento de dejarlo antes de lo que pensabas porque no tienes la oportunidad de alargar otro año más y recuperar el nivel perdido.