Perico Delgado: «O Ézaro será sitio de peregrinación»

Santiago Garrido Rial
S. g. rial MADRID / ENVIADO ESPECIAL

CARBALLO

SANTI GARRIDO

El ganador del Tour del 88 apadrina el Desafío del Atlántico entre Dumbría y Muxía

26 ene 2014 . Actualizado a las 12:47 h.

El exciclista Perico Delgado (Pedro Delgado Robledo; Segovia, 1960), participó el jueves en Fitur en la presentación del Desafío del Atlántico, la marcha cicloturista de 120 kilómetros que organiza, para el 7 de junio, el Concello de Dumbría, con la colaboración del de Muxía, hasta donde llegarán los participantes desde O Ézaro (también punto y final) y en donde se celebrará un acto junto al santuario de la Barca. Un euro de cada anotación se destinará al arreglo de la Pedra. Delgado estuvo en Fitur con el alcalde, José Manuel Pequeño, y con el director de la Vuelta a España, Javier Guillén, entre otros, para dar a conocer sus características y, de paso, echar un vistazo al estand de la Costa da Morte. El ganador del Tour de Francia en 1988, y de la Vuelta a España en el 85 y el 89, entre otros muchos galardones, es el padrino de la segunda edición del Desafío. Y un enamorado de O Ézaro, desde que lo conoció como comentarista de TVE en un final de etapa de hace un año y medio.

-¿Qué impresión le dejó O Ézaro?

-Afortunadamente, gracias al ciclismo hemos ido conociendo mucha gente, lugares impresionantes y que casi son de peregrinación. Alpe d?Huez, el Tourmalet en los Pirineos, el lago de Enol en Asturias? Todos gracias al ciclismo, por eso con conocidos especialmente por el ciclismo. Hace un año y medio encontramos rincones de peregrinación como O Ézaro. Porque va a ser un sitio de peregrinación como ya se ha visto. No solo de gente del ciclismo, sino del turismo en general.

-¿A usted qué le pareció, objetivamente?

-Fue impresionante. Yo es que no me lo creía. Cuando me decían que había una rampa del 30 % yo contestaba que eso era mentira. Puede ser a lo mejor un ratito, 50 metros, no más. Hasta que lo vi y quedé impactado. Por lo que son las rampas. Pero luego, cuando ves el sitio, el entorno, la cascada que caía al mar, ya alucinaba. Y que estábamos arriba en la línea de meta, y miramos al fondo, y preguntamos, ¿qué es eso? Eso es Fisterra, dijeron. Pues allí tenemos que ir. Y de hecho, al acabar la etapa, justo al terminar, nos acercamos a ver Fisterra. Nos cautivó totalmente el sitio. Yo ya había estado por allí, por suerte he estado en muchos lugares, pero, claro, de ciclista no ves esas cosas. Lo ves desde la televisión. Y es un lugar idílico para ir de vacaciones. Eso es mucho. Yo creo que después del fin de etapa que hubo allí en O Ézaro, mucha gente me ha comentado: Oye, ¿eso es tan bonito como  realmente se veía? Lo es, les decía.

-¿Debería volver La Vuelta a España a O Ézaro o a Fisterra? ¿Y a la Costa da Morte en general?

-La Vuelta hace una cosa que yo creo que está bien, y es dosificar. No quiere quemar un sitio, un entorno como es la subida de O Ézaro, igual que lo evita en los Lagos o en el Angliru. Creo que dosifica porque así tiene más valor. Hay un momento en el que la gente se olvida de las cosas, y cuando dos o tres año después la carrera ciclista vuelve a ese lugar dicen: «Es verdad, qué bonito es este sitio». Creo que esa manera de actuar es buena, hay un momento de bombazo, pero si se repite todos los años, como que ya está muy machacado. Yo también soy mucho de esa opinión, a lo mejor habrá otros que no lo piensen así.

-Apadrina usted el Desafío del Atlántico, O Ézaro-Muxía. ¿Qué opinión le merece la prueba?

-Ahí hay dos problemas, realmente, para el ciclista. Primero, si el tiempo es bueno o no. Depende del día que haga, puede ser una marcha francamente dura. Y la otra cuestión es que la gente que se apunta a este tipo de marchas vive con una una imagen de la épica del ciclismo, de la épica del deporte que, sin llegar a ser profesional, el participante, internamente, quiere sentir unas emociones que percibe como próximas a las que han vivido los profesionales. Y yo creo que este tipo de recorridos ayuda a que el que se involucra tenga esas sensaciones similares. Cada uno a su nivel, eso sí.

-El año pasado, el director de La Vuelta, Javier Guillén, se animó a participar en el primer Desafío. ¿Usted podría seguir sus pasos?

-Yo, por la fecha, no lo sé. En esa semana de junio no puedo saber ya ahora qué voy a tener. Pero, pudiendo, pues sí. De hecho, desde hace dos años estoy yendo a la que organiza Ezequiel Mosquera, la Gran Fondo Pan do Zarco, y el primer año la cambiaron de fecha, y el pasado nevó y la suspendieron. Claro, ya al final? En esta de la Costa da Morte, por la fecha, lo de nevar va a ser muy raro? Si puede ser, si. Acercarme con la familia me apetece.

-¿Y a la Costa da Morte?

-Sí, por varios municipios, pero eso ya es un pack. Fisterra, O Ézaro, Muxía? Y luego, si hace tiempo soleado, vivirla tranquilamente, comiendo, paseando. Es un destino que tengo ahí pendiente. Pero no solo yo, somos muchos. Por ejemplo, mi compañero Carlos de Andrés [periodista de TVE especializado en ciclismo] lo tiene también en su agenda.

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